Tecnología
¿Cada cuánto se deben cambiar los electrodomésticos y cómo saber si llegó la hora de hacerlo?
Cambiar los electrodomésticos en el momento adecuado puede mejorar la eficiencia del hogar y reducir gastos a largo plazo.

Los electrodomésticos se han convertido en elementos fundamentales en los hogares modernos. Estos dispositivos facilitan las tareas cotidianas y mejoran la calidad de vida de quienes los utilizan. Sin embargo, como ocurre con toda tecnología, los electrodomésticos tienen una vida útil limitada. Determinar el momento adecuado para reemplazarlos puede resultar complicado, pues implica evaluar su funcionamiento, los costos de mantenimiento y la eficiencia energética.
Según lo analizado por inteligencia artificial, cada tipo de electrodoméstico posee una vida útil estimada que varía según su naturaleza, uso y mantenimiento. Por ejemplo, un refrigerador puede tener una duración de entre 10 y 20 años, mientras que una lavadora o secadora suele funcionar entre 8 y 12 años. Los microondas y las tostadoras, en cambio, tienen una esperanza de vida de entre 5 y 10 años.
Aunque estos rangos sirven como una guía general, no son una regla estricta, ya que algunos electrodomésticos pueden fallar antes de alcanzar su vida útil promedio, mientras que otros pueden seguir operando más tiempo si han sido bien mantenidos.

¿Cómo saber cuándo es momento de cambiarlos?
Existen diversas señales que indican que un electrodoméstico podría estar próximo a su fin. El primer indicio común es el mal funcionamiento constante. Si un aparato comienza a requerir reparaciones frecuentes o presenta fallos recurrentes, es probable que el desgaste sea significativo y que la reparación no sea una solución a largo plazo.
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Otro factor a considerar es la eficiencia energética. Los electrodomésticos que alcanzan el final de su vida útil tienden a ser menos eficientes, lo que se traduce en un mayor consumo de electricidad y, en consecuencia, en facturas más altas. Si un dispositivo ha alcanzado su edad límite y está generando costos adicionales debido a su ineficiencia energética, puede ser conveniente considerar su reemplazo.
¿Es mejor reparar o reemplazar?
Uno de los dilemas más comunes cuando un electrodoméstico empieza a fallar es decidir si repararlo o reemplazarlo. Para tomar una decisión informada, es necesario evaluar el costo de la reparación frente al valor del aparato.
Si el costo de la reparación supera el 50 % del valor de un electrodoméstico nuevo, lo más recomendable es optar por la sustitución. En casos donde el aparato tiene más de 10 años y la reparación resulta costosa, generalmente es más conveniente reemplazarlo.
Además, en algunos casos, la reparación puede no ser viable debido a la falta de piezas de repuesto. A medida que los electrodomésticos envejecen, los fabricantes dejan de producir componentes específicos, lo que hace que las reparaciones sean impracticables o excesivamente costosas.
Reemplazar los electrodomésticos en el momento adecuado ofrece varios beneficios. En primer lugar, los modelos más nuevos suelen ser considerablemente más eficientes en cuanto al consumo de energía, lo que puede traducirse en un ahorro significativo en las facturas de electricidad.

La decisión de cambiar un electrodoméstico depende de diversos factores. Si el aparato presenta fallos constantes, si los costos de reparación son elevados, si su consumo energético es excesivo o si ya no cumple con las funciones necesarias, es un indicio claro de que es hora de reemplazarlo. También es relevante considerar la antigüedad del dispositivo y la disponibilidad de nuevas tecnologías que puedan ofrecer mejores resultados.
Sustituir los electrodomésticos en el momento adecuado no solo mejora la eficiencia del hogar, sino que también contribuye a reducir los gastos a largo plazo y favorece el bienestar del medio ambiente.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.