Tecnología
¿Cuándo es momento de cambiar la estufa? Estas cinco señales lo indican
Con el tiempo, es natural que presente signos de desgaste o fallas que pueden afectar no solo la calidad de la cocción, sino también representar riesgos para la salud.

La estufa es uno de los electrodomésticos más utilizados en el hogar, y su buen funcionamiento es fundamental para la seguridad y la eficiencia en la cocina. Con el tiempo, es natural que presente signos de desgaste o fallas que pueden afectar no solo la calidad de la cocción, sino también representar riesgos para la salud o provocar un mayor consumo de energía.
Reconocer a tiempo cuándo una estufa necesita ser reemplazada puede evitar problemas mayores y mejorar la experiencia en la cocina. A continuación, se detallan cinco señales claras de que una estufa debe ser cambiada:
1. Fugas de gas o fuerte olor a combustible
En el caso de las estufas a gas, una fuga es una señal de alerta crítica. Si se percibe un olor constante a gas —incluso cuando los quemadores están apagados— o si hay quejas frecuentes de olor a combustible, es fundamental actuar de inmediato. Las fugas representan un riesgo grave de explosión o intoxicación. Si el problema persiste tras una revisión técnica, es recomendable reemplazar la estufa.

2. Desgaste visible y daños estructurales
El deterioro físico también es una señal importante. Oxidación en la superficie, partes sueltas, grietas en la cubierta de vidrio (en estufas eléctricas o de inducción), perillas que no giran correctamente o acumulación de grasa imposible de limpiar son indicadores de que la estufa ha llegado al final de su vida útil.
3. Consumo de energía o gas excesivo
Si se ha notado un aumento considerable en el consumo de gas o electricidad sin que haya un cambio en los hábitos de cocina, es posible que la estufa esté trabajando de forma ineficiente. Los modelos más antiguos suelen consumir más recursos debido a un mal rendimiento energético. Cambiar a una estufa más moderna puede significar un ahorro a largo plazo.
4. Cocción desigual o tiempos prolongados de preparación
Una estufa que no calienta de manera uniforme puede hacer que los alimentos se cocinen mal: quemados por un lado y crudos por el otro. También puede hacer que los tiempos de cocción se alarguen sin razón aparente. Esto puede deberse al desgaste de los quemadores, sensores defectuosos o mala distribución del calor. Si la cocción se ha vuelto poco confiable, es una señal de que el equipo ya no funciona correctamente.
5. Falta de repuestos o soporte técnico
En ocasiones, el problema no es tanto el funcionamiento actual, sino la imposibilidad de reparar la estufa por falta de repuestos o servicio técnico. Si ya no se consiguen piezas compatibles o el fabricante ha descontinuado el modelo, prolongar su uso puede resultar costoso e inseguro. En estos casos, cambiarla por una estufa moderna garantiza mayor seguridad, eficiencia y acceso a soporte.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de SEMANA.