Ciencia
Científicos están sorprendidos por los comportamientos que presenta el Sol: “No sabemos realmente por qué”
Un nuevo estudio reveló que el Sol rompió con las proyecciones más aceptadas, dejando a los científicos sin una explicación clara.

Un hallazgo publicado en The Astrophysical Journal Letters ha puesto en alerta a la comunidad científica internacional. Investigadores del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la Nasa confirmaron que el Sol rompió con una tendencia de más de dos décadas de descenso en su actividad.
Desde 2008, año que marcó el mínimo histórico en la era de observación moderna, la estrella ha mostrado un repunte constante que contradice las proyecciones más aceptadas.
“Todo apuntaba a que el Sol iba a entrar en una fase prolongada de baja actividad”, explicó Jamie Jasinski, físico del JPL y autor principal del estudio. “Por eso fue una sorpresa ver que esa tendencia se invirtió. El Sol está despertando lentamente”, añadió.
El ciclo solar y las manchas que revelan su fuerza
La actividad solar suele regirse por ciclos de unos 11 años, en los que el número de manchas solares aumenta y disminuye.
Las manchas solares son regiones más frías y oscuras en la superficie solar causadas por concentraciones del campo magnético. Según el Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos, estas manchas “son zonas en las que el campo magnético es unas 2.500 veces más fuerte que el de la Tierra, mucho más que en cualquier otra parte del Sol”.

Aunque los registros de estos eventos se remontan a Galileo Galilei en el siglo XVII, hay evidencia de observaciones aún más antiguas en China hacia el 800 a.C.
Lo sorprendente para los especialistas es que, tras décadas de disminución, el viento solar comenzó a intensificarse después del mínimo de 2008: se desplaza un 6 % más rápido, es un 26 % más denso, un 29 % más caliente y arrastra un campo magnético 31 % más fuerte, según detalla el estudio.
La actividad del Sol rompe pronósticos y se aleja de un mínimo prolongado
Entre 1645 y 1715 ocurrió el mínimo de Maunder, un periodo de casi 70 años con apenas 50 manchas solares registradas. Más tarde, entre 1790 y 1830, se vivió el mínimo de Dalton, también caracterizado por una drástica reducción de la actividad solar.
“No sabemos realmente por qué el Sol pasó por un mínimo de 40 años a partir de 1790”, reconoció Jasinski. “Las tendencias a largo plazo son mucho menos predecibles y aún no las comprendemos del todo”.
La diferencia es que, a pesar de la debilidad del ciclo 24 iniciado, en 2008, el actual ciclo 25 ha mostrado un vigor inesperado. Esto refuerza la hipótesis de que la baja actividad registrada hace poco fue un episodio atípico y no el inicio de un mínimo prolongado como los históricos.

Riesgos y próximos desafíos para la ciencia
El aumento de la actividad del Sol tiene consecuencias directas, las tormentas más fuertes pueden interrumpir señales de radio, afectar la electricidad en la Tierra e incluso dañar satélites.
Por eso, la Nasa y otras agencias están vigilando de cerca al Sol con misiones como IMAP y el Observatorio Geocorona Carruthers que se espera que ayuden a entender mejor el clima espacial y a proteger las futuras misiones hacia la Luna y Marte.
El estudio sugiere que para entender al Sol no basta con contar manchas. Ciclos más amplios, como el de Hale, de 22 años y de carácter magnético, podrían ofrecer pistas más profundas sobre la dinámica de nuestra estrella. Mientras tanto, el mensaje de los astrofísicos es claro: el Sol no está entrando en un largo letargo, sino que muestra señales de recuperación tras un declive de casi dos décadas.
*Con información de DW.