Investigación

La junta del narcotráfico de Dubái: SEMANA releva la historia del pacto criminal que amenaza a Colombia y que menciona Gustavo Petro

SEMANA revela los primeros hallazgos de las investigaciones adelantadas por agencias de inteligencia colombianas y extranjeras sobre la existencia de esa estructura criminal, publicitada ampliamente por el presidente Gustavo Petro.

5 de julio de 2025, 7:34 a. m.
ED 2243
SEMANA revela los primeros hallazgos de las investigaciones adelantadas por agencias de inteligencia colombianas y extranjeras. | Foto: SEMANA

La “junta del narcotráfico” está presente en la mayoría de los discursos del presidente Gustavo Petro y, por su directriz, ha ocupado la atención de todos los organismos de inteligencia de Colombia. El mandatario ha citado ese nombre para denunciar supuestos planes para asesinarlo y ha justificado buena parte de sus ausencias con esas amenazas.

Referencia a esa organización criminal y la responsabiliza del incremento de la cocaína y la pérdida de control territorial por parte del Estado, y la pone sobre la mesa para acusarla de querer desestabilizar gobiernos en América Latina, incluido el suyo. Petro es el único que habla en público del asunto y los altos mandos de la Fuerza Pública guardan silencio para no entrar en disputa con su palabra.

SEMANA accedió a las primeras investigaciones realizadas por unidades de inteligencia nacionales con el apoyo de agencias de Europa y Asia, sobre esta “juntanza” de ilegales. Los primeros hallazgos ponen en evidencia que la “junta del narcotráfico” sí existe, pero no como la expone el primer mandatario.

“Él lo ha politizado y es un verdadero globo. Se trata de una alianza de criminales a los que solo les interesa la plata y la cocaína. Son reuniones esporádicas que se dan en el exterior para sumar capacidades en materia de narcotráfico, buscan tener socios y así acceder a los mercados de los cinco continentes”, relató bajo reserva un alto funcionario de la Policía.

El presidente Gustavo Petro ha denunciado que la “junta del narcotráfico”, asentada en Dubái, quiere asesinarlo.
El presidente Gustavo Petro ha denunciado que la “junta del narcotráfico”, asentada en Dubái, quiere asesinarlo. | Foto: Presidencia

Para explicar este fenómeno, los uniformados han desempolvado la historia del país y recordado la “primera junta del narcotráfico” que se fundó en el mundo ilegal con el sello colombiano.

Entre los años 1990 y 2010, los narcos que no estaban dentro de los grandes carteles de las drogas se unieron para mantener las rutas del narcotráfico y prestarse servicios, los unos a los otros, a cambio de dinero. Según los expedientes, esto llegó a su fin cuando Álvaro Uribe entregó la Presidencia porque la mayoría de los integrantes fueron capturados y extraditados a Estados Unidos.

Esa “franquicia delincuencial”, como la nombran en el interior de la Policía, se empezó a renovar en 2019, cuando retornaron a la región algunos de esos detenidos y la figura se fortaleció en los últimos tiempos.

Los viejos narcotraficantes aterrizaron con la misión de recuperar las rutas de exportación de la cocaína y se unieron con extranjeros que reconocen a Colombia como un “músculo en la producción de narcóticos”.

La teoría de los uniformados que tratan de descifrar el problema es que los miembros de la “junta” son sujetos que se disfrazan de empresarios. | Foto: Adobe stock

Entre estos actores internacionales se encuentran grupos provenientes de Italia, España, Brasil, Albania, México, El Salvador, Uruguay, Paraguay, India, China y Serbia. Todos ellos refundaron la “junta del narcotráfico”, a la que se refiere el presidente Petro, con la misión de “apoyarse” para sacar cientos de toneladas de coca al mes. ¿Cuántas personas la integran?

La cifra no es clara en las investigaciones porque ellos tienen la habilidad de ser invisibles para las autoridades por su alto nivel económico y la capacidad de corromper a las fuerzas.

La teoría de los uniformados que tratan de descifrar el problema es que los miembros de la “junta” son sujetos que se disfrazan de empresarios y camuflan su riqueza criminal en grandes negocios legales.

| Foto: GUILLERMO TORRES REINA

“Se mueven en círculos comerciales y empresariales, tienen como fachada la vida ejecutiva, y, precisamente, por eso usan la palabra ‘junta’, para darle elegancia a la alianza”, detalló un miembro de la Policía. Esa institución, solo en territorio colombiano, ha identificado a 170 narcotraficantes que podrían tener vínculos con la “junta”, pero se sospecha que el número podría escalar a 240. Por ahora, se descarta que grupos armados ilegales tengan asiento en estas negociaciones.

