Thomas Greg & Sons, una de las frustraciones de Gustavo Petro: quiso desmarcarla como contratista del Estado, pero no lo consiguió

Una de las mayores frustraciones del presidente Gustavo Petro se llama Thomas Greg & Sons, una afamada firma colombiana privada que en los últimos 20 años se ha quedado con algunos de los contratos más jugosos y millonarios del Estado.

Desde que llegó al poder, Petro se comprometió a despojar a Thomas Greg de varios contratos con la Nación, entre ellos, el del software de la Registraduría y la licitación de los pasaportes por parte de la Cancillería, pero hasta el momento no lo ha conseguido.

Este martes 24 de junio, la canciller Laura Sarabia confirmó que acudirá a la figura de urgencia manifiesta para adicionar otros 11 meses de contrato a Thomas Greg para que siga expidiendo los pasaportes.

En otras palabras, la jefe de la diplomacia en Colombia extenderá el contrato hasta que finalice el gobierno de Gustavo Petro en 2026. Aunque el excanciller Luis Gilberto Murillo había anunciado un nuevo modelo con Portugal, pero no definió la hoja de ruta de su implementación, según Sarabia.

Sarabia, para evitar que el país se quede sin pasaportes porque el contrato va hasta septiembre de 2025 y los tiempos no dan para una nueva licitación, optó por insistir en la firma privada que no le gusta al presidente Petro.

De hecho, el presidente alertó que no quiere que el contrato de pasaportes vuelva a quedar en manos de Thomas Greg, una empresa contra la que ha arremetido en el pasado. Pero su deseo, en esta oportunidad, no se cumplirá por razones eminentemente jurídicas.

Y es que Sarabia no cometerá el error que le costó al excanciller Álvaro Leyva —el primero en este Gobierno—, una destitución por 10 años para ejercer cargos públicos por parte de la Procuraduría, porque se atravesó a Thomas en medio de una licitación que ya se habían ganado. “No conciliaré con Thomas Greg”, le reveló Leyva a SEMANA el 16 de diciembre de 2023.

Esa posición jurídica le costó al excanciller un desgaste político al interior del Gobierno. Aunque obedeció las órdenes de Petro, se alejó de varias figuras de la Casa de Nariño, entre ellas, la exdirectora de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado, Martha Lucía Zamora, quien conceptuó que el contrato debía adjudicarse, pese a la petición del presidente.

El exministro de relaciones exteriores terminó por fuera del cargo, luchando solo contra la corriente y hoy enfrentado con Gustavo Petro.

El excanciller Luis Gilberto Murillo —quien reemplazó a Leyva— también se atravesó a la licitación de la firma privada y el tema terminó en los estrados judiciales. Thomas Greg & Sons terminó cediendo terreno a cambio de que el Estado prorrogara su contrato, como ocurrió, mientras la Imprenta Nacional y el modelo de Portugal se ponían en marcha.

Como no ocurrió, la empresa volverá a beneficiarse de la millonaria licitación.

Thomas Greg & Sons también generó enfrentamientos entre la Presidencia y la Registraduría.

El registrador Hernán Penagos contrató con esta empresa la logística de las elecciones en el 2026 por más de 41.000 millones de pesos. El proceso licitatorio no le gustó al secretario de transparencia de la Presidencia, Andrés Idágarra, quien anunció acciones penales contra el registrador porque, según él, se presentaron presuntas irregularidades en el proceso de contratación.

En ese orden de ideas, primó la ley y Gustavo Petro tendrá que escuchar del fantasma de Thomas Greg & Sons hasta que termine su Gobierno.