Tecnología
El electrodoméstico de la casa que no debería desconectar en las noches para evitar un aumento en el consumo de energía
Aunque muchos hogares buscan reducir el gasto de luz apagando aparatos por la noche, advierten que hay un aparato que debe permanecer encendido siempre porque puede salir más costoso de lo que se cree.
Los electrodomésticos son aparatos diseñados para facilitar las tareas del hogar y mejorar la calidad de vida cotidiana. Ya sea que se trate de modelos clásicos como la lavadora, la nevera o el microondas, o de dispositivos más modernos con funciones inteligentes, su propósito es hacer más eficientes actividades como cocinar, limpiar o conservar alimentos, ahorrando tiempo, esfuerzo y energía.
En ese contexto, desconectar los electrodomésticos cuando no se usan es una práctica habitual en muchos hogares, motivada por razones de seguridad o con la intención de disminuir el gasto energético.
No obstante, esta medida puede ser contraproducente si se aplica a ciertos aparatos. Por ejemplo, en el afán de reducir el consumo de electricidad, algunas personas optan por apagar la nevera durante la noche, sin saber que esto puede afectar negativamente su rendimiento y comprometer la correcta preservación de los alimentos.
La razón que muchos expertos dan es que cuando vuelven a encender la nevera tras haberla desconectado, el sistema de refrigeración necesita un esfuerzo extra para restablecer la temperatura interna adecuada.
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Este proceso exige que el compresor trabaje con mayor intensidad, lo que implica un gasto de energía superior al que se pretendía evitar al apagarla. En lugar de generar ahorro, esta acción puede provocar un aumento en el consumo eléctrico y un desgaste prematuro del equipo.
De acuerdo con la experta Mirang Won, de LG Electronics, citado por El Heraldo, desconectar la nevera durante las noches puede generar un aumento en el consumo de electricidad y provocar daños progresivos en su sistema interno.
Según la experta, este aparato enciende su motor únicamente cuando detecta un aumento en la temperatura interna, activando el compresor para enfriar y apagándose automáticamente al alcanzar el nivel óptimo. Este ciclo eficiente se ve interrumpido cuando se desenchufa el refrigerador, lo que obliga al sistema a esforzarse más al reconectarlo, incrementando el gasto de energía.
Las neveras modernas están diseñadas para operar con ciclos de encendido y apagado automáticos, gracias a sus termostatos internos. Esto les permite mantener la temperatura interna sin necesidad de estar consumiendo energía constantemente a plena capacidad. Interrumpir este proceso altera su eficiencia y puede provocar un desgaste innecesario en el motor y en el sistema de refrigeración.
Teniendo en cuenta que la nevera y el congelador son responsables de cerca del 30 % del consumo eléctrico en una vivienda, es fundamental utilizarlos de forma eficiente y solo desconectarlos en casos realmente justificados.
Más allá del impacto en la factura eléctrica, desconectar el refrigerador también podría implicar riesgos para la seguridad alimentaria. Durante las horas en que permanece apagado, los alimentos almacenados pueden alcanzar temperaturas no seguras para su conservación, especialmente carnes, lácteos y productos perecederos. La cadena de frío se rompe, lo que favorece la proliferación de bacterias peligrosas para la salud.
