Tecnología
14 días de prisión y una multa de 156 mil dólares por insólito accidente con un dron
Un programador de 57 años recibió cárcel y una fuerte multa por el accidente que provocó con su dron en plena emergencia.

Un incidente que podría haber finalizado en catástrofe culminó con una condena para un programador de Los Ángeles, el descuido al manejar un dron no solo interrumpió las labores de extinción de incendios, sino que dejó una lección sobre la responsabilidad en el uso de tecnología aérea no tripulada.
Un error que costó miles de dólares y días de libertad
Peter Tripp Akemann, programador de 57 años que vive en Culver City, enfrentó las consecuencias legales de su descuido tras admitir su responsabilidad en febrero pasado, el Tribunal Federal lo encontró culpable de manejar de forma peligrosa una aeronave no tripulada, violando las normativas federales establecidas para este tipo de dispositivos.

El juez federal Michael W. Fitzgerald no fue benévolo en su decisión, 14 días tras las rejas, seguidas de 30 días de arresto domiciliario. Pero la sanción económica fue aún más severa: aproximadamente 156 mil dólares entre compensaciones y penalizaciones que deberá cubrir el acusado.
La sentencia incluye además 150 horas de trabajo social enfocado específicamente en apoyar los esfuerzos de socorro por los incendios que devastaron el sur de California este año, una medida que busca que el infractor contribuya directamente con la causa que afectó.
Cuando el desconocimiento tiene consecuencias
El choque involucró al Super Scooper Quebec 1, una aeronave Canadair CL-415 especializada en combatir incendios forestales, Este es fundamental en las operaciones contra el fuego que consumía áreas del norte angelino, pues tras el choque quedó inhabilitado justo cuando más se necesitaba su intervención para controlar las llamas.
Lo más revelador del caso fue la confesión del propio Akemann en una carta de tres páginas dirigida al tribunal, el programador admitió que inicialmente no relacionó su dron con el accidente: “Hasta que escuché en las noticias sobre la colisión entre un dron y una aeronave contra incendios, no sospeché que mi dispositivo pudiera estar involucrado”, reconoció.

Los daños materiales ascendieron a más de 65 mil dólares, suma que tanto el gobierno de Quebec como la empresa encargada de las reparaciones tuvieron que desembolsar para restaurar la aeronave y ponerla nuevamente en funcionamiento.
Este caso ilustra los riesgos que representa el uso irresponsable de drones, especialmente durante emergencias donde cada minuto cuenta para salvar vidas y propiedades. La condena establece un precedente claro sobre las graves repercusiones legales y económicas que enfrentan quienes comprometen operaciones de rescate por negligencia.