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Científicos lanzan advertencia sobre lo que pasaría si explota el supervolcán Yellowstone, uno de los más grandes y peligrosos del mundo

Aunque su última gran erupción ocurrió hace aproximadamente 640.000 años, investigadores han monitoreado durante décadas su actividad sísmica y térmica.

21 de julio de 2025, 4:26 p. m.
Una erupción en Yellowstone podría cambiar el curso de la historia de Norteamérica, según investigaciones.
Gran Manantial Prismático, Cuenca del Géiser Midway, Parque Nacional Yellowstone. | Foto: Getty Images

Existen numerosas teorías sobre lo que podría provocar el fin de la humanidad y del planeta, pero solo unas pocas cuentan con un respaldo científico sólido. En ese contexto, el reciente terremoto del pasado 16 de julio en la costa del estado de Alaska ha reavivado el temor entre la población, especialmente por uno de los más grandes y peligrosos volcanes del mundo, ubicado en Estados Unidos.

Se trata del Parque Nacional de Yellowstone, situado en los estados de Wyoming, Montana e Idaho, no solo es famoso por su belleza natural y sus maravillas geotérmicas, sino también por albergar uno de los supervolcanes más grandes del mundo. Aunque su última gran erupción ocurrió hace aproximadamente 640.000 años, científicos han monitoreado durante décadas su actividad sísmica y térmica.

De acuerdo con investigadores del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), en un artículo publicado por la revista Nature, revelaron nuevos hallazgos sobre la dinámica interna del supervolcán Yellowstone.

Utilizando técnicas de medición de conductividad eléctrica, lograron captar una imagen tridimensional del magma subterráneo, ya que la roca fundida transmite electricidad con una eficacia hasta mil veces mayor que la roca sólida. Gracias a este método, se obtuvo un mapa detallado de las zonas donde se acumula magma bajo la superficie del parque.

Los análisis dejó en evidencia que el magma no se encuentra concentrado en un único lugar, sino distribuido en varias cámaras subterráneas con bolsas que contienen entre un 2 % y un 30 % de material fundido mezclado con roca caliente. Esta distribución irregular ha permitido a los expertos identificar áreas con mayor probabilidad de erupción.

Según el nuevo estudio, los depósitos de magma parecen estar desplazándose hacia el noreste de la caldera de Yellowstone, una tendencia que preocupa a los científicos. De acuerdo con el sitio web National Geographic, citado en un artículo, la sismóloga Ninfa Bennington, del USGS, señaló que esta zona podría convertirse en el nuevo foco de actividad volcánica, lo que incrementa las alarmas en torno a uno de los sistemas volcánicos más grandes y peligrosos del planeta.

Estudios recientes sugieren que un supervolcán en Yellowstone podría amenazar la vida en todo Norteamérica.
Una investigación alerta sobre la erupción de un supervolcán en Yellowstone que pondría en peligro la supervivencia de Norteamérica. | Foto: Getty Images

¿Qué pasaría si explota el supervolcán?

Los científicos identificaron una acumulación de magma mucho mayor que la registrada en la histórica erupción de Mesa Falls, ocurrida hace unos 1,3 millones de años en Yellowstone. Este hallazgo, obtenido mediante un estudio magnetotelúrico de gran escala que permitió analizar la conductividad del subsuelo, sugiere que una futura erupción de gran magnitud podría concentrarse en esa misma región.

Los datos recopilados por los investigadores muestran que existen al menos siete zonas subterráneas, ubicadas entre los 4 y los 47 kilómetros de profundidad, donde se concentra magma en estado parcialmente fundido. Estas cámaras están compuestas por magma basáltico y riolítico, con un volumen estimado que oscila entre los 388 y los 489 kilómetros cúbicos.

El volcán Semeru de Indonesia entra en erupción
El estallido de Yellowstone tendría un efecto devastador a escala global, sin importar la distancia geográfica. (Imagen de referencia) | Foto: Via REUTERS

Este tipo de actividad recuerda las tres erupciones más importantes en la historia de Yellowstone: Huckleberry Ridge (hace 2,1 millones de años), Mesa Falls (hace 1,3 millones de años) y Lava Creek (hace 630.000 años). Cada una de ellas estuvo acompañada por violentas liberaciones de ceniza que oscurecieron el cielo y dejaron cicatrices en el paisaje, anticipando el potencial destructivo que aún permanece latente bajo la superficie del parque.

Sin embargo, la gran pregunta que permanece sin respuesta es el “cuándo”. Aunque se han logrado avances significativos en la comprensión de la actividad volcánica, la ciencia aún no puede predecir con precisión el momento exacto en que se produciría una explosión de esta magnitud.

El estallido de Yellowstone tendría un efecto devastador a escala global, sin importar la distancia geográfica. Aunque la erupción comenzaría en un único respiradero —probablemente donde la corteza terrestre sea más frágil sobre el depósito de magma—, su impacto no se limitaría a esa área. El magma riolítico, espeso y saturado de gases, se encuentra bajo una presión colosal que, al liberarse, provocaría una explosión tan poderosa que sería letal para cualquier forma de vida en las inmediaciones.

Apenas ocurriera la explosión, una gigantesca columna de ceniza y piedra pómez sería expulsada con tal fuerza que superaría la velocidad del sonido, elevándose rápidamente hasta los límites superiores de la atmósfera. Esta masa volcánica, impulsada por la energía de la erupción, se extendería lateralmente cubriendo enormes extensiones de terreno bajo una densa penumbra.

A su paso, las partículas calientes caerían encendiendo incendios, generando un aumento extremo en la temperatura ambiental y volviendo el aire casi irrespirable, incluso en lugares alejados del foco principal. Conforme la columna creciera y se volviera más pesada, una parte de ella colapsaría, desatando flujos piroclásticos: violentas corrientes de gas ardiente, ceniza incandescente y rocas al rojo vivo que avanzarían a más de 300 kilómetros por hora, arrasando con todo a su paso. En un radio de hasta 100 kilómetros, no quedaría rastro de vida: todo sería incinerado en cuestión de segundos.

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