Tecnología
El dispositivo que debe mantener conectado para ampliar la señal wifi en toda la casa y evitar interferencias
Una señal inestable o lenta repercute de forma inmediata en la dinámica de todos los miembros del hogar.


En los últimos años, el wifi en casa se ha vuelto tan esencial como contar con electricidad o agua. Cada vez más actividades cotidianas dependen de una conexión estable a internet: trabajar, estudiar, ver películas, hacer videollamadas o simplemente realizar una búsqueda rápida desde el teléfono móvil. Por ello, cuando la señal falla o presenta lentitud, el impacto se siente de inmediato en todos los miembros del hogar.
Actualmente, muchas personas trabajan desde casa o deben conectarse de forma ocasional para participar en reuniones virtuales, enviar documentos o utilizar plataformas de colaboración. Si la red es inestable, las tareas pueden demorar más de lo previsto. Lo mismo ocurre en el ámbito educativo, donde los estudiantes requieren una conexión continua para acceder a clases en línea, realizar trabajos y buscar información.
En un hogar moderno, es habitual que varios dispositivos estén conectados simultáneamente: computadores, teléfonos móviles, televisores, consolas de videojuegos, tabletas, asistentes virtuales, entre otros. Cuando la red no es lo suficientemente fuerte o rápida, todo el sistema se ve afectado: los videos tardan en cargar, los juegos presentan interrupciones y las páginas web no abren correctamente. Esto no solo genera frustración, sino que incluso puede provocar conflictos entre los habitantes del hogar.

Frente a esta situación, la tecnología Powerline Communication (PLC) —también conocida como red por línea eléctrica— se presenta como una alternativa práctica y eficiente para mejorar la conectividad doméstica.
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Según el sitio especializado Redes Zone, esta tecnología aprovecha el cableado eléctrico existente en la vivienda para transmitir datos, convirtiendo cualquier enchufe en un punto de acceso a internet. De este modo, es posible extender la red utilizando los conductos eléctricos del hogar, facilitando el acceso a una conexión más estable en zonas donde el wifi tradicional suele tener dificultades.
Un sistema básico consta de al menos dos adaptadores: uno se conecta directamente al router mediante un cable Ethernet y se enchufa a una toma de corriente; el otro se instala en la habitación donde se desea mejorar la conexión, también conectado a una toma eléctrica. Algunos modelos más avanzados incorporan funciones de repetidor wifi, lo que permite no solo transmitir la señal por cable, sino también generar nuevos puntos de acceso inalámbrico que amplían la cobertura.
Esta solución es especialmente útil para conectar dispositivos que requieren una conexión constante y sin interrupciones, como televisores, consolas, computadores de escritorio o sistemas de videovigilancia. Al utilizar conexiones por cable mediante los adaptadores, se reduce notablemente el riesgo de latencia, cortes o interferencias, algo crucial para actividades como el streaming en alta definición o los videojuegos en línea.
En definitiva, la red por línea eléctrica ofrece una solución accesible, eficaz y de fácil implementación para optimizar la conectividad en el hogar. Al aprovechar la infraestructura eléctrica existente, permite llevar la señal de internet a zonas con poca cobertura inalámbrica, mejorando la experiencia digital sin necesidad de realizar instalaciones complejas.