La inminente salida de Ricardo Roa de Ecopetrol: SEMANA revela los detalles desconocidos de cómo se cocina su renuncia

La permanencia de Ricardo Roa en la presidencia de Ecopetrol pende de un hilo y el riesgo es inminente desde el miércoles 28 de mayo, cuando el presidente Gustavo Petro cogió el toro por los cachos, citó a una reunión extraordinaria al alto ejecutivo en la Casa de Nariño y le desnudó sus verdaderas intenciones: darle un timonazo a la empresa a 15 meses de dejar el poder.

El encuentro fue tenso. Asistieron Ricardo Roa, algunos de los miembros de la Junta Directiva de Ecopetrol y el ministro de Minas y Energía, Edwin Palma.

Mónica de Greiff, una de las consejeras, no llegó, pese a que la llamaron por teléfono en dos oportunidades desde la Casa de Nariño para invitarla. Tras enterarse previamente de las movidas que Petro produciría en Ecopetrol, y preocupada por el otrosí millonario que firmó la dirección corporativa de cumplimiento –que no depende en principio de la presidencia de Ecopetrol– con la firma Covington & Burling para determinar el impacto de los escándalos de Roa, ella prefirió dar un paso al costado.

Petro, con tono sereno, pero con preocupación, habló de la necesidad de un enroque casi urgente en Ecopetrol, le contó una fuente a SEMANA. No tuvo reparos en anunciarlo en el calor del encuentro. “Quiero que el ministro Edwin Palma sea el nuevo presidente de Ecopetrol”, anunció el presidente. Y “que Ricardo (Roa) vaya al Ministerio de Minas y Energía”, añadió.

Petro y Roa se tienen aprecio, respeto y más de un secreto. El último conoce como pocos los intríngulis de la campaña presidencial de 2022 porque fue su gerente, y el presidente no puede dejarlo sin fuero judicial, al menos hasta agosto de 2026.

En la reunión, que se extendió durante hora y media, se escuchó un profundo silencio tras el anuncio de Petro. Palma guardó silencio. Roa, por su parte, se mostró discreto y le dijo al presidente que respetaba las decisiones que tomara sobre Ecopetrol.

Petro le pidió a la Secretaría Jurídica de Presidencia que le entregara unos conceptos que determinen si Edwin Palma tiene o no inhabilidades para asumir el cargo.

El presidente, quien también pidió cuentas a la Junta Directiva de Ecopetrol sobre el controvertido otrosí del contrato con la firma Covington & Burling, aclaró en el encuentro privado que Roa no se irá de inmediato y le pidió al alto ejecutivo evaluar los tiempos y que se lo manifestara. El interés del mandatario no es estropear a Roa, pese a los escándalos que afronta.

Además de lo que está ocurriendo, algunos también señalan que Petro podría estar siendo presionado por sectores de izquierda para quitarle a Roa la presidencia y entregársela a Edwin Palma, un sindicalista que siempre ha tenido en la mira a la multinacional de la iguana y a quien le tocó conformarse inicialmente con llegar al Viceministerio del Trabajo. Allí se enfrentó con la entonces ministra Gloria Inés Ramírez y después tuvo asiento en la Junta Directiva de Ecopetrol.

A juicio de varias fuentes consultadas por SEMANA, más allá de los escándalos, alrededor de la salida de Ricardo Roa estaría Edwin Palma. Directivos de la empresa petrolera no descartan que en el reciente viaje de Petro a China, donde estuvo su ministro de Minas, se haya asfaltado el terreno en favor de Palma.

“Palma embestía al presidente de Ecopetrol en las juntas directivas de la empresa”, le dijo una fuente a SEMANA. Otras coinciden en supuestas filtraciones a la prensa, intrigas y jugadas bajo la mesa. Esas versiones no están confirmadas, y el propio Palma, en redes sociales, compartió la información de Petro cuando respaldó a Roa en medio del más reciente escándalo.

El presidente quiere oxigenar a Ecopetrol y no tiene a otro candidato en la mira más allá del ministro Palma. No obstante, tendrá que analizar si busca otro nombre en los próximos días o si examina con lupa los conceptos jurídicos que le entreguen sus abogados, pues en casi todos los rincones de Ecopetrol coinciden en que el abogado y sindicalista estaría inhabilitado y que su eventual llegada a la presidencia terminaría demandada ante la Procuraduría y el Consejo de Estado.

