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¿Desconectar la nevera o dejarla encendida todo el día? La advertencia que debe tener en cuenta para evitar daños costosos

Una decisión equivocada podría terminar costando mucho más de lo que se pretendía ahorrar.

14 de julio de 2025, 1:20 a. m.
Los componentes internos, como los compresores y las tuberías, pueden verse afectados debido a la falta de uso y lubricación.
Los componentes internos, como los compresores y las tuberías, pueden verse afectados debido a la falta de uso y lubricación. | Foto: Getty Images

La nevera, o también conocido como el refrigerador, es uno de los aparatos del hogar que funciona de forma continua, sin interrupciones, durante todo el año. Por operar de manera permanente, suele ser responsable de una porción considerable del gasto de electricidad en la vivienda.

En ese contexto, cuando se trata del consumo de energía y el mantenimiento de los electrodomésticos, muchos se preguntan si es realmente necesario dejar la nevera encendida las 24 horas del día.

La inquietud suele surgir durante época de vacaciones, mudanzas o en momentos en que se busca reducir el gasto eléctrico. Sin embargo, según el blog de FIATC Seguros, los fabricantes de electrodomésticos advierten que apagar y encender la nevera, con frecuencia, puede reducir su vida útil, e incluso, provocar daños costosos.

¿Conocía usted que el feng shui desaconseja colocar objetos punzantes como cuchillos sobre la nevera, ya que pueden generar energía agresiva en el hogar?
La nevera suele ser responsable de una porción considerable del gasto de electricidad en la vivienda. | Foto: Getty Images

La nevera es uno de los pocos electrodomésticos diseñados para funcionar de manera ininterrumpida. A diferencia de otros aparatos, su función principal —preservar alimentos a temperaturas seguras— se cumple si se mantiene encendida de forma constante. Si se interrumpe su operación, podría correr el riesgo de comprometer la conservación de productos perecederos y, con ello, la salud de quienes los consumen.

Además, al ser un sistema hermético de compresión de gases, el refrigerador requiere ciclos de encendido y apagado internos que ya vienen programados para ahorrar energía y mantener el rendimiento.

Desconectarlo por largos periodos puede afectar este sistema, ya que el compresor debe volver a hacer un esfuerzo extra para estabilizarse al momento del reinicio. Este tipo de esfuerzo adicional, si se repite constantemente, puede reducir la vida útil del motor o generar fallos prematuros.

Casos en los que sí es posible desconectarla, pero con precaución

A pesar de las recomendaciones generales, hay situaciones específicas en las que desconectar la nevera puede ser aceptable. De acuerdo con un análisis arrojado por la inteligencia artificial (IA), si se va a ausentar de casa por más de una semana, lo mejor será vaciar completamente el refrigerador, descongelarlo, limpiarlo, secarlo muy bien por dentro y dejarlo desenchufado con la puerta entreabierta.

Frente a la presencia de agua bajo la nevera, surgen preguntas sobre qué factores pueden estar contribuyendo a este fenómeno aparentemente inexplicable.
Para quienes se ausentan por períodos cortos, de menos de tres días, la mejor opción es dejar la nevera funcionando normalmente. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Esto evita el consumo innecesario de energía y previene la acumulación de humedad que podría producir moho. No obstante, es fundamental seguir este procedimiento paso a paso. No basta con solo desenchufarla y marcharse.

Los alimentos deben retirarse todos, el hielo del congelador debe eliminarse por completo para evitar fugas de agua y las puertas deben mantenerse ligeramente abiertas para permitir la circulación del aire. Saltarse alguno de estos pasos podría derivar en daños por humedad, oxidación en los componentes internos e incluso cortocircuitos cuando se vuelva a encender.

Para quienes se ausentan por períodos cortos, de menos de tres días, la mejor opción es dejar la nevera funcionando normalmente. En estos casos, la IA recomienda asegurarse de que la puerta quede bien cerrada y que no haya alimentos próximos a vencerse.