EL DEBATE
Así justificaron, en vivo, que Petro estuviera en tarima de Medellín al lado de criminales: “Dejemos la hipocresía”
En el marco de la justificación se dijo que son esos grupos criminales los que garantizan la seguridad en Medellín.

Toda una tormenta política se desató por cuenta de que el presidente Gustavo Petro compartiera tarima en Medellín con criminales. Los hechos tuvieron lugar en La Alpujarra y desataron una gran controversia nacional.
En El Debate, de SEMANA, los representantes a la Cámara Andrés Forero y Alejandro Ocampo sostuvieron un duro cruce de declaraciones por cuenta de esta controversia.
Y fue en el marco de dicha controversia que el congresista Alejandro Ocampo justificó, durante el debate en vivo, el proceder del presidente Petro. “Yo creo que es un momento donde se acaba la hipocresía. Quienes prestan la seguridad en Medellín o hacen que Medellín sea más seguro o menos insegura son esas bandas, no es el alcalde Fico. El alcalde Fico no garantiza la seguridad de nadie ni garantiza que bajen los crímenes ni mucho menos. Como le dijeron en las tarimas, quienes garantizan que hoy haya menos homicidios, haya menos extorsiones, haya menos delitos, son estos grupos delincuenciales. Es acabar con esa doble moral”.
“Entonces, por primera vez, va un presidente a hablar sin mentiras, sin por detrás, porque lo que ha ido pasando allá es que por detrás y por debajo de la mesa le han entregado el control de la ciudad a las bandas criminales y las bandas criminales le han entregado seguridad y control social a la alcaldía de Medellín”, agregó el congresista del Pacto Histórico.
Vea aquí El Debate, completo:

“Es un presidente que va y le afronta la verdad a los antioqueños y los señores dijeron allí en la tarima que ellos se habían comprometido y gracias a ellos bajaron los homicidios, la extorsión y los delitos, y Fico no ha dicho una cosa contraria a eso porque Fico mantiene de viajes, en concierto, en vacaciones, que se comporta como un gamín y es más fácil hablar con los delincuentes que con el alcalde de Medellín porque es una gaminada constante, pero no soluciona los problemas de seguridad”, agregó.

