Salud

La devoción de Hernán Peláez, vecino del doctor Fernando Hakim, el médico de Miguel Uribe Turbay, por san Chárbel: “Algo me ocurrió”

El reconocido periodista y comentarista deportivo relató cómo terminó creyendo en Chárbel Makhlouf, más conocido como San Chárbel, santo que ha cobrado relevancia en medio del estado de salud del senador Miguel Uribe Turbay.

3 de julio de 2025, 4:14 p. m.
De izquierda a derecha:  Hernán Peláez, comentarista deportivo; Fernando Hakim, médico neurocirujano; Chárbel Makhlouf, San Chárbel; y Miguel Uribe Turbay, senador
De izquierda a derecha: Hernán Peláez, comentarista deportivo; Fernando Hakim, médico neurocirujano; Chárbel Makhlouf, San Chárbel; y Miguel Uribe Turbay, senador. | Foto: Fotos de SEMANA y de las redes del doctora Hakim, respectivamente

El reconocido periodista y comentarista deportivo Hernán Peláez dio cuenta de cómo se volvió devoto de San Chárbel. Se trata del santo sobre el que miles de personas han volcado su fe, después de que el también reconocido doctor Fernando Hakim, a cargo de los procedimiento médicos del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, mencionara que se aferra a él en el marco de su profesión.

“Un monje maronita y libanés. Yo alguna vez cometí, al comienzo, el pecado de haberlo mencionado como libio y me regañaron, me dijeron, ‘no, es libanés y maronita’. Fue un santo que nació en 1828, murió en 1898, 70 años. Yo diría que un ermitaño, un hombre que hizo milagros en cantidades”, aseguró el también profesor Hernán Peláez.

“Dicen los que tuvieron la fortuna del milagro que él se aparecía en algún momento a visitar al paciente, la imagen de él y bueno, se lograba el milagro. Yo lo conocí hace 14 años cuando tuve el tema del mieloma múltiple”, agregó el comentarista deportivo, al señalar que siempre ha sido católico, pero le llegó la devoción por San Chárbel tras una anécdota particular.

“Alguna vez Beatriz, mi señora, vino de misa y me dijo: ‘ve, una señora —que no la conozco— me recomendó y te manda este aceite, poquitico de un aceite y que estudies y busques la vida de San Chárbel’. Y bueno, a partir de ese momento yo empecé a pedirle protección. Y unos jesuitas encabezados por don Aldo Ortiz vinieron a visitarme en esa época y uno de ellos me dijo: ‘Mire, no pida nada, siempre dele las gracias a su santo. Eso de que ayúdame, protégeme, no. Usted dele las gracias porque él va a estar pendiente de usted’”, narró Peláez.

Luego, dijo el comentarista, su devoción aumentó por cuenta de su vecino, el famoso doctor Fernando Hakim, el mismo que ahora atiende al senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay. “Con el tiempo, mi vecino, el doctor Fernando Hakim, se enteró y cuando él viaja al Líbano a visitar a sus familiares siempre me trae las estampitas y el aceite de San Chárbel de la iglesia maronita. Es un santo, yo le tengo mucha fe a él y todos los días le doy las gracias por estar pendiente, nada más. No pedirle, no. Agradecerle de que esté pendiente de mi salud y he hecho una gran devoción por ese santo y una fe enorme en él. Yo lo ubico como una especie de intermediario ante el de arriba”, agregó.

Hernán Peláez, que ofreció estas declaraciones a las emisora La W, dio cuenta de un hecho particular con su salud. Además, dijo, él era un católico normal hasta que “se encarretó” con San Chárbel. “Entonces, San Charbel es el hombre que nos protege y es un hombre, si usted ve la historia en el Líbano, es un santo venerado que tuvo la oportunidad de mostrar que su cuerpo, después de muerto, nunca se deterioró, nunca. Y dicen que exuda y parte de ese proceso es el que lleva al tema del aceite de San Chárbel”.

“Yo era un creyente normal, un creyente católico de misa, pero no así de un santo en especial. Porque yo sé que hay devociones a San Cayetano, a no sé, pero yo básicamente era un católico general de los que sabemos que son católicos, creyentes, pero no tenía esa ubicación de un santo en particular. No lo conozco, tengo las estampas de él, las oraciones de él. Aquí en Bogotá hay una iglesia maronita que, inclusive, celebra misa a las 11 de la mañana los domingos en la iglesia Santa Clara de Asís, Iglesia Católica. No sé cómo es la palabra, un obispo maronita, aquí en Colombia”, agregó el profesor Hernán Peláez.

“Yo me encarreté, para usar un término muy popular con este santo, y siempre todos los días muy temprano le agradezco la compañía y la presencia, nada más. Yo creo que la fe mueve montañas y como dice el doctor Hakim, a él también lo acompaña y él lo invoca para que lo asesore en los procedimientos quirúrgicos. Yo creo que es así. Y le cuento una cosa, es un hombre, ya hablando del doctor Hakim, disciplinado, un hombre que hace trabajo de pesas tempranísimo en los gimnasios, aquí en el gimnasio, a las cinco de la mañana, y el hombre a las seis de la mañana ya está en contacto con sus auxiliares o ayudantes en la clínica, y a las ocho en punto está en la fundación, todos los días, ejerciendo su brillante oficio”, agregó, al dar cuenta de la actividad del galeno, con quien comparte vecindad.

Finalmente, el doctor Peláez dijo que entiende a quienes no creen, pero él, por ejemplo, cree que San Chárbel ya obró sobre él en un momento particular.

“Yo creo que depende más de la fe de uno, pero mire, yo le agrego algo que me ocurrió y no lo califico como milagro, pero curiosidad sí fue. En uno de los tantos exámenes de esa época, el tema de los riñones estaba bastante complicado. Empezamos el tratamiento y a la vuelta de los dos o tres meses volvimos al examen. La médica que me atendió en su computador miró lo que yo había mostrado en un examen y lo que mostraba en este momento”, narró.

“Y ella solamente me preguntó: ‘¿Usted qué ha hecho para que esto mejore?’ Yo no le supe contestar, no tengo una dieta, no sé. Ella misma se sorprendió y me dijo: ‘Pero qué tan raro, ¿por qué ese número cambió tanto y ahora está bien y antes estaba regular?’ No le hablé de santo ni de nada, pero ni ella ni yo nos pusimos de acuerdo. Yo lo atribuyo a que en ese momento yo tenía el aceite, lo invocaba y él me acompañaba. Yo creo que eso hizo parte de un milagro", agregó.

“Ahora, ¿cómo lo explico? No, yo no sé, pero solamente digo que muchas de las personas que fueron consultadas, precisamente para certificar que eran milagros, hablaban de la presencia de él, un santo alto, de barba blanca que aparecía, y bueno, la gente creyó y esos fueron los milagros que el Vaticano fue a acumulando, me imagino, para darle el tema o el título de santo".

Finalmente, el doctor Peláez consideró que la gente debe creer en algo, más allá de si es un santo o no. “Los hombres al final tienen que creer en algo y agradecerle a alguien lo que está pasando, ¿no? O lamentándose también con alguien, ¿no?“.