Quizá por la autoestima que le ayudaron a consolidar en su casa, y por el carácter santandereano que corre por sus venas, su estilo de liderazgo se caracteriza por hablar con franqueza, pero con respeto.

Thyana Álvarez, la santandereana que lidera operaciones mineras

Desde la operación local de una minera internacional, esta líder demuestra que el desarrollo sostenible empieza por incluir la visión del territorio y empoderar a quienes lo habitan.

Redacción Semana
19 de junio de 2025

Una comunicadora social de la Universidad Autónoma de Bucaramanga está al frente de la operación local de la minera canadiense Libero Copper. Las probabilidades jugaban en su contra porque es un sector masculinizado en el que los cargos directivos suelen ser para profesionales más técnicos, como geólogos e ingenieros. Pero cuando se busca en su historia personal, todo cobra sentido.

Ella ha estado en contacto con la minería desde la cuna. Su padre era ingeniero mecánico y trabajó toda la vida en el Cerrejón, en La Guajira. Ella pasó allí su infancia y adolescencia, y terminó el bachillerato en Albania, donde se encuentra la mina de carbón.

“Estudié en el colegio para los trabajadores, totalmente bilingüe, lo cual resultó una ventaja para mí”.

Consiguió su primer trabajo en el área de Comunicaciones de otra minera canadiense. La escogieron por hablar inglés y por su afinidad con el sector. Sabe muy bien que la comunicación es la puerta para llegar a los habitantes de los territorios donde se extraen los minerales. “Como sector debemos escucharlas. Es importante incorporar su visión de desarrollo en la planificación de los proyectos”.

Tiene claro que no puede dar un concepto sobre el potencial de determinados suelos, por ejemplo, y eso se los deja a los expertos. Su aporte está en la gestión y, sobre todo, en acompañar a los pobladores para que la minería sea un gana-gana para ellos y las compañías.

“Me inspiran las comunidades y el desarrollo, ver que la gente crece y encuentra su potencial. Me inspira ver cómo nuestros proyectos, que se ejecutan normalmente en lugares remotos, se convierten en una oportunidad para comunidades”.

Luego de tomar las riendas de la empresa, el año pasado logró poner en marcha dos campos que estaban estancados, uno en Putumayo (cobre) y otro en Tolima (plata), que hoy generan unos 120 empleos directos y 400 indirectos en cada uno de los territorios.

“Los nuevos modelos de gobernanza de la minería y los de Libero, sobre todo, ponen a las comunidades en el centro”, enfatiza. Un ejemplo de esto es Mocoa, donde lograron que el 90 por ciento de la planta de personal sea de la zona, al igual que los proveedores.

Quizá por la autoestima que le ayudaron a consolidar en su casa, y por el carácter santandereano que corre por sus venas, su estilo de liderazgo se caracteriza por hablar con franqueza, pero con respeto. Aprendió que decir lo que piensa, sin temor a las consecuencias, puede ser una fortaleza. “Gracias a eso, mis jefes comenzaron a tomar en cuenta mis opiniones”.

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