Política
Presidente de la Cámara responde a quienes piden debates más profundos: “Quieren es torpedear la labor del Congreso”
El presidente de la Cámara de Representantes, Jaime Raúl Salamanca, detalla la agenda legislativa para el cierre de la tercera legislatura y habla de los proyectos clave que se discutirán en el recinto.
SEMANA: ¿Qué retos asumirá la Cámara de Representantes en este semestre legislativo?
Jaime Raúl Salamanca (J.R.S.): El principal reto es mantener ese ritmo de trabajo que se ha tenido en este primer semestre de la Presidencia, alcanzar un equilibrio entre una amplia discusión de los proyectos de Gobierno y obviamente el agendamiento y la aprobación de leyes útiles de origen de los congresistas.
Una ley que me parece importante a debatir este año es la del ciberacoso, del partido conservador; hay varias iniciativas que tienen que ver con temas ambientalistas y animalistas, por ejemplo, los animales que se destinan para el tema de seguridad; además de los proyectos sobre la eutanasia, el cannabis, el ausentismo parlamentario y los denunciantes de delitos contra la corrupción. Son leyes de origen de los congresistas a las que vale la pena darles espacio en la agenda, así como el control político que es importante también.
SEMANA: Usted menciona el proyecto sobre el ausentismo de los congresistas, pero este tipo de iniciativas suelen caerse. ¿Le ve futuro político?
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J.R.S.: Es importante que el Congreso dé señales. Por eso, en el semestre pasado nosotros en la Cámara decidimos priorizar la reforma política, porque consideramos que una de las grandes deudas de nuestros políticos es mejorar sus prácticas y dar transparencia en el ejercicio de la política para que la reforma salga adelante.
SEMANA: Ya comenzó el trámite de la reforma a la salud y falta la discusión de los artículos más controversiales de esta. ¿Va a ser aprobada en segundo debate en la Cámara?
J.R.S.: Lo que me corresponde es garantizar que el debate se dé con garantías, para todos los sectores y sin pupitrear. Mucho se dijo anteriormente de querer aprobar la reforma en tres días y los hechos demuestran que se debatió, se generaron espacios y la oposición tuvo todas las garantías para participar y plantear sus opiniones. De hecho, la mayoría del articulado aprobado tuvo modificaciones producto de consensos logrados entre congresistas de todos los partidos, incluyendo a los de la oposición. No le corresponde al presidente de la Cámara decir si la reforma pasa o no, esa es una voluntad democrática de la plenaria, lo que sí me corresponde a mí es garantizar que el debate se dé ampliamente y sin afán. Hay tiempo para hacerlo y lo podemos garantizar sin ninguna dificultad.
SEMANA: Ha habido quejas porque no se ha debatido la reforma a la salud artículo por artículo y se ha reclamado que se dé un debate más profundo de los temas estructurales de esta. ¿Qué le responde a quienes piden un debate más profundo del proyecto?
J.R.S.: La crítica ha sido de tres o cuatro congresistas a los que nuestra labor en la Presidencia no les ha gustado, pero la gran mayoría del Congreso está tranquilo en que le he brindado garantías para participar. Debatir artículo por artículo es algo que en ningún proyecto de esta naturaleza se ha dado en la historia del Congreso. Lo que sí se ha hecho es que los artículos de mayor controversia, que requieren una deliberación individual, la han tenido y la tendrán para el caso de esta reforma. Quienes han pedido que las leyes se voten artículo por artículo lo que han querido es torpedear la labor del Congreso, porque su propósito es que no pase la reforma, y es respetable, pero yo lo que debo hacer es garantizar que el debate se dé.
SEMANA: Las congresistas estuvieron alegando ser víctimas de violencia política por ser mujeres dentro de la Cámara. ¿Qué les responde?
J.R.S.: Las estadísticas que recogimos demuestran que ha habido un equilibrio en las participaciones de hombres y mujeres, de partidos y de posiciones políticas. Las cifras están y lo que hemos visto es un ejercicio respetuoso de la participación de las mujeres. Soy un convencido de que este país sale adelante cuando hay más mujeres haciendo política con transparencia, así que creo que lo que hay detrás de estas acusaciones es un inconformismo por mi presencia en la Presidencia de la Cámara, inconformismo que creo que es momento de superar, toda vez que la decisión de la plenaria fue ponerme al frente de esta corporación. La tarea ha sido equilibrada y se ha hecho con respeto por todas las posiciones.
