Tecnología
Expertos revelan la clave para evitar que la nevera gaste más energía de la que necesita para funcionar
Desde la OCU revelaron la clave para evitar esas pérdidas energéticas y ahorrar dinero.

Cuando una persona abre la puerta de la nevera, este aparato debe trabajar el doble para poder recuperar la temperatura interna que pierde con el ingreso del aire caliente, esta acción cotidiana parece inofensiva, sin embargo, incrementa el consumo eléctrico del electrodoméstico.
De acuerdo a la advertencia de expertos, como la Organización de Consumidores y Usuarios de España (OCU), “cuanto más tiempo esté la puerta abierta, más consumirá y la fluctuación de la temperatura será mayor, perjudicando la conservación de los alimentos”.

Es por eso que, desde la OCU, revelaron la clave para evitar esas pérdidas energéticas. Según los expertos, la clave está en cómo se organizan los alimentos dentro del refrigerador. Si cada producto se encuentra en el sitio adecuado, es posible localizarlo de manera rápida, reduciendo el tiempo que la puerta del refrigerador permanece abierto.
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Teniendo eso en cuenta, la zona superior y la puerta del refrigerador son las áreas menos frías, es por eso que la OCU explicó que estos sectores están destinados para esos productos que no requieren conservación intensa, como el caso de las bebidas, mermeladas, salsas, sobras de comida y los huevos.
Al colocar estos alimentos en las zonas de menor temperatura ayuda a evitar el desperdicio de energía, debido a que el motor no necesita realizar un esfuerzo necesario para mantener estos productos que no requieren de una refrigeración intensa.
Asimismo, al mantener esos alimentos visibles, se favorece su consumo antes de que se dañen, lo cual implica un ahorro económico.
Por otro lado, las baldas intermedias ofrecen una temperatura media y son perfectas para conservar productos que requieren cierto nivel de refrigeración. Este es el caso de los lácteos, como yogures y los quesos.
Colocar estos alimentos en el lugar correcto no solo prolonga su vida útil, sino que también evita el desperdicio. Cuando los alimentos se almacenan en compartimentos demasiado fríos, se pueden dañar más rápido o perder su textura original. Además, una buena organización facilita el acceso y minimiza el tiempo que se mantiene abierta.

De igual manera, la parte más fría de la nevera se encuentra en la parte inferior del aparato. De acuerdo a la OCU, en este lugar se deben guardar los alimentos frescos de mayor riesgo, como la carne y el pescado. La baja temperatura garantiza una mejor conservación y retrasa la proliferación de bacterias.
Además, mantener las carnes y pescados en la zona más fría no solo mejora la seguridad, sino que también evita el deterioro precoz, reduciendo la necesidad de desechar alimentos por pérdida de calidad.