“Lo grave del hecho no es que el presidente haya llevado a los grupos delincuenciales a una tarima. Lo grave del hecho es que quedó ante el país y ante el mundo que quienes dan seguridad a la gente de Medellín son los delincuentes y no el alcalde. Ese es el hecho más grave que me parece, pero celebro que hoy tengamos la posibilidad de querer hacer la paz, de que esos señores se comprometan, se desarmen, dejen de utilizar menores para acribillar personas”, señaló.
“La paz se hace con las personas que delinquen, con los que generan gran violencia y hoy lo que hemos visto es que el alcalde de Medellín no ha sido capaz de tener seguridad y al Gobierno nacional le toca hablar con bandas criminales para darle seguridad a los antioqueños”, agregó el representante.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, ha rechazado el proceder del jefe de Estado y ha señalado que es incorrecto montarse en tarima con actores irregulares: “Petro ondeó la bandera de la muerte, la tuvo visible después en su despacho, y a los pocos días atentaron contra Miguel Uribe como candidato presidencial. Ahora que se subió a la tarima con los peores criminales amenazándome a mí y a las demás instituciones de Antioquia… no me quiero imaginar el resultado. Petro sacó de la cárcel a los peores criminales de la historia reciente de la ciudad, muchos capturados en mi primera administración, para subirlos en una tarima a demostrar de qué lado está. Si eso no es una amenaza directa al Estado de derecho, a la democracia y a mí… no sé lo que es. No es un acto político, es una premiación a la barbarie. Es una amenaza, una intimidación, un mensaje de todo menos de paz. Al contrario, es un mensaje de guerra. Tergiversaron los valores. Seguiremos trabajando con lealtad a nuestra gente y a Colombia”, dijo Gutiérrez.
Petro ondeó la bandera de la muerte, la tuvo visible después en su despacho, y a los pocos días atentaron contra Miguel Uribe como candidato presidencial. Ahora que se subió a la tarima con los peores criminales amenazándome a mí y a las demás instituciones de Antioquia… no me… pic.twitter.com/bYIu8cALIS
— Fico Gutiérrez (@FicoGutierrez) June 22, 2025
Petro en Medellín
“Mi propuesta consiste en que la fiscal general de la nación —a quien no he invitado aún porque está fuera del país— y yo, como presidente de Colombia, vayamos a la cárcel (de Itagüí) a examinar, bajo las normas legales existentes, las posibilidades de beneficios jurídicos a cambio de la dejación completa y definitiva de las armas, del asesinato, de la sujeción de juventudes, hombres y mujeres de los barrios, y de la extorsión y la ayuda al traqueteo”.
Este fue el planteamiento que el presidente Gustavo Petro le hizo el sábado 21 de junio de 2025 a las denominadas estructuras armadas organizadas de crimen de alto impacto, que hacen presencia en Medellín y en el Valle de Aburrá.
Durante el evento Un pacto por la paz urbana de Medellín, realizado en la plazoleta La Alpujarra, el jefe de Estado recalcó en su mensaje a los jefes de estas estructuras: “Les pido a estos antiguos dueños de la violencia en Medellín que cesen toda violencia. Ojo, no se trata de acuerdos parciales. Sabemos que cumplieron cuando dijeron acabar fronteras entre bandas. Sabemos que cumplieron cuando dijeron que no más matar. Tregua. Sabemos que en algunos barrios dijeron, por un tiempo transitorio, cesar la extorsión”.
Pero, agregó: “Yo quiero poner mis condiciones para dar un paso definitivo al cese total de la violencia en la comuna popular y emancipar a la juventud y a la mujer de Medellín; emanciparla, cortar las cadenas de la violencia y de la codicia. Entonces, hay que cesar definitivamente la violencia”.
El presidente Petro indicó que el Gobierno ya ha visitado repetidamente la cárcel de Itagüí para escuchar a los antiguos jefes de las bandas y “ellos tienen sus intenciones”, las cuales “veremos si son adaptables a una política de paz”, dijo el mandatario.
“No quiero que nos engañen y que usen la paz simplemente para fortalecerse, como han hecho otros grupos, sino para mirarla de verdad, para salir de la violencia definitivamente y poder mirar de frente al ser humano, al sol, a la luna, al pájaro que canta a la vida”, manifestó.
De acuerdo con el mandatario, esta escalada de muerte llevó a Medellín a 400 homicidios por cada 100 mil habitantes, la tasa más alta de la historia colombiana y la más alta alcanzada hasta ahora por alguna ciudad del mundo.
Destacó que, gracias a esfuerzos de “paz urbana”, hoy esta tasa es de 10 homicidios, lo cual es un orgullo para Medellín y Antioquia. “Todavía es insuficiente, hay muerte, pero bajar de 400 a 10 es un orgullo antioqueño que hay que levantar como una bandera”, dijo.
Y agregó: “A mí me gustaría que en este Gobierno bajáramos del 10. Está repuntando desgraciadamente en los últimos meses y hay que ser más tercos entonces. Hay que recoger en una política pública a la niñez y a la juventud de la comuna popular, dentro de una política pública eficaz y no de carreta”.
Al retomar su propuesta de “paz urbana”, el mandatario recalcó: “Queremos que la Fiscalía General de la Nación, —olvidándose de que hay fiscales aquí que no le hacen caso— vaya a la cárcel, a donde yo mismo voy a ir, y me acompañe”.
Esto para estudiar —puntualizó— “si a través de las actuales normas jurídicas podemos lograr un acuerdo definitivo en donde cese la violencia aún más en los barrios pobres de Medellín y que la juventud pueda ser libre y podamos hablar entonces de paz con la boca llena de alegría, cantando, ojalá. Sé lo difícil y lo complejo que es”.
A renglón seguido, expuso que “el acuerdo de paz urbana, que no es con guerrillas, es con delincuencia, y brava, que asoló a Medellín, indudablemente debe ser serio para que estos procesos —que también están en Quibdó, en Buenaventura, y que esperos abrirlo en Barranquilla— permitan que sin muertes se acabe la esclavitud del pueblo a la violencia”.
Al concluir, el presidente Petro reiteró la esencia de su propuesta: “Cese de la violencia, ya no transitorio sino total, y beneficios jurídicos estudiados con el mismo poder judicial. Quizá se necesite de una ley, pero si logramos demostrar que es posible la presión popular por una ley de ese estilo en todas las regiones que sufren ese flagelo, crecerá, porque veremos que la paz es posible y que salir de cien años de soledad es posible en la Colombia actual”.