Estudios científicos
Está comprobado que el cerebro recuerda mejor los momentos estresantes: esta es la reveladora explicación
Un estudio que analizó cómo funcionaba la memoria en eventos de alto estrés mostró que el nivel de recordación es más alto en eventos tensos que en experiencias neutras.
Los mecanismos mediante los cuales la memoria se vuelve más efectiva han despertado gran interés en los científicos, que con el paso del tiempo han identificado métodos y técnicas que pueden ser útiles para mejorar la cantidad y la calidad de recordación que recopila el cerebro.
Pues bien, uno de los hallazgos que han encontrado en los últimos años tiene que ver con los eventos que activan la memoria. De hecho, investigadores de la Universidad Ruhr de Bochum de Alemania (RUB, por sus siglas en alemán) descubrieron que los detalles de los eventos estresantes se recuerdan mejor en comparación a los eventos neutros.
Para comprobarlo sometieron a los participantes del estudio a escenarios estresantes en entrevistas de trabajo simuladas y al término de las mismas les pidieron que describieran los objetos que estaban dispuestos en el lugar donde se encontraban.
Según reportó la RUB a través de un comunicado de prensa, también tomaron imágenes de resonancia magnética y analizaron cómo se comportaba la actividad del cerebro cuando los participantes del estudio volvían a ver los objetos que estaban presentes durante las entrevistas.
Tendencias
La recordación fue mejor cuando estaban estresados debido, entre otras cosas, a que las situaciones estresantes activan mecanismos cerebrales similares a los que se desencadenan cuando se activa la memoria.
El estudio fue realizado por científicos del Instituto RUB de Neurociencia Cognitiva y fueron publicados en la revista científica Current Biology.
“Por lo general, tenemos imágenes detalladas en el ojo de la mente de experiencias estresantes, como tomar el examen de manejo, incluso después de muchos años”, dijo Oliver Wolf, uno de los autores de la investigación. “Mientras que un paseo por el parque el mismo día se olvida rápidamente”, agregó.
Los autores indicaron que ya ha habido investigaciones previas similares para entender por qué se guardan con más facilidad los recuerdos de situaciones estresantes que aquellos que se producen durante escenarios tranquilos.
“Una idea era que representaciones de memoria muy diferentes podrían haber sido la clave para recuerdos más poderosos. Por otro lado, hubo indicios de que los recuerdos de estrés se parecían más entre sí”, indicó por su parte, la profesora Anne Bierbrauer.
La RUB advirtió que el estudio que publicaron sus investigadores mostró que la segunda hipótesis tiene más evidencia.
Señalaron que uno de los factores diferenciales de esa investigación fue que intentaron documentar cuál era la forma en la que operaba la memoria en un evento real. Para lograrlo usaron una técnica llamada Prueba de Estrés Social de Trier, que les pide a los participantes hablar frente a personas desconocidas que simulan ser un comité de selección laboral.
Así fue el revelador experimento
Previamente, los investigadores les pidieron a los miembros de ese comité que tuvieran expresiones corporales y verbales neutras y que se abstuvieran de hacer cualquier tipo de comentario positivo. Como resultado, los participantes del estudio desarrollaban estrés.
Mientras estaban en la entrevista, los miembros del comité ficticio hacían uso de algunos elementos, que después eran incluidos en las pruebas para evaluar la memoria de los participantes.
“El grupo de control se enfrentó a los mismos objetos, pero los participantes no sufrieron ningún estrés. Un día después, los investigadores mostraron los objetos a los participantes de ambos grupos mientras registraban la actividad cerebral en un escáner de resonancia magnética. Los participantes estresados recordaron los objetos mejor que los miembros del grupo de control”, explicó la RUB a través de su boletín de prensa.
Una de las partes del cerebro que más interés despertó entre los investigadores fue la amígdala, que está relacionada con el aprendizaje emocional. El comportamiento de la actividad neuronal que tuvieron los participantes se observó cuando les mostraron objetos que usaban los miembros del comité y otros objetos que nunca habían estado en la entrevista.
Como resultado encontraron que las “huellas de la memoria” que aparecían con los objetos que sí se habían utilizado eran muy similares entre sí. Esta respuesta del cerebro, sin embargo, no se registró en el grupo de control que no había sido sometido a la situación estresante.
“En otras palabras, las representaciones cerebrales de los objetos de las situaciones estresantes estaban muy estrechamente vinculadas y, por tanto, claramente diferenciadas de otras experiencias”, advirtió la oficina de prensa de la universidad.