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“Nos negamos a ser un partido expendedor de avales”: Juan Manuel Galán habla de los planes del Nuevo Liberalismo para las próximas elecciones

El excongresista habló del trato que ha tenido el partido que fundó su padre, el asesinado Luis Carlos Galán, en su regreso a la arena electoral y reveló en qué consiste la “ruta del aval” que emprenderán para los comicios locales.

29 de octubre de 2022
Juan Manuel Galán inscribió su candidatura presidencial para participar en la consulta interpartidista de la Coalición Centro Esperanza ante la Registraduría Nacional acompañado por los miembros de la lista al Senado de su partido político Nuevo Liberalismo
Bogota feb 4 del 2022
Foto Guillermo Torres Reina / Semana
Juan Manuel Galán, centro, fue precandidato presidencial del Nuevo Liberalismo en las elecciones pasadas. Y la presentadora Mábel Lara, a su derecha, encabezó la lista al Senado. | Foto: Guillermo Torres /Semana

SEMANA (S): ¿En qué va el Nuevo Liberalismo?

JUAN MANUEL GALÁN (J.M.G.): En su proceso de reconstrucción y fortalecimiento en los territorios y en el cumplimiento de la sentencia de la Corte Constitucional que nos restituyó la personería jurídica. Hemos tenido dificultades con la asignación de los recursos de funcionamiento, porque el pasado Consejo Electoral no solamente nos negó tres veces el reconocimiento jurídico, sino que también, antes de irse, decidió clasificar al Nuevo Liberalismo como un partido nuevo, a la luz de la Ley 1475, que es la norma que rige a los partidos políticos en Colombia.

S: ¿Esto qué implicaciones tiene?

J.M.G.: Esto tienen unas consecuencias sobre los recursos que se asignan para el funcionamiento de los partidos y significa que nosotros, para cumplir con la ley que exige una nómina mensual, cumplir con el requisito de sede física, sede virtual y para organizar un congreso nacional tenemos 160 millones de pesos para todo el año. El Partido Comunes, de los antiguos exfarc, recibe más de 8.000 millones de pesos para funcionamiento. Competir así en democracia es muy desigual y desequilibrado.

S: ¿Y ustedes por qué sostienen que el Nuevo Liberalismo no es un partido nuevo?

J.M.G.: Porque la última elección que se tiene en cuenta para definir de dónde viene un partido y cuánto tiempo ha permanecido fue en 1986, cuando el Nuevo Liberalismo tuvo senadores y representantes. Además, la Corte Constitucional, en la sentencia en la que nos restituyó la personería jurídica, dice que nosotros tenemos una excepción para cumplir con el umbral en la primera elección que participemos después de restituido este reconocimiento, que fue la pasada. Pese a las trabas, logramos medio millón de votos para cámaras a nivel nacional, 360.000 votos para el Senado y medio millón en la consulta presidencial. Esto con un mes de tiempo que tuvimos para podernos reorganizar.

S: ¿Cuándo será el congreso del partido y qué sucederá en este encuentro?

J.M.G.: El 17 de noviembre vamos a tener el congreso nacional, para el que ya se hicieron más de 35 asambleas regionales, que se reunieron en cada territorio y eligieron sus propios delegados al congreso. Estas instancias están haciendo una propuesta programática nacional para el partido y esos son los delegados que van a integrar el congreso nacional. Solamente nos faltaron Guainía y Vaupés, porque no hemos logrado tener un comité en estos departamentos.

S: ¿Y qué otra decisión adoptarán en ese congreso nacional?

J.M.G.: Para cumplir con la orden de la Corte Constitucional tenemos que aprobar los estatutos del partido, su nueva composición y estructura y las bases programáticas. Vamos a construir también algo que llamamos ‘la ruta del aval’.

S: ¿Y esto de qué se trata?

J.M.G.: Nosotros nos negamos a ser un partido expendedor de avales. Queremos que la gente que llegue al Nuevo Liberalismo llegue porque quiere construir partido, un movimiento y un proceso político con una visión de mediano y largo plazo y con vocación de permanencia y poder. No simplemente que lleguen a tocar la puerta para que se les dé un aval porque no han podido conseguirlo en otro partido. En esta ruta, todos nuestros candidatos van a pasar por el Sarlaf, que es el sistema de prevención de lavado de activos y lucha contra el terrorismo.

S: ¿Qué otra condición deben cumplir los candidatos al 2023?

J.M.G.: Todos deben mostrar su identidad, tener verdadera sintonía con el partido, con los ideales y principios que tiene la colectividad para hacer política, con la propuesta programática y, además, con todo el proceso de comunicación de la organización en todos los cargos que se consigan a nivel regional. Vamos a tener una presencia nacional con candidatos para las elecciones regionales de octubre de 2023.

S: ¿Cuál es la principal apuesta para esos comicios regionales?

J.M.G.: La meta es que el partido tenga una base representada en alcaldes y otros cargos regionales. Construir sus bases. Obviamente, ciudades capitales, como Bogotá, son muy importantes, en las cuales la colectividad tiene un gran arraigo. Y en todo el país también. Para nosotros tener presencia en todo el país y, sobre todo, en las grandes capitales, que es donde está el elector de opinión, es estratégico y por eso es importante tener candidatos en esas ciudades.

S: Hay quienes dicen que el regreso del Nuevo Liberalismo no colmó las expectativas que había sobre el partido del asesinado Luis Carlos Galán y que las listas al Congreso se hubieran podido confeccionar mejor. ¿Qué responder a esto?

J.M.G.: Que tuvimos un mes para construir las listas, desde que nos devolvieron la personería jurídica hasta el cierre de inscripciones de las listas al Congreso. Y también que quisimos enviar un mensaje de darle representación, en la lista al Senado, a personas y causas políticas que no habían tenido la oportunidad de participar en los partidos tradicionales. Enviamos el mensaje de jugárnosla por una lista cerrada, cremallera, encabezada por una mujer afro y de territorio. Además, tuvimos a las víctimas y a la academia representadas y enviamos mensajes de inclusión. Para nosotros haber tenido esto en las listas era un mensaje importante. Y además hubo una gran ofensiva de los partidos tradicionales para que el Nuevo Liberalismo naciera muerto.