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El ingenioso método que debe implementar con su tarjeta si quiere evitar ser víctima de una millonaria estafa bancaria
Adoptar buenas prácticas es fundamental para proteger los fondos y mantener la tranquilidad financiera en el entorno digital actual.


Las estafas con tarjetas bancarias generan preocupación a nivel mundial, ya que se trata de un problema en constante crecimiento. Aunque existen diversas estrategias de prevención, los ciberdelincuentes continúan desarrollando métodos cada vez más sofisticados para robar datos con fines delictivos.
Retirar dinero de un cajero automático, una acción aparentemente cotidiana, se ha convertido en una actividad de riesgo. La habilidad de los delincuentes ha llegado al punto de modificar las ranuras de los cajeros para retener las tarjetas o instalar cámaras ocultas con el fin de captar el código de acceso (PIN). Esto les permite acceder a las cuentas y sustraer los fondos sin que la víctima lo advierta.
Ante este panorama, expertos en seguridad han sugerido medidas poco convencionales pero efectivas para engañar a los criminales y mitigar los riesgos. De acuerdo con elEconomista.es, una de ellas consiste en colocar una pegatina en la tarjeta con un PIN falso de cuatro dígitos. Aunque puede parecer una idea poco ortodoxa, este método puede resultar útil en situaciones de hurto, especialmente cuando los ladrones se apropian del celular, la billetera y las tarjetas bancarias.

En muchos casos, los delincuentes intentan utilizar las tarjetas de inmediato en un cajero automático. Si introducen repetidamente un PIN incorrecto, se activa el mecanismo de seguridad del dispositivo, lo que lleva al bloqueo automático de la tarjeta y genera una alerta al banco. Esto otorga al titular el tiempo necesario para reportar el incidente y proteger sus fondos.
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Medidas clave para proteger las cuentas bancarias
Una de las primeras líneas de defensa frente a estos delitos es la creación de contraseñas robustas. Los especialistas recomiendan utilizar combinaciones de letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos. Se debe evitar información predecible como fechas de nacimiento, nombres de familiares o secuencias numéricas simples. Asimismo, no es recomendable reutilizar contraseñas en múltiples servicios, especialmente si están vinculados a datos financieros.
Otra herramienta fundamental es la autenticación en dos pasos (2FA), que añade una capa adicional de seguridad al requerir la verificación de identidad mediante un código enviado al teléfono móvil o correo electrónico.
Revisar regularmente los estados de cuenta es esencial para detectar movimientos inusuales a tiempo. La mayoría de las aplicaciones bancarias ofrecen notificaciones en tiempo real ante cualquier transacción, lo que permite actuar con rapidez. En caso de detectar cargos sospechosos, es crucial reportarlos de inmediato a la entidad financiera para congelar o revertir la operación.

El número de identificación personal (PIN), aunque breve, representa un elemento crítico de seguridad. No debe compartirse bajo ninguna circunstancia, ni siquiera con personas cercanas, ya que muchos fraudes se cometen dentro del entorno más próximo al usuario. Tampoco se recomienda anotarlo en papeles, libretas o en el reverso de la tarjeta, ya que su pérdida o robo facilitaría el acceso directo a los fondos.
Adoptar estas precauciones permite reducir significativamente el riesgo de ser víctima de fraudes bancarios y brinda una mayor protección frente a las amenazas crecientes del entorno digital.