Entrevista
“Quisiera que Petro no se fuera del Gobierno”: exesposa del presidente arremete contra Laura Sarabia y propone a Roy Barreras como opción para el 2026
Mary Luz Herrán, exesposa de Gustavo Petro, habló con SEMANA. Celebró la renuncia de Laura Sarabia, dijo que nunca estuvo preparada para ser canciller, y anticipó que Roy Barreras puede ser la ficha de la izquierda para las elecciones presidenciales de 2026.

SEMANA: Usted no escondió su alegría por la renuncia de Laura Sarabia a la Cancillería. ¿Por qué?
MARY LUZ HERRÁN: Nosotros creemos mucho en la juventud, pero un cargo como canciller amerita una experiencia. No se puede improvisar. Las relaciones internacionales son sumamente importantes para nuestro país. Ella no era la persona que debía estar al frente de esa cartera.
SEMANA: Pero Gustavo Petro la escogió…
M.H.: Uno sabe que algunas de las decisiones que él toma son acertadas, la gran mayoría, pero en ese caso me parece que no. Más de uno pensamos que no era por ahí.
Lo más leído
SEMANA: ¿Alguna vez le habló como expareja? ¿Le habló de Laura Sarabia?
M.H.: Lo hemos hablado con la familia, con los hijos del presidente. Ellos piensan igual, que Laura no era la persona indicada para ocupar la Cancillería. Hay personas con mucha más experiencia. Por ejemplo: la exministra Susana Muhamad hubiera sido muy buena, pero como ahora a todos se les dio por ser precandidatos.
SEMANA: ¿Laura Sarabia aislaba al presidente?
M.H.: En el Dapre había un compañero del M-19, ya murió, y él me decía: ‘Esto está muy duro, muy difícil porque ya no nos dejan pasar al pasillo que conduce a la oficina del presidente porque ella dio la orden de que nadie podía pasar’. La única que podía avalar quién podía hacerlo era ella. Yo le dije que él era asesor de Gustavo Petro y me respondió que ni a él lo dejaban pasar al despacho presidencial si ella no daba el visto bueno. Hablo de Alfonso Cabrera, falleció por problemas de corazón, muy querido por todos, tenía quebrantos de salud, pero le gustaba estar con Petro. Él no la quería para nada. Y nadie la quería allí porque decían que era muy difícil. Nosotros no nos arriesgamos toda la vida para ganar la presidencia para que viniera una desconocida a pasar por encima de los afectos, de las lealtades. Ella nunca tuvo que arriesgar su vida ni hacer lo que hicimos para terminar diciéndole a nuestra propia gente que no tenían derecho de estar allí. Fue doloroso y humillante. A varias personas les ha pasado lo mismo. Ella –reitero– se adueñó, era ama y señora de los pasillos de la Casa de Nariño, sobre todo al acceso a la oficina del presidente. En cambio, la nueva directora del Dapre, Angie Rodríguez, es visionaria, muy decente, responde, organiza. Muchos están contentos.

SEMANA: Laura Sarabia no es ninguna desconocida, estuvo en la campaña.
M.H.: Sí, pero Alfonso Cabrera era un compañero que llevaba 45 años de conocer a Gustavo Petro. Para nosotros, Laura Sarabia recién apareció.
SEMANA: ¿Por qué Petro la respaldó?
M.H.: Es una mujer que sabe cumplir con su trabajo, muy organizada, ordenada y el presidente necesitaba a su lado una funcionaria que le manejara su agenda. Pero entre más uno les da alas a algunas personas, empiezan a hacerlo de manera equívoca. Cuando se tiene poder de mando hay que saberlo usar. O si no es mejor que se retire. Ella lo hizo, aunque un poquito tarde.
SEMANA: ¿Vienen más renuncias en el Gobierno?
M.H.: Estamos terminando el Gobierno y queda un año. Algunos funcionarios van a salir. Entre más se acorte el tiempo, más personas de su absoluta confianza deben estar a su lado. Ya no tecnócratas, ni personas que manejen bien su agenda. Deben ser funcionarios de su más cercana confianza. De la buena gestión que hagan depende el cierre del Gobierno.
SEMANA: ¿A qué ministros le gustaría cambiar?
M.H.: Le hablaré de los ministros buenos. El ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, es muy bueno, un señor. Cuando yo estuve en la cárcel, en 1989, él me visitaba. Esa relación de Jaramillo con Gustavo Petro es de muchísimo tiempo atrás. El ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, está comprometido; el ministro de Minas, Edwin Palma, igual. El ministro de Defensa, Pedro Arnulfo Sánchez, tiene pensamientos distintos a los nuestros, pero se la ha jugado. Igual, el ministro de Hacienda, Germán Ávila.
SEMANA: ¿El ministro del Interior, Armando Benedetti?
M.H.: Es un viejo zorro y ellos deben estar.
SEMANA: ¿Y quién no debería estar?
M.H.: Hay una cartera que se tiene que mover muchísimo: el Ministerio de la Igualdad. Ya están los recursos, pero ha habido un problema. Visito las regiones, pero hay ministerios con buenos recursos, mucha plata, pero no hay cómo invertirlos porque la gente no está realmente preparada para formular los proyectos. El Ministerio de la Igualdad tiene muchos recursos, pero falta ejecutar.

