Tecnología
Con una simple llamada por WhatsApp, podrían robarle su identidad: así opera la nueva modalidad de estafa
Aunque la página ya fue eliminada, logró captar la atención de varios usuarios antes de ser dada de baja.
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Algunas formas de robo que antes se realizaban de manera física han migrado al entorno digital, adaptándose a las nuevas tecnologías y volviéndose mucho más difíciles de detectar. Los ciberdelincuentes emplean herramientas avanzadas que les permiten acceder a información privada, interceptar comunicaciones o manipular dispositivos sin necesidad de contacto directo. Este cambio mantiene bajo amenaza constante a los usuarios de ser víctimas de un ataque informático, aun cuando creen estar actuando de manera segura.
Entre las prácticas más alarmantes se encuentra la suplantación de identidad, una táctica que no ha perdido vigencia con el paso del tiempo, sino que se ha perfeccionado. En este tipo de fraude, los delincuentes no improvisan: estudian cuidadosamente el comportamiento digital de sus víctimas, analizan sus hábitos en redes sociales y recopilan datos personales con el fin de construir un perfil convincente.

De acuerdo con un reciente informe de la empresa de ciberseguridad ESET, publicado en su página oficial Welivesecurity, detectaron una nueva campaña fraudulenta que suplanta la identidad de un reconocido banco argentino con el propósito de robar dinero e información confidencial.
Los atacantes crearon una página de Facebook que imitaba la imagen institucional del banco y ofrecía falsos descuentos dirigidos a personas mayores, generando confianza y atrayendo potenciales víctimas. Aunque la página ya fue eliminada, logró captar la atención de varios usuarios antes de ser dada de baja.
Para acceder a los supuestos beneficios, las víctimas eran instruidas a comunicarse con un número telefónico a través de una llamada por WhatsApp. Durante esta conversación, los delincuentes se hacían pasar por empleados del banco y, mediante un discurso convincente, los persuadían de descargar una aplicación que —según los delincuentes— era necesaria para activar la promoción.

De esta forma, los delincuentes lograban obtener acceso directo a las cuentas bancarias y a otros datos personales sensibles, sin necesidad de vulnerar los sistemas de seguridad del banco. Este tipo de engaños demuestra cómo los ciberdelincuentes combinan herramientas legítimas con estrategias psicológicas para alcanzar sus objetivos, y pone de manifiesto la importancia de verificar siempre la autenticidad de las comunicaciones antes de seguir cualquier instrucción.


