
Liderazgo empático
Gabriela Febres: transforma vidas desde la recuperación integral
De ministra a líder social, esta líder corporativa ha dedicado más de 20 años a la rehabilitación e inclusión de sobrevivientes del conflicto, construyendo esperanza y futuro en Colombia.
Está feliz por Lina: “Es profesora, encontró un buen novio y pronto dará a luz a su primera hija, Zoe”.
Lo dice como una mamá orgullosa de sus hijos. Lina tiene 22 años, vive en Buenaventura y habla con cariño de su mentora: “Me ha acompañado siempre”.
Se conocen desde que Lina tenía 4 años y caminaba a brinquitos sobre una sola pierna. La otra se la amputaron a los 4 meses de nacida, por una bala perdida. En esa época, su mamá tocó las puertas de United for Colombia, la fundación que Febres Cordero formalizó en 2003 junto a Claudia Estrada y Catalia Álvarez para patrocinar la rehabilitación de sobrevivientes del conflicto.
Esta venezolana –con nacionalidad colombiana– recuerda a casi todos los que han pasado por su organización. Le gusta recibirlos y conocer a sus familias.
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“Trato de entender sus contextos y ver qué apoyos requieren para que la recuperación sea integral”.
El caso de Argemiro Cuéllar fue el que le dio un giro a su vida, cuando vivía en Washington como esposa del embajador de Colombia en Estados Unidos. Era el único sobreviviente de un helicóptero derribado por las Farc, tenía quemaduras en todo el cuerpo y el Ejército lo había enviado al hospital militar Walter Reed, en Maryland. “Un día contesté una llamada del hospital. Dijeron que Argemiro estaba solo y necesitaba apoyo.
Empezamos a visitarlo y salíamos a pasear. Me contó sobre los soldados colombianos heridos en combate o por minas”.
Para entonces, en su hoja de vida se destacaban su título de administradora de empresas, el cargo de ministra de Comercio de Venezuela y su faceta como emprendedora en comunicaciones.
Inspirada por Argemiro, comenzó a buscar recursos y contactos. Con la Clínica Mayo de Rochester (Minnesota) logró un acuerdo de diez años para atender a soldados que necesitaban cirugías, prótesis, rehabilitación y apoyo psicosocial, en procesos de hasta cuatro años. “Ellos se encargaban de la parte médica y nosotros, de su sostenimiento cuando no estaban internados. Treinta y tres recibieron tratamiento”. Mientras tanto, en Colombia, la fundación comenzó a ocuparse también de civiles, como Lina.
Superada la rehabilitación, viene la inclusión socioeconómica. “Les damos apoyo psicológico para ganar confianza, los ayudamos a estudiar y a conseguir trabajo. De nada vale una superprótesis si van a quedarse en la casa”.
El deporte es clave en todo el proceso. United for Colombia incluso promueve que participen en maratones. Verlos competir, estudiar, trabajar y formar una familia es la recompensa más grande para Febres Cordero, quien más de 20 años después sigue transformando vidas.