SEMANA: ¿No le gusta la ejecución en el Ministerio de la Igualdad?
M.H.: Ninguno de los ministerios ha sido malo, sino que la gente no estaba preparada para la respuesta inmediata que se debe dar ante los llamados de los ministerios. El Ministerio de la Igualdad todavía tiene funcionarios que actúan en contra del Gobierno, funcionarios que frenan los procesos. Directores y directoras se reúnen con la gente y viajan y llegan con los proyectos, y quien da la orden dice que no hay plata, que no se puede y no es por ahí.
SEMANA: Pero quien nombró a los funcionarios fue la vicepresidenta Francia Márquez, cuando fue ministra de la Igualdad.
M.H.: Pero es que a veces nos desatinamos de una manera.
SEMANA: ¿Y por qué no los sacan?
M.H.: No sé qué pasa, pero después hablaremos de eso. Son cargos directivos.
SEMANA: ¿Le gusta el ministro Carlos Rosero o era mejor Francia Márquez?
M.H.: A él no lo conozco personalmente, me parece que es una buena persona. Yo no sé qué alcanzó a hacer Francia Márquez. No sé qué hizo.
SEMANA: Quiero hacer un paréntesis. ¿Cómo así que Guillermo Alfonso Jaramillo la visitaba en la cárcel?
M.H.: Apenas íbamos a empezar el proceso de diálogo, políticos del Partido Liberal en el Tolima (diputados y concejales) fueron los primeros en dar respuesta al llamado que se hizo de diálogo en ese departamento por parte del M-19. Dentro de ellos estaban Alberto Santofimio, imagínese, Marco Emilio Hincapié, que fue magistrado del CNE, Guillermo Alfonso Jaramillo, entre otros. Varios de ellos me visitaban permanentemente en la cárcel, a mí me sacaban del patio siete, era mixto y estábamos hombres y mujeres, y nos veíamos en el quiosco. Gustavo iba todos los sábados y ellos me visitaban entre semana.
SEMANA: ¿Le gusta Alfredo Saade en la jefatura de despacho de Petro?
M.H.: Me gusta la gente que no tiene pelos en la lengua, que dice las cosas tal cual son. Es tan áspero, crudo y cruel como Armando Benedetti.
SEMANA: ¿Petro se irá de la Casa de Nariño el 7 de agosto de 2026?
M.H.: Yo quisiera que no, pero si esa es la democracia y así es como se deben respetar las instituciones, se irá. Es que apenas empezamos, acabamos de iniciar a ser Gobierno contra más de 200 años con los mismos de siempre. Si lográramos seguir siendo gobierno y, más allá de eso, ser poder, sería importante. Por eso, tenemos que cambiar muchas cosas.
SEMANA: ¿Qué cree que hará Petro cuando entregue el poder?
M.H.: Debe seguir siendo activo políticamente, es un hombre que tiene muchísimo para dar. En 2026 tendrá 66 años, uf, todavía le quedan como 20 años políticamente hablando para seguir aportándonos.

SEMANA: Es decir, ¿cree que Petro sí se va?
M.H.: No hay tiempo para tramitar una reforma, para hacer la elección. Petro se va, no se va a quedar, no se proclamará dictador.
SEMANA: ¿Ve en la izquierda a alguien para reemplazar a Petro?
M.H.: En la izquierda no hay absolutamente nadie que pueda reemplazar por sí solo a Gustavo Petro. Hay que hacer una consulta, un frente amplio de muchos y muchas, apoyaremos a quien gane. Puede ser alguien nacido en la izquierda, el centro o quien haya tomado conciencia y venga de un pensamiento distinto al nuestro. Al interior de la izquierda no vemos a nadie fuerte. Hay gente cercana y leal al presidente, pero uno en política tiene que ser acertado y no soñador permanentemente.
SEMANA: ¿Gustavo Bolívar?
M.H.: Me parece interesante, ha mostrado lealtad y compromiso. Si me dicen que vote por alguien de la izquierda, lo hago por Gustavo Bolívar. María José Pizarro sería buena para una vicepresidencia; todavía no está para una presidencia.
SEMANA: Si tiene que mirar a alguien del centro, ¿quién podría ser el candidato?
M.H.: Roy Barreras, por ejemplo. Puede unir lo decente de la derecha, lo interesante del centro y la disciplina de la izquierda.
SEMANA: ¿Roy Barreras es el gallo tapado que tiene Petro?
M.H.: No diría el gallo tapado que tiene Petro, pero si uno se sienta y analiza, puede ser él quien una a esos tres frentes para ganarse la presidencia.
SEMANA: ¿Aspirará al Senado?
M.H.: Seré candidata al Senado. Hoy tenemos en la izquierda dos listas, la cerrada con el Pacto Histórico y una abierta con Unitarios. Estoy decidiendo cómo hacerlo. Ojalá hubiera una sola lista de izquierda abierta para que todos trabajemos. Fui candidata en 2022 y no hubo más de seis personas, incluida yo, que trabajamos duro por esa lista.
SEMANA: Y usted no quedó elegida senadora.
M.H.: Ay no, me dejaron en el puesto 32. Me querían sacar. Sufrí matoneo al interior de la propia izquierda.