POLÍTICA
Laura Sarabia deja la Cancillería tras navegar entre escándalos, enemigos al interior del Gobierno y varios líos con la justicia
Renunció a la Cancillería porque no está de acuerdo con la imposición de Portugal como contratista de los pasaportes a menos de cuatro meses de que Thomas Greg & Sons finalice su contrato.
Sus horas en el gobierno del presidente Gustavo Petro estaban casi contadas. Y no porque el jefe de Estado lo quisiera directamente, sino por un lastre de enemigos que fue dejando en el camino y tras su paso por la dirección del Dapre que le fueron mostrando los dientes y presionaron su renuncia.
La canciller Laura Sarabia no va más en el Palacio de San Carlos, en Bogotá, donde funciona el Ministerio de Relaciones Exteriores. Se lo notificó al presidente en una carta que hizo oficial a través de sus redes sociales y dejó en evidencia su malestar por la forma como Petro, indirectamente, la desautorizó nuevamente a través del jefe de gabinete, Alfredo Saade, amigo personal del ministro del Interior, Armando Benedetti, enemigo de Sarabia.
La renuncia de la joven canciller tiene celebrando a la oposición a Petro. También a los independientes y a algunos sectores del Pacto Histórico que siempre la vieron como una piedra en el zapato y como la contradicción más clara de la propuesta de cambio que ofreció el presidente durante su campaña.
Y es que Sarabia no logró lo que siempre quiso: mantener un perfil bajo. Meses después de ejercer como jefe de gabinete y directora del Dapre- la oficina que maneja el computador del Palacio de Nariño- empezaron a salpicarla diversos escándalos.
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El más sonado: el del extraño robo de un dinero en su apartamento ubicado en el norte de Bogotá. Varias fuentes hablaron de bolsas negras con dinero, pero el monto, hasta el momento, no ha sido establecido.
Sarabia, preocupada por lo ocurrido, señaló a su niñera Marelbys Meza como posible responsable. Fijó sus ojos en ella y, según la exempleada de la canciller, su teléfono fue interceptado por orden de la Presidencia y fue sometida al polígrafo en la Casa de Nariño. ¿Quién dio la orden? Hoy la Procuraduría investiga a Laura Sarabia por su extralimitación de funciones.
En medio de ese escándalo, el 9 de junio de 2023, el coronel Óscar Dávila, entonces jefe de seguridad de la Casa de Nariño, apareció muerto. Se suicidó, informó Medicina Legal, pero sobre el fallecimiento hay varias dudas.
Sin embargo, el escándalo que le costó la primera salida del gobierno Petro fue cuando se enfrentó por poder a Armando Benedetti y se filtraron a la opinión pública una serie de grabaciones donde el hoy ministro la señalaba de conocer el ingreso de más de 15.000 millones de pesos a la campaña presidencial que no fueron reportados a las autoridades. El jefe de Estado no tuvo otra alternativa que separarla del poder.
La guerra entre Sarabia y Benedetti estalló. Y Petro se inclinó por el segundo, a quien nombró como embajador ante la FAO, en Italia, y luego lo trajo a su lado, en la Casa de Nariño. En el Pacto Histórico analizaron esa movida como una especie de estrategia del jefe de Estado para aburrir a Sarabia, de quien cada vez recibía más quejas.
Sarabia regresó meses después empoderada a dirigir el Departamento de Prosperidad Social y luego el presidente se la llevó al Dapre y, posteriormente, a la Cancillería.
Sin embargo, no hubo ministro que no saliera descontento con sus formas durante el tiempo en que hizo parte del primer anillo del mandatario. La exministra de Agricultura, Cecilia López, y el de Hacienda, José Antonio Ocampo, hicieron fuertes cuestionamientos sobre la joven politóloga. También la exconsejera para las regiones, Sandra Ortiz, quien ha dicho que Sarabia tiene mucho por contarle a la opinión pública. Igual ocurrió con el exdirector del DPS, Gustavo Bolívar, quien le dijo a SEMANA que era “ambiciosa”. Según él, “tanto como para caerse sola”.
A Sarabia la rodean múltiples cuestionamientos, entre ellos, la nueva vida de lujo de su hermano, Andrés Sarabia, un hombre que, según dicen los opositores a la canciller, se enriqueció recientemente. Ese poder y estatus se lo atribuyen a la hoy jefe de la diplomacia en Colombia.
Laura Sarabia se despide del Gobierno y se desconoce su futuro. Pasó de ser un hábil asistente del presidente en la campaña presidencial de 2022, a una mujer poderosa en el gobierno, con muchos enemigos, escándalos y ruidos a su alrededor.