Por un lado, hay abogados que informan que Palma no reúne los requisitos para asumir el cargo por la falta de experiencia en cargos directivos y del sector. Hablan de inhabilidad legal, estatutaria, y porque firmó un plan de retiro de Ecopetrol cuando salió de la junta directiva a finales de febrero de 2025.

Además, Palma fue miembro de la junta directiva de la empresa y en los estatutos dice que no podrá ser elegido presidente quien haya sido miembro de la junta el último año.

Algunos abogados citan el Estatuto Anticorrupción y la inhabilidad sobreviniente para los ministros que opera un año después de dejar su cargo si hay injerencia entre las entidades. Y, claramente, el Ministerio de Minas tiene relación con las tareas de Ecopetrol. ¿Se expondrá Petro? La respuesta solo se conocerá en los próximos días.

Roa permanece quieto, expectante y atendiendo a una junta directiva que está dividida sobre su permanencia en el cargo. El presidente de Ecopetrol no tiene de su lado al exsenador Guillermo García Realpe, cercano al presidente Petro, ni tampoco a Alberto José Merlano.

En cambio, están cercanos Tatiana Roa, Álvaro Torres y Mónica de Greiff. Se desconoce qué posición tienen Hildebrando Vélez y Ángela María Robledo, pero ambos son de izquierda, cercanos a Petro y no le desobedecen.

Mónica de Greiff presentó su renuncia con fecha del viernes 30 de mayo, pero estará hasta este sábado. Aunque desde Ecopetrol quisieron que reversara su carta de renuncia, no se logró. “Renuncié por físico cansancio”, les dijo a sus más cercanos amigos.

Otras fuentes apuntan a que dio un paso al costado tras la inminente llegada de Palma a la presidencia y por solidaridad con Roa. “Aprovecho esta carta para extender un agradecimiento muy especial al presidente Ricardo Roa por su liderazgo inspirador, su visión estratégica y su capacidad para guiar a la organización con integridad, transparencia y sentido de país”, argumentó ella en su carta de renuncia.

SEMANA conoció que la dimisión de Mónica de Greiff llevará a Ecopetrol a una eventual sinsalida temporal, pues se desbarata la ley de cuotas para las mujeres en la junta directiva y se tendría que convocar a una asamblea de la empresa para escoger su reemplazo. Mientras tanto, no se podrían tomar decisiones de fondo porque podrían ser objeto de demandas.

Lo cierto es que la permanencia de Roa en la presidencia de Ecopetrol es tormentosa. Por un lado, está el controvertido y millonario contrato que pretende medir el impacto de los escándalos en su contra. Aunque él no lo firmó ni lo autorizó, se suscribieron durante su presidencia y solo las autoridades confirmarán o descartarán si fue a sus espaldas. Lo mismo ocurre frente a las polémicas interceptaciones de 70 personas, en un hecho poco usual en Ecopetrol.

Por otro lado, está la investigación en su contra que adelanta el Consejo Nacional Electoral (CNE) por presunta financiación irregular de la campaña presidencial de Petro, pues fue su gerente.

Petro logró atajar la investigación administrativa en su contra en el CNE por injerencia del magistrado Vladimir Fernández, de la Corte Constitucional, quien frenó de momento el proceso contra el presidente mientras se dirimen las competencias del CNE. Pero no logró salvar a Roa, quien está en el peor de los escenarios, porque, si el tribunal administrativo falla en su contra en dos meses, no tendría una alternativa diferente que salir del cargo y enfrentar una sanción, un proceso penal y un nuevo escándalo.

Esta semana, la Procuraduría, que lidera Gregorio Eljach, le envió un contundente concepto disciplinario al CNE en el que le pidió sancionar a Roa por violación de topes de la campaña presidencial. Esa señal del organismo disciplinario fue interpretada como un mensaje indirecto desde la Casa de Nariño al presidente de Ecopetrol de que no lo quieren más en el cargo. Los días de Roa en Ecopetrol pueden estar contados.