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Con un 92%, científicos predicen cómo podría ser la extinción de la vida en la Tierra
Los expertos señalan que habría un nuevo supercontinente, pero las consecuencias serían fatales para la vida en la Tierra.


A lo largo de la historia de la Tierra, diversos eventos han desencadenado extinciones masivas, alterando drásticamente la biodiversidad del planeta.
Recientes investigaciones sugieren que un fenómeno geológico a gran escala podría representar una amenaza similar en el futuro.
Un estudio de la Universidad de Bristol, publicado en Nature Geoscience, advierte sobre un escenario preocupante: la posible reconfiguración de los continentes en una estructura única denominada “Pangea Última”, cuyo impacto podría ser devastador para la vida en la Tierra.
Temperaturas extremas y cambios drásticos en el clima
Hace aproximadamente 335 millones de años, el movimiento de las placas tectónicas dio lugar a Pangea, el supercontinente que dominó el planeta hasta su fragmentación.
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Los científicos señalaron que un proceso similar podría repetirse en los próximos 250 millones de años, llevando a la formación de una nueva masa continental unificada.

Este cambio alteraría significativamente el clima global. La temperatura podría alcanzar valores extremos entre 50 y 70 °C, generando un ambiente hostil para la mayoría de los seres vivos.
Además, el incremento en la actividad volcánica liberaría grandes cantidades de dióxido de carbono, acelerando el calentamiento global y agravando la crisis ambiental.
La falta de oxígeno y el colapso de los ecosistemas
Otro aspecto preocupante es la reducción de los océanos, lo que limitaría la circulación del aire y disminuiría los niveles de oxígeno en la atmósfera.
Esta alteración tendría un impacto devastador en la biodiversidad, afectando especialmente a los mamíferos, que dependerían de estrategias extremas para sobrevivir en un entorno hostil.
Los científicos estiman que, de repetirse un evento similar al ocurrido hace 252 millones de años, aproximadamente el 92 % del planeta se volvería inhabitable para la vida tal como la conocemos.
Aunque algunas especies podrían adaptarse, el acceso reducido al agua y la resistencia al calor extremo serían factores determinantes en su supervivencia.
El estudio plantea un escenario que, aunque distante en el tiempo, subraya la importancia de comprender los cambios geológicos y climáticos que afectan la estabilidad del planeta.
A pesar de este sombrío panorama, la investigación sugiere que algunas formas de vida podrían llegar a adaptarse a lo que sería ese nuevo ecosistema.
Sin embargo, la escasez de agua y el calor extremo pondrían a prueba la resiliencia de cualquier especie que logre sobrevivir en este entorno hostil de la Tierra y con ella el reto de la vida por adaptarse a un futuro incierto.