Tecnología

ChatGPT se enfrentó a Atari en una partida de ajedrez y el resultado terminó en humillación

El enfrentamiento entre la IA de OpenAI y la consola retro dejó un claro ganador.

David Alejandro Rojas García

David Alejandro Rojas García

Periodista en Semana

12 de junio de 2025, 9:51 p. m.
El resultado fue aplastante entre el encuentro de IA y la consola de videojuegos retro.
Un nuevo enfrentamiento de ajedrez tuvo como participantes a ChatGPT y Atari, con un resultado aplastante. | Foto: ChatGPT

No es común que una máquina moderna, desarrollada con algunos de los algoritmos más sofisticados de la actualidad, termine superada por una tecnología que apenas cuenta con unos cuantos kilobytes de memoria.

Pero eso fue exactamente lo que ocurrió cuando se enfrentaron dos mundos separados por casi medio siglo: el modelo de lenguaje ChatGPT, de OpenAI, y el videojuego Video Chess de la consola Atari 2600.

Atari 2600: el corazón de una era pixelada

Lanzada al mercado en 1977, la Atari 2600 fue una pionera en el entretenimiento digital. Con un procesador de tan solo 1,19 MHz y una memoria RAM de 128 bytes, la consola marcó una época en la historia de los videojuegos.

Uno de sus títulos, Video Chess, ofrecía la posibilidad de enfrentarse a una inteligencia rudimentaria que, aunque limitada, sorprendía por su capacidad de sostener partidas de ajedrez completas en una arquitectura modesta.

Lo que parecía una victoria fácil para ChatGPT terminó en humillación ante Atari.

Un cruce entre nostalgia y tecnología de punta

El experimento fue concebido por Robert Caruso, arquitecto de hardware fascinado por la historia tecnológica. Durante una conversación con ChatGPT sobre la Atari 2600, se le ocurrió una pregunta provocadora: ¿podría el chatbot moderno jugar ajedrez contra Video Chess? Con la ayuda del emulador Stella, la idea se convirtió en una partida real.

“Algunas personas me preguntaron si ChatGPT siquiera entiende el ajedrez. De hecho, sí, y el experimento fue idea suya”, señala el arquitecto.

El resultado, lejos de favorecer a la inteligencia artificial más avanzada de la actualidad, terminó en una auténtica lección de humildad tecnológica.

A pesar de que ChatGPT puede manejar información compleja, generar lenguaje natural y analizar jugadas, se vio confundido por los gráficos abstractos del juego, cometió errores de interpretación en las piezas y perdió el control del tablero en múltiples ocasiones.

“Cometió suficientes errores como para que se rieran de él en un club de ajedrez de tercer grado”, afirma Caruso.

Una partida que terminó en rendición

Según relató Caruso en su cuenta de LinkedIn, la IA no solo confundió torres con alfiles, sino que ignoró maniobras básicas como las horquillas de peones. Incluso después de cambiar a notación estándar, los fallos continuaron.

“Fue como ver a alguien intentando jugar sin entender del todo las reglas”, describió. Mientras tanto, la sencilla lógica de Video Chess, basada en fuerza bruta y reglas elementales, se mantuvo firme durante los 90 minutos de partida.

ChatGPT cayó frente al juego Video Chess de Atari 2600 en una sorpresiva partida.
El pasado tecnológico vs. al presente del modelo de IA, ChatGPT. | Foto: Linkedin Robert Jr. Caruso

Caruso tuvo que intervenir en varias ocasiones para evitar movimientos ilegales por parte del chatbot, quien insistía en reiniciar el juego para mejorar su desempeño. Al final, incluso el modelo de OpenAI reconoció la derrota.

“Inicialmente, incluso ChatGPT supo que estaba derrotado y se rindió con la cabeza gacha”, concluyó.

El mensaje detrás del experimento

Este enfrentamiento no se trató de simple competencia, sino de una reflexión sobre las capacidades y limitaciones de la inteligencia artificial.

Aunque ChatGPT puede simular razonamiento humano y procesar cantidades masivas de datos, su rendimiento puede verse afectado por factores inesperados, como la interpretación visual o el contexto simbólico en ambientes retro.

En contraste, una consola con apenas un puñado de bytes demostró que la eficiencia también puede residir en la simplicidad. Y por un día, el pasado tecnológico se impuso al futuro.

Noticias relacionadas