Gustavo Petro rompió el silencio por la renuncia de Laura Sarabia y lanzó fuerte dardo: “Nunca dejarse conquistar por la codicia”

El presidente de la República, Gustavo Petro, reaccionó a la renuncia de Laura Sarabia como canciller por medio de su tribuna favorita, su cuenta personal de X.

En el mensaje que publicó el mandatario colombiano, este jueves 3 de julio, agradeció a Sarabia su acompañamiento desde que estuvo en la campaña presidencial y en los diferentes cargos que ocupó en su Gobierno.

“Deseo a Laura Sarabia la mejor de las suertes. Creo que fue vital en la campaña por su orden y disciplina, estuvo siempre y firme en el equipo de acción al que pertenecía, yo como orador y candidato, ella como hormiguita organizadora”, posteó Gustavo Petro.

Sin embargo, en una parte de su escrito hizo algunas afirmaciones que han generado bastantes dudas porque lanzó críticas contra Sarabia que durante un par de años fue su mano derecha.

“Hay que poner el corazón en los mas pobres, en lo justo, nunca dejarse conquistar por la codicia. La codicia es la enemiga de la revolución y de la vida”, aseguró.

Además, indicó en el trino: “Y luego en el Gobierno descubrí —si escoge ese camino— que tiene la inteligencia que capta con rapidez, la mente rápida que se enriquece con mucho estudio”.

De la misma manera expresó en esa plataforma digital: “Espero que hoy Laura sea una mejor mujer que cuando me conoció. Buen viento y buena mar”.

La postura de Petro en la que se confirma que aceptó la renuncia de Laura Sarabia, se dio luego de que la ahora exfuncionaria de su Gobierno, publicara una carta en la que expresaba los motivos de apartarse del cargo de canciller.

“Nos hemos conocido en las buenas y en las no tan buenas, y en ese recorrido fortalecimos una relación basada en la confianza, la franqueza y una idea que usted me enseñó, que la lealtad es, ante todo, cuidar del otro”, se desprende de la misiva de Sarabia.

A renglón seguido indicó: “He tenido el inmenso honor de acompañarlo desde distintos espacios, como jefa de gabinete, directora del Dapre, del DPS, y ahora como canciller. Pero más allá de los cargos, lo hice como una servidora pública convencida de que transformar a Colombia exige decisiones valientes, diálogos honestos y una brújula ética clara. En ese espíritu, celebré con entusiasmo lo que consideré justo, y también expresé mis desacuerdos con respeto y convicción, como lo hago ahora”.

“Motivada por la responsabilidad que siento con mi conciencia, con el país y con la forma en que entiendo el ejercicio del poder público. Me retiro con la tranquilidad de haber entregado lo mejor de mí y con la certeza de que hay momentos en los que decir adiós es también una forma de cuidar”, concluyó la ahora exministra de Relaciones Exteriores de Colombia.