POLÍTICA
Luis Gilberto Murillo, la historia secreta de su fría y aparatosa salida de la Cancillería en medio de la tensión con Donald Trump
El canciller no salió de su cargo como hubiera querido. El aterrizaje de Laura Sarabia en el Palacio de San Carlos se adelantó, mientras él seguía ejerciendo labores diplomáticas en Estados Unidos.
Si algo quedó demostrado por estos días es el afán que, al parecer, corría en los pasillos de la Casa de Nariño por la designación como canciller de la entonces directora del Dapre, Laura Sarabia, y dejar atrás la era del hoy excanciller Luis Gilberto Murillo.
El pasado 20 de enero, la prensa conoció la renuncia de Murillo y, ese mismo día, él, en sus redes sociales, confirmó la noticia. “He presentado mi renuncia como canciller de Colombia, agradezco al presidente Gustavo Petro por la oportunidad de ser parte de este momento histórico”, dijo en su cuenta de X. A renglón seguido, anotó cada uno de sus logros.
Al día siguiente, mientras Murillo seguía adelantando labores diplomáticas, la página de la Presidencia de Colombia publicó en sus redes sociales la hoja de vida de Laura Sarabia como su reemplazo, un hecho que no es irregular, pero sí confirma la premura que existió para acelerar la transición. El exministro de las TIC, Mauricio Lizcano, aún no tiene reemplazo, pese a que desde el 20 de enero de 2024 radicó su carta de renuncia.
Una fuente de alto nivel en la Casa de Nariño le confirmó a SEMANA que, aunque Murillo salió del cargo porque tenía interés de apartarse desde diciembre de 2024, ya que “estaba cansado” y se sentía desgastado, no estuvo a gusto con la forma en que se dieron los últimos días en el Gobierno. Se especulan fuertes tensiones con el presidente Petro el pasado fin semana tras el congelamiento temporal de las relaciones entre Estados Unidos y Colombia, por el cruce de mensajes en la red social X de parte del mandatario colombiano y su homólogo estadounidense, Donald Trump.
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El exdiplomático no ha confirmado esa versión.
Murillo terminó su labor como canciller sin pena ni gloria, de una forma fría y hasta extraña y sin mayor reconocimiento o agradecimiento de Petro.
Asimismo, hay un hecho que, a juicio de los opositores al gobierno, lució extraño y ocurrió este martes, 28 de enero. Mientras Murillo estaba en Washington tratando de tender puentes para mejorar las relaciones diplomáticas entre Colombia y Estados Unidos, después de la crisis del fin de semana pasado, en la Casa de Nariño ultimaban los detalles para la posesión, al día siguiente, de Laura Sarabia como canciller.
“Concluimos una jornada clave de trabajo con funcionarios de alto nivel de Estados Unidos, abordando temas fundamentales para nuestros connacionales y la relación entre ambos países. Seguimos gestionando soluciones con responsabilidad y compromiso”, reportó Murillo. No parecía un mensaje de despedida.
Concluimos una jornada clave de trabajo con funcionarios de alto nivel de Estados Unidos, abordando temas fundamentales para nuestros connacionales y la relación entre ambos países. Seguimos gestionando soluciones con responsabilidad y compromiso. 🇨🇴 pic.twitter.com/PqJ3HTe0CD
— Luis Gilberto Murillo (@LuisGMurillo) January 28, 2025
El miércoles 29, Murillo, minutos antes de la posesión de Laura Sarabia, divulgó un nuevo video que parecía más un mensaje de despedida.
“Cuando asumimos la Cancillería, nos encontramos con un desafío complejo: los pasaportes. Antes de cerrar esta etapa, me complace anunciar que la firma Thomas Greg & Sons ha decidido desistir de las pretensiones de la demanda. Un paso clave que proteger los recursos públicos y reafirma nuestro compromiso con la eficiencia y la transparencia”, señaló.
Cuando asumimos la Cancillería, nos encontramos con un desafío complejo: los pasaportes.
— Luis Gilberto Murillo (@LuisGMurillo) January 29, 2025
Antes de cerrar esta etapa, me complace anunciar que la firma Thomas Greg & Sons ha decidido desistir de las pretensiones de la demanda. Un paso clave que protege los recursos públicos y… pic.twitter.com/mtxNEfhQRM
Se desconoce si Murillo recogió sus pertenencias del Palacio de San Carlos antes de viajar a Washington, o si lo hará a su regreso, cuando Sarabia ya esté en su despacho.
“Le deseo mucho éxito a Laura Sarabia en su nueva responsabilidad como canciller de Colombia. El éxito de su gestión al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores es el éxito de la nación colombiana, que avanza con determinación en el escenario global, fortaleciendo su voz y liderazgo en el mundo”, escribió Murillo este miércoles en sus redes sociales. En el mensaje no hizo alusión a Petro.
El excanciller ha guardado prudencia y se ha alejado de la prensa. Ni siquiera se ha referido oficialmente a un presunto impasse ocurrido el pasado lunes, 27 de enero, cuando pretendía viajar desde el aeropuerto El Dorado de Bogotá hasta Washington en una labor diplomática.
Dos fuentes cercanas al canciller le informaron a SEMANA que el avión en el que él se desplazaba permaneció detenido durante varios minutos porque funcionarios del Gobierno de Estados Unidos le confirmaron que su visa estaba suspendida.
El momento fue tenso porque la orden de Donald Trump de suspender temporalmente las visas a los funcionarios del Gobierno Petro aún se hacía efectiva, pese a que las tensiones entre ambas naciones habían disminuido.
Murillo, quien aparecía como inadmitido, y visiblemente incómodo, hizo varias llamadas y logró despegar. En Estados Unidos -añadió la fuente- lo esperaban las autoridades estadounidenses, quienes le pusieron nuevamente problemas para el ingreso al país.
Allí, al parecer, fue conducido a la Sala Especial de Segunda Verificación y le informaron que su visa estaba suspendida. Al final, después de varias llamadas, le otorgaron un permiso especial para entrar.
Murillo, según uno de los pasajeros, se veía preocupado. Nunca se había enfrentado a una escena similar. El excanciller renunció a su ciudadanía estadounidense para convertirse en el canciller de Petro y hoy, por cuenta del cruce de mensajes de su exjefe y el presidente Donald Trump, el ingreso a su nación se le convirtió en una pesadilla.
SEMANA contactó al excanciller para preguntarle por la información entregada de parte de las dos fuentes, pero no respondió. No obstante, las versiones que concluyen que no salió del Gobierno como hubiera querido crecen como espuma.