SEMANA: ¿Qué proyectos podrían caerse? Ya sea porque el tiempo o el ambiente político no den para que sean debatidos en lo que le queda de su Presidencia de la Cámara...
J.R.S.: Este es el año del Congreso y vamos a tratar de mantener ese ritmo de trabajo que se tenía antes. Tanto los proyectos de Gobierno, como los de los congresistas y la agenda de control político tendrán un espacio importante. Nuestra presidencia el primer semestre tuvo 52 sesiones, fue una de las presidencias de los últimos ocho años que más sesionó; se aprobaron más de 90 proyectos de ley, lo que es también una buena estadística. Se hizo una moción de censura, hubo espacio para adelantar tres debates de control político y se debatieron reformas que fueron lideradas por distintas bancadas para que el Senado en su libertad defina su aprobación.
Para este semestre viene la reforma a la salud y la plenaria decidirá si pasa o no, la jurisdicción agraria que también tendrá el espacio de debatirse y hemos hecho el llamado a que se avance en la reforma a la ley 30, para ajustar el modelo de financiamiento de educación superior, porque necesitamos un nuevo esquema que garantice que las universidades públicas sean sostenibles. Está en manos de la Comisión Sexta de Senado para que avance, pueda debatirse en plenaria y llegue a la Cámara de Representantes para darle el trámite oportuno y que se vuelva ley de la república.
SEMANA: Usted hablaba de la libertad del Senado para dirimir sobre los proyectos que aprueba la Cámara, pero hay una realidad y es que en Senado se cae lo que en la Cámara se aprueba. ¿Le envía algún mensaje al presidente del Senado o a las comisiones que recibirán los proyectos?
J.R.S.: No me corresponde y soy muy respetuoso de las decisiones del Senado y de la autonomía del presidente del Congreso. Con el doctor Efraín tengo la mejor relación, soy respetuoso de las decisiones del pleno del Senado. Creo que en Cámara hemos hecho una labor importante de construcción de consensos, los textos de las reformas del Gobierno que se han aprobado han sido textos que han cambiado producto de las proposiciones de todos los partidos y nos hemos dado la oportunidad de permitir que esos cambios se den y el trámite continúe. Debatir es la esencia de la democracia. No discutir, no agendar, no plantear debates deja en vilo nuestro ejercicio como Congreso. Debemos buscar un equilibrio entre lo que el Congreso opina de las reformas y lo que el Gobierno quiere de las mismas. Creo que para la reforma a la salud, la jurisdicción agraria, la reforma a la justicia y la ley de educación superior sería muy positivo que se pudiera debatir y que las plenarias definan si pasan o no.
SEMANA: ¿El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, ha tenido resultados en su misión de promover la agenda del Gobierno? ¿O parte de las demoras para conseguir que los debates se dieran tuvieron que ver con demoras en las movidas políticas?
J.R.S.: El ministro Cristo ha hecho una buena labor. Con él he tenido un diálogo tranquilo y un trabajo constructivo que ha permitido lograr que avancen reformas sobre las cuales nadie daba un peso. Reformas históricas como el Sistema General de Participaciones, lo que se logró en la reforma laboral en Cámara, la discusión en las comisiones de las distintas reformas. Los proyectos deben ser defendidos por el Gobierno en pleno y se requiere que los demás ministros contribuyan en ese ejercicio para construir consensos. Por ejemplo, es de rescatar la participación de la ministra del Trabajo en la discusión de la reforma laboral en Cámara.
SEMANA: ¿Para usted es evidente la labor de Armando Benedetti como asesor legislativo del Gobierno?
J.R.S.: En lo personal no he tenido ninguna conversación con el doctor Benedetti. Seguramente con las bancadas ha conversado y en Senado ha tenido una labor mucho más influyente, pero en Cámara no he tenido la oportunidad de hablar con él.
SEMANA: Pero si él es asesor de Gobierno en temas legislativos, pues debería hablar con el presidente de la Cámara...
J.R.S.: No sé cuál es la instrucción del señor presidente frente al trabajo del doctor Benedetti.