Las pruebas recolectadas en los últimos meses indican que la “junta del narcotráfico” consiste en una peligrosa “transacción” de favores basados en un portafolio multidelictivo, donde cada integrante es especializado y calificado por la fuerza pública como un “coordinador de alto nivel de narcotraficantes”.

Entre tantas cosas, ese portafolio incluye “ajuste de cuentas, cobro de narcotráfico, producción de cocaína, traslados, recuperación de bienes, adquisición de armas y explosivos, lavado de activos y criptomonedas”, se lee en un informe confidencial de la fuerza pública, conocido por SEMANA. Por ahora, esta alianza no es categorizada como cartel porque no tiene un brazo armado propio.

Estas personas sí cuentan con esquemas de seguridad robustos, preocupados únicamente por su protección, la de sus familias y sus bienes. Al parecer, sí sostienen nexos y financian a grupos armados ilegales para que cuiden los cultivos de hoja de coca, los grandes centros de producción y las rutas del narcotráfico; la advertencia inicial es que tanto las disidencias de las Farc, como el ELN y el Clan del Golfo, no tendrían un asiento en esta alianza criminal, pues solo actuarían como un “apoyo externo” para lograr sus objetivos económicos.

“Interactúan con grupos armados”, detalló uno de los funcionarios de la fuerza pública que está al tanto de los procesos. Cada integrante, en su nivel de afinidad con estas estructuras ilegales y su poder económico, buscaría las negociaciones más convenientes: “Allí lo que se dan y buscan son contactos, alianzas en Colombia y en otras regiones del mundo para llevar la cocaína”, detalló el informante.

El caso de Dubái, referenciado con insistencia por Gustavo Petro como la sede principal de las negociaciones, apenas es uno de los destinos favoritos de los delincuentes colombianos y extranjeros. | Foto: getty images

Los encuentros de los narcotraficantes, donde casi siempre asisten sus emisarios para evitar una eventual persecución de las autoridades, tienen lugar en ciudades lujosas y donde tengan acceso a extravagancias propias de la cultura mafiosa.

El caso de Dubái, referenciado con insistencia por Gustavo Petro como la sede principal de las negociaciones, apenas es uno de los destinos favoritos de los delincuentes colombianos y extranjeros: “Van a Dubái para sentirse que están a la moda, hasta toman tinto cubierto de oro, pero también sucede en París, en otras ciudades del mundo”, concluyó la misma fuente consultada por SEMANA.

SEMANA conoció que varios ministros europeos le han llamado la atención al Gobierno Petro por el incremento del tráfico de cocaína hacia sus naciones, proveniente de Colombia. | Foto: Adobe stock

“Lo que menos quieren es que la fuerza del Estado esté sobre ellos”, justificó uno de los altos funcionarios que manejó las indagaciones. Lo que sí tiene en la lista de tareas la alianza delincuencial es la multiplicación del narcotráfico por todo el mundo y la vinculación, cada vez más, de empresas que estén dispuestas a darles apariencia de legalidad a las ganancias criminales.

Este escenario ha prendido las alarmas en el mundo y, por esa razón, agencias de inteligencia, provenientes del extranjero, han puesto la lupa sobre el país.

SEMANA conoció que varios ministros europeos le han llamado la atención al Gobierno Petro por el incremento del tráfico de cocaína hacia sus naciones, proveniente de Colombia. Ellos han expresado la necesidad de una persecución constante para acabar el problema de raíz. Petro también es consciente de ello y le pidió pista al Gobierno norteamericano, en medio de una nueva crisis diplomática, para encontrar soluciones.

“Le pedí al presidente Trump que, si quiere, no hablar conmigo, porque él no habla conmigo, que, realmente, hablemos de relaciones diplomáticas (…). El problema no son tres jóvenes ahí, inmigrantes, pandilleros, haciendo sus vainas en Nueva York. El problema es (sic) las organizaciones multinacionales del crimen, que son dueñas del tráfico de armas, de las mujeres, de los niños, de los órganos, de la cocaína, del fentanilo, etcétera”.