Política

Lío de pasaportes en Colombia, ¿déjà vu de los carros de basura de Petro?

Al igual que ahora, cuando el mandatario insiste en que una entidad pública se encargue de los pasaportes, en esa oportunidad él dejó en manos del sector público la recolección de basuras en Bogotá.

7 de julio de 2025, 7:25 p. m.
Durante la alcaldía de Gustavo Petro, el Acueducto de Bogotá compró 278 vehículos recolectores de basura para operar el servicio de aseo en la ciudad, pero años después los camiones terminaron abandonados y oxidados en un predio de Tocancipá.
Durante la alcaldía de Gustavo Petro, el Acueducto de Bogotá compró 278 vehículos recolectores de basura para operar el servicio de aseo en la ciudad, pero, años después, los camiones terminaron abandonados y oxidados en un predio de Tocancipá. | Foto: Suministrada a Semana A.P.I. / PRESIDENCIA

Hay polémica en Colombia por cuenta del futuro de la expedición de los pasaportes. Mientras la mismísima canciller, Laura Sarabia, dice que la Imprenta Nacional, es decir, la entidad pública del Estado, no tiene la capacidad de ejercer esa labor, el presidente, Gustavo Petro, y su recién nombrado jefe de gabinete, Alfredo Saade, insisten en que sí.

La fecha de terminación del contrato con Thomas Greg & Sons, compañía privada a cargo actualmente de los pasaportes, culmina el 31 de agosto de 2025. Y de ahí que miles de personas estén preocupadas respecto a qué sucederá de ahí en adelante.

La puja para definir el futuro de este asunto terminó sacando de la Cancillería a Laura Sarabia, quien defendía que es necesario firmar una nueva prórroga con esa compañía porque el Estado aún no está listo para encargarse de la fabricación de ese documento vital para que los colombianos puedan viajar al exterior.

Sin embargo, el presidente Gustavo Petro no escuchó a Sarabia y se quedó con la propuesta de Saade, supuesto pastor cristiano, sin experiencia en el asunto, quien le aconsejó entregar esa misión a la Imprenta Nacional con la asesoría de Portugal. Esa misma propuesta había sido planteada por el excanciller Luis Gilberto Murillo, quien salió del cargo en medio de escándalos.

Ni Petro ni Saade escuchan a los técnicos y el Gobierno se encamina a responsabilizar de la impresión de los pasaportes a una entidad cuya misión ha sido la comunicación gráfica para operar como agencia del Estado. La Imprenta Nacional está envuelta en escándalos de acoso laboral y, además, la misma Cancillería reconoce que no está lista para encargarse de dicha labor.

El convenio interadministrativo entre Colombia y Portugal no ha sido suscrito y el Estado necesita 35 semanas después de esa firma para implementar el modelo. Es decir: hacen falta casi ocho meses para ejecutar el nuevo esquema y el Gobierno quiere hacerlo realidad en menos de dos.

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Primer plano de un pasaporte colombiano en el fondo de un aeropuerto. | Foto: Getty Images

Lo único que se firmó fue un memorando de entendimiento en el que las dos imprentas manifestaron su intención de trabajar juntas, documento que no es de carácter vinculante, mientras que falta consolidar el paso más importante: un acuerdo comercial que vincule a ambos Estados y a instituciones como la Cancillería, Migración Colombia y a la misma Imprenta Nacional. Justo por ese trámite, la Cancillería le confirmó a la Procuraduría que sería “inviable iniciar operaciones el primero de septiembre de 2025”.

Basuras

Esta terquedad de Petro con los pasaportes, con tal de que los administre una entidad pública y no una privada, ha hecho recordar a muchas personas el capítulo de los carros de basura, cuando fue alcalde de Bogotá.

La recolección de basuras puede ser un asunto marginal en una ciudad como Bogotá, con más de ocho millones de habitantes y con prioridades más manifiestas. Pero se convirtió en el motivo del mayor pulso político en la capital. No en vano, el sistema de recolección de las basuras en la ciudad provocó la destitución (fallida) de un alcalde.

En diciembre de 2012, las basuras en Bogotá no fueron recogidas. Aquí, la avenida Caracas en ese momento. | Foto: Ana Vallejo

Ningún otro asunto como de las basuras reunía las principales luchas de Gustavo Petro, un dirigente de izquierda que desde que llegó al palacio de Liévano apostó por la defensa de lo público, priorizó lo ambiental y le declaró la guerra a lo que él llamó “las mafias”. Todas esas líneas las representaba el cambio del modelo de recolección y fue la que lo puso a tambalear apenas cuando llevaba un año de gobierno.

Desde el año 2002, el servicio de aseo en Bogotá venía siendo prestado por empresas privadas que recogían la basura en las seis zonas en las que fue dividida la ciudad bajo un esquema de libre competencia. Petro asumió en 2012 y decidió cambiar el modelo. Incluyó a los recicladores y dispuso que el servicio fuera prestado directamente por el Distrito Capital.

Su idea, denominada Basura Cero, tuvo el primer revés apenas en el estreno el modelo. Los días 18, 19 y 20 de diciembre de 2012 Bogotá amaneció inundada de basura y la improvisación con la que la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) asumió su nueva responsabilidad ocasionó una crisis ambiental que a Petro le significó un juicio disciplinario.

Casi un año después, Petro fue destituido por el entonces procurador Alejandro Ordóñez, pero logró mantenerse en el cargo gracias a medidas cautelares y a fallos judiciales.

Durante la alcaldía de Gustavo Petro, el Acueducto de Bogotá compró 278 vehículos recolectores de basura para operar el servicio de aseo en la ciudad, pero años después los camiones terminaron abandonados y oxidados en un predio de Tocancipá (Cundinamarca).

Aunque Petro le ganó a la Procuraduría, su modelo de aseo en la ciudad comenzó a perder terreno. A tal punto que cuando llegó Enrique Peñalosa se reversó el modelo, entre otras porque la Corte Constitucional había advertido que este debía velar por la libre competencia.

Aspecto de la autopista Norte en la mañana del martes 18 de diciembre de 2012, primer día del esquema de aseo propuesto y ejecutado por el alcalde de Bogotá Gustavo Petro. | Foto: Guillermo Torres

Pero más allá del asunto, las basuras se convirtieron en un pulso político en la ciudad, representado entre dos férreos contradictores, como Gustavo Petro y Enrique Peñalosa, o lo que para muchos representa el modelo de izquierda y el de derecha. El alcalde de Bogotá luego se presentó a la Presidencia de Colombia, que finalmente ganó en 2022.

Con información de un artículo publicado por SEMANA el 5 de enero de 2018.

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