Política
Petro sigue manejando asuntos internacionales con los que nombró Duque en cargos diplomáticos
El presidente había prometido un remezón, pero en las embajadas y consulados siguen personas afines a los partidos y nombrados por el Gobierno anterior.
El Gobierno prometió un remezón en los nombramientos de cuotas políticas en cargos diplomáticos que el propio presidente Gustavo Petro no ha cumplido al pie de la letra.
Si bien con el cambio de administración casi todos los funcionarios que no son de carrera diplomática, pero estaban en cargos de política exterior, renunciaron o fueron reemplazados, aún quedan 18 con puestos en los que devengan millonarios salarios y que están distribuidos en casi el mismo número de ciudades.
En ese catálogo hay dos embajadores y 16 funcionarios con tareas consulares, es decir, cónsules en algún grado de responsabilidad, un listado en el que se cuentan familiares de expresidentes, excongresistas y exasesores de entidades que después de trabajar para el Estado en el país aterrizaron en cargos en el servicio exterior.
Ana Milena Muñoz de Gaviria, cercana al Partido Liberal y esposa del expresidente César Gaviria, está desde marzo de 2019 en la Embajada de Colombia en Egipto. Otro que también sobrevivió al cambio de Gobierno es Julio Aníbal Riaño, el embajador ante Turquía, quien hizo parte de la carrera diplomática, pero volvió a ese tipo de cargos sin estar oficialmente en la academia del Estado.
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Si de familiares de expresidentes se trata, el primo de la ex primera dama, María Juliana Ruiz, Pablo Federico Ibargüen Ruiz, está desde noviembre de 2021 en el consulado de Colombia en Roma.
Pero las cuotas políticas que siguen en los cargos diplomáticos van más allá de las conexiones de sangre. Hay dos excongresistas que persisten en consulados, a pesar de que el cambio de Gobierno fue hace catorce meses.
De los partidos al exterior
El exrepresentante a la Cámara por el Centro Democrático, Marcos Yohan Díaz Barrera, está en el consulado ante Asunción (Paraguay) desde julio de 2020 y el también exrepresentante a la Cámara, pero por el desaparecido PIN, Carlos Arturo Quintero Marín, tiene puesto en el consulado de Colón (Panamá). Quintero Marín fue militante del Partido Liberal.
Otra ficha clave del Centro Democrático en el Urabá antioqueño tiene asiento como cónsul de Colombia en Puerto Obaldía (en Panamá). Allá está el excandidato a la Cámara por Antioquia y exalcalde de Chigorodó, Amador Caycedo Mena. Cercano al expresidente Iván Duque, dos años después de que no consiguiera llegar al Congreso sí logró un puesto en el exclusivo sector de la diplomacia.
Carlos David José Mosquera Navia, hijo de la dirigente del Centro Democrático Sonia Navia, está en el consulado ante Tulcán (Ecuador). Lo particular de ese caso es que cuando el expresidente Duque lo nombró en ese cargo, en diciembre de 2020, la bancada de Gustavo Petro en el Legislativo, encabezada por David Racero, cuestionó severamente esa designación.
“Mientras que una persona en carrera diplomática tarda 11 años en llegar a ese cargo, él logró hacerlo por ser hijo de Sonia Navia, dirigente del Centro Democrático en Nariño”, apuntó Racero para entonces. Pues bien, aun en el Gobierno que el propio parlamentario representa se siguen presentando los casos que el petrismo en el pasado cuestionó.
Ese mismo año también llegó a un puesto diplomático Rubén Ramiro Estrada Sierra, quien había sido secretario general del Concejo de Medellín y consiguió convertirse en cónsul en Guadalajara en julio de 2020.
Lo particular del caso de Estrada Sierra es que en diciembre de 2006 el entonces senador, Gustavo Petro, lo cuestionó en un debate legislativo por una investigación preliminar que le habían abierto en ese entonces por su gestión en la Contraloría. El proceso contra él no prosperó.
El cónsul de Colombia en Guadalajara entró a los servicios diplomáticos el mismo mes que el exmandatario Duque firmó 14 nombramientos de cargos diplomáticos para el exterior, de los que seis siguen en esos puestos.
De las familias políticas a África
Entre los que permanecen también están Luis Eduardo García Rojas, quien fue asesor del Departamento de Prosperidad Social (DPS) y es cercano a la exdirectora de ese despacho y exministra Susana Correa.
Además de Juan Carlos Carrillo Saltaren, exfuncionario del Sena y excónsul en Perú, que tiene a su mando el consulado de Colombia en Tabatinga (Brasil).
Incluso, hay un caso dentro de ese catálogo que parece mandado a hacer para un magacín de entretenimiento: el creador del desaparecido programa de chismes Sweet, César Augusto Castro Rodríguez, es el cónsul en Nairobi (Kenia). Lo particular del caso de Castro es que él también es la expareja del periodista Felipe Zuleta, quien pertenece a la familia presidencial de los Lleras.
Las conexiones políticas de los otros nueve casos de cuotas políticas que persisten en cargos diplomáticos pese al cambio de Gobierno no son tan tangibles como los que se enuncian en este artículo.
La Constitución colombiana permite que un porcentaje de los puestos en los consulados y embajadas ante el mundo estén en manos de funcionarios de libre nombramiento y remoción que no pertenecen a la carrera diplomática (para la que la Cancillería hace exámenes periódicos y tiene un riguroso escalafón de ascenso).
Sin embargo, no deja de ser particular que las cuotas políticas persistan después de que el canciller, Álvaro Leyva, prometiera desde el primer mes de su nombramiento priorizar la carrera diplomática. Una bandera que el presidente Gustavo Petro también había planteado, pero que ondea a media asta.