Ciencia
En un antiguo lecho de un río seco, la Nasa encontró posibles rastros de vida en Marte
En el cráter Jezero, la NASA halló señales químicas que podrían corresponder a vida microscópica en Marte.


Imagine por un momento que pudiera viajar millones de años atrás y visitar Marte cuando aún tenía ríos corriendo por su superficie, pues en uno de esos antiguos cauces secos, el robot explorador de la Nasa ha hecho un descubrimiento que podría cambiar para siempre la comprensión de Marte; habría encontrado posibles rastros de vida microscópica.
La muestra fue extraída por el rover Perseverance (el vehículo robótico que lleva años explorando Marte) de una roca en el cráter Jezero, específicamente en lo que los científicos llaman la formación Bright Angel. Esta zona es especial porque conserva las huellas de un antiguo sistema fluvial que existió cuando Marte era muy diferente al planeta árido que se conoce actualmente.
Lo más emocionante es que esta pequeña muestra de roca, del tamaño de un lápiz, podría contener evidencia de microorganismos (seres vivos tan pequeños que solo se pueden ver con microscopio) que vivieron en Marte hace millones de años.
Sean Duffy, director interino de la NASA, lo expresó así: “El compromiso de la NASA de llevar a cabo ciencia ‘de estándar de oro’ continuará mientras nos dedicamos a nuestro objetivo de poner huellas estadounidenses en el suelo rocoso de Marte”
Una receta perfecta para la vida microscópica
La manera en que los científicos comprueban de que esta roca puede significar vida es a través de su composición química, que es como una receta para soportar vida ancestral.

La roca está compuesta principalmente de arcilla y limo, que son los mismos materiales que en la Tierra son excelentes para preservar fósiles microscópicos durante millones de años. Pero lo más interesante es lo que encontraron mezclado en estos sedimentos:
- Carbono orgánico.
- Azufre.
- Hierro oxidado (lo que comúnmente llamamos óxido).
- Fósforo.
Esta combinación química no parece ser una casualidad. Joel Hurowitz, el científico principal del estudio, explica: “La combinación de compuestos químicos que encontramos en la formación Bright Angel podría haber sido una abundante fuente de energía para los metabolismos microbianos”.
🇺🇸🚀🪐‼️ | URGENTE — La NASA anunció que una muestra de Perseverance sería la prueba más clara de vida antigua en Marte tras un año de análisis. pic.twitter.com/bmt47eoE4U
— UHN Plus (@UHN_Plus) September 10, 2025
Se puede ver de la misma manera en que nosotros necesitamos alimentos para obtener energía, los microorganismos necesitan ciertos químicos para alimentarse y esta roca marciana tenía exactamente el menú que habrían necesitado.
Las “manchas de leopardo” que revelan secretos antiguos
Cuando los científicos examinaron la muestra con instrumentos avanzados (el PIXL y SHERLOC, que funcionan como microscopios de rayos X), descubrieron patrones minerales únicos que bautizaron como “manchas de leopardo” por su apariencia distintiva.
Estas manchas contienen dos minerales muy especiales, vivianita (un tipo de fosfato de hierro) y greigita (un sulfuro de hierro). Estos son importante porque en la Tierra, estos mismos minerales aparecen frecuentemente donde hay o hubo vida microscópica.
“Del mismo modo, ciertas formas de vida microbiana en la Tierra pueden producir greigita”, resalta la Nasa.

La vivianita, por ejemplo, se encuentra comúnmente en pantanos y sedimentos donde se descompone materia orgánica, básicamente, donde hubo vida.
Lo que hace especial este descubrimiento es que ambos minerales aparecen juntos en patrones que sugieren reacciones redox, un proceso químico donde se intercambian electrones, similar a como funcionan las baterías. Los microorganismos usan exactamente este tipo de reacciones para generar la energía que necesitan para vivir.
Sin embargo, los científicos comentan que estos mismos minerales también pueden formarse sin vida a través de procesos puramente geológicos como altas temperaturas, condiciones muy ácidas, o reacciones químicas complejas. En el caso de Bright Angel, las rocas no presentan rastros de temperaturas elevadas ni de ambientes corrosivos, lo que puede dar mayor fuerza a la hipótesis biológica.
El próximo paso de estas muestras serán ser traídas a la Tierra, donde en laboratorios se podrán analizarla con una mayor precisión.