POLÍTICA
Jorge Suárez, el hijo de Jojoy, revela detalles de encuentro con Uribe: “Creo que con el expresidente nos imaginamos muy distintos”
“Empezamos a hablar del clima y el expresidente Álvaro Uribe nos ofreció un tinto, yo arranqué contando quién soy. Hablé de mi padre”, le narró a SEMANA en una entrevista.
SEMANA: ¿Cómo se logró el encuentro con Álvaro Uribe?
JORGE SUÁREZ (J. S.): Realmente fue algo que se dio de forma natural. Estaba contemplado, ya que Catalina en distintas oportunidades se ha sentado con personas más de mi lado. Desde que sacamos el libro Podéis ir en paz, sabíamos que seguiríamos generando encuentros que, al final, son coherentes con nuestro fin del respeto en la diferencia, y bueno, mi esposa propició todo, como se ha conocido.
SEMANA: Cuando Catalina le propone visitar a Uribe, ¿qué le responde? ¿Fue fácil aceptar?
J. S.: Bueno, en casa siempre conversamos los temas; yo estuve pensativo, pero finalmente pensé que para eso firmé la paz, para tejer puentes que ayuden a reconocernos, para escucharnos. Fue difícil mientras lo pensaba, pero al final creo que el país debe empezar una era de diálogos entre distintos, lo que se llama diálogos entre improbables. Para esto firmé la paz, para sembrar en la cotidianidad acciones reales.
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SEMANA: Confiese, ¿qué sintió cuando vio a Uribe por primera vez en vivo y en persona?
J. S.: Yo iba callado mientras llegábamos, pero soy un hombre que es directo y honesto, sabía al encuentro que iba y, cuando llegué, me bajé, le estiré la mano, nos miramos a los ojos y el diálogo arrancó. Lo que pensé fue: este diálogo es un avance de años de historia. Soy honesto en mis pasos y tuvimos un diálogo histórico, de país y de muchas verdades. No sentí nada diferente a un encuentro que, aunque difícil, yo sabía que eso iba a generar muchos comentarios, al final es lo que promuevo: respeto, siempre respeto, y todo por la paz.
SEMANA: ¿Y cómo rompen el hielo?
J. S.: Creo que se rompió el hielo después del saludo, cuando empezamos a hablar del clima y nos ofreció un tinto; yo arranqué contando quién soy. Siempre ando de frente con mi verdad y creo que eso rompe los muros; no soy de aguas medias, me gusta decir quién soy y de dónde vengo. Hablé de mi padre, a quien amo profundamente. Rompí el hielo directo y encontré un diálogo que me sorprendió.
SEMANA: Salió el tema de su padre... ¿Sintió algo? Él persiguió a su padre.
J. S.: Claro, el tema de mi padre estuvo presente en muchos momentos. Mi relación padre e hijo es para mí algo que jamás puedo desvincular; amé a mi papá y además siempre estuvo presente en mi vida. Es curioso, claro que hay muchos sentimientos; le conté cómo fue para mí el bombardeo del que estaba a 200 metros. Él persiguió en su gobierno a mi padre y a todos, y el bombardeo se dio con Juan Manuel Santos, con quien firmamos la paz. En la guerra no se pueden hacer duelos, no hay tiempo, por lo que desde que llegué con la firma del acuerdo he hecho ese duelo. Le narré quién fue mi padre, más allá de lo que él conocía, le hablé del hombre que fue y de ese dolor, pero ¿si usted se refiere a si sentí rabia? Debo decir que yo desde que tengo la oportunidad de esta nueva vida dejé al odio y al rencor enterrados. A mi padre lo visito y le hablo en la tumba, lo pienso y lo llevo conmigo, pero soy enfático en que mis manos y mis pasos sólo serán para construir paz, yo no quiero que mis hijos vivan la guerra ni más personas. Más bien le digo, ese día y otros he sentido que es difícil porque como país no estamos acostumbrados a dialogar, pero precisamente, esa es una de mis tareas. Firmé la paz, trabajo por la paz y creo firmemente que, aunque difícil, es el único camino.
SEMANA: ¿Habló con doña Lina Moreno de Uribe?
J. S.: Ella estuvo presente, la conocí, pero, por respeto a ella, no me pienso referir a lo que compartí. No es una mujer a la que le guste el escenario público, no la quiero meter.
SEMANA: ¿Y en qué quedaron?
J. S.: En que hay que dar muchos pasos para que la paz sea realidad, pero que los actores se comprometan. Quedamos en unas manos estrechadas y sabiendo que existió un diálogo de respeto.
SEMANA: ¿Cambió su percepción de Álvaro Uribe?
J. S.: Pues lo conocí y eso ya es un diferencial. Nos sentamos a hablar todo sobre la mesa, nada de atajos o cosas escondidas. Puedo decir que el diálogo fue positivo. Cuando se dan estos diálogos improbables no son para cambiar posturas, pero sí para escucharnos y reconocernos. Seguiremos defendiendo cosas distintas, pero ya sabemos que hay puntos de encuentro. Tal vez creo que los dos nos imaginamos muy distintos. Lo dejo ahí.
SEMANA: ¿Qué hubiera opinado su padre del encuentro con Uribe?
J. S.: A mi padre, estoy seguro de que antes de opinar del encuentro, le habría gustado vivir esta etapa de la paz, de un gobierno de la izquierda y verme felizmente casado.