Política
Gustavo Petro habla desde su cabildo abierto en Barranquilla: “No me sueño reelegido y no quiero volverme drogadicto del poder”
El presidente vuelve a convocar las masas y lanza unas líneas rojas a la protesta social. “Haremos lo imposible. Colombia es capaz de hacerlo. No nos obliguen. No nos reten. No nos amenacen más”, advirtió.

Más de cinco horas esperaron este martes, 20 de mayo, quienes salieron a las calles en Barranquilla para escuchar al presidente Gustavo Petro en esta primera jornada en la que convocó al pueblo a las calles, tras el hundimiento de la consulta popular.
“Con sorpresa comienza uno a ver líderes que pareciera que no se leyeron la Constitución”, dijo tras arremeter contra lo que llamó los apellidos de siempre: los Lacouture, los Char.

Acompañado del ministro del Interior, Armando Benedetti, en tarima, junto al representante a la Cámara Agmeth Escaff, Petro también se refirió a que su objetivo no es la codicia, pero sí arremetió al afirmar que “la codicia los convierte en asesinos” refiriéndose a quienes se oponen a su proyecto.
En su discurso, Petro mandó duras pullas. Por ejemplo, aseguró que quisiera ver en esas manifestaciones a quien llamó Cepeda “el bueno”, como una clara crítica a Efraín Cepeda, el presidente del Senado, a quien culpa de haber hundido la consulta popular con lo que él denomina un “fraude”. De Cepeda también dijo que “quería ser presidente” y por eso lo había traicionado. “Pensamos que Efraín Cepeda era uno con nosotros y nos hizo trampa”.
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En medio de los aplausos del público, Petro dijo: “No me sueño reelegido y no quiero volverme drogadicto del poder”.
“Vamos a luchar a fondo por la consulta popular y no vamos a votar nunca más por los que compran votos y se convierten en verdugos de los compradores de votos. Este momento político tenemos que entenderlo. ¿Qué ganamos eligiendo a Petro presidente si elegimos a Cepeda ‘el malo’ como presidente del Congreso", aseguró.

Y agregó que en las pasadas elecciones, por él votaron por la esperanza, pero por “Cepeda el malo” por dinero.
Y, como ha hecho en múltiples discurso, volvió a citar la obra de Gabriel García Márquez al invitar a terminar el ciclo de cien años de soledad que, según él, ya va en 200 años.
Gustavo Petro cumplió lo que prometió y comenzó a enlistar uno por uno a los senadores que votaron en contra de la consulta popular.

“O cambiamos a Colombia o Colombia se nos desbarata entre la sangre de nuestros hijos”, aseguró. “¿Qué estamos haciendo? ¿Elegimos verdugos o amigos del pueblo? Claro que hay quienes engañan. Se visten de revolucionarios. Ahí estaba el tal JP”, aseguró.
El presidente utilizó la tarima para volver a hablar de todos los temas que han sido controversia en el país, como la crisis por el abastecimiento de gas y hasta el papel de Luis Carlos Sarmiento. O de la reforma pensional, ahora que se sabe que la ponencia de la Corte Constitucional es negativa. “¡Qué pecado que un gobierno intente lograr eso! ¿Acaso esa alegría en los últimos años de la vida no es construir paz? ¿Qué mal estamos haciendo cuando se puede hacer, cuando está el dinero en los bancos, en los fondos de pensiones?, aseguró tras despacharse nuevamente contra esos organismos. También habló de las EPS y su reforma a la salud.
En ese contexto, volvió a enfilar baterías en los temas de la reforma laboral y los puntos esenciales que tenía la consulta que se hundió y que él volvió a presentar. Repitió, como ha hecho en otros discursos, que la consulta está hecha para que las mamás puedan abrazar a sus bebés cuando vuelven a casa y aseguró que esos bebés, que no tendrán ese abrazo, se irán en contra de sus “hermanos”. ¿Por qué Efraín Cepeda se opone a que las mamás puedan tener más tiempo para abrazar a sus hijos?, se preguntó.
“Destruyen familias cuando la jornada laboral no es de ocho horas”, aseguró. Habló de “esclavitud”, “acoso”, “indignidad”.
“El día termina a las seis de la tarde”, dijo de nuevo. “Nuestra prioridad es la gente que trabaja y no los que van al Club del Country”, destacó.
Y habló de nuevo de revolución. “Una revolución comienza antes que las grandes acciones masivas por un cambio en el corazón que dice ‘yo soy digno. Me aguanto el hambre de hoy, pero no le acepto su billete sucio’. Esto es lo que quiero que aprendamos como un mensaje central. No va a haber más pobres vendiendo su voto en el Caribe colombiano. Se les acabó el jueguito. La Policía tiene ya la orden de destruir toda organización que se dedique a la compra y venta de votos. Comprar votos es un delito y se va a castigar a fondo en Colombia. El presidente, comandante en jefe de las fuerzas, lo ordena. El día de elecciones, todo el que intente organizar la compra de votos de la sociedad colombiana, se va para la cárcel”.
El presidente entregó detalles de la nueva propuesta de consulta popular que radicó su gobierno este lunes en el Congreso. Habló de las cuatro nuevas preguntas que presentó en la nueva iniciativa: la producción o compra de medicamentos por parte del Gobierno, la eliminación del papel de intermediaria de las EPS, la aplicación del sistema preventivo de salud y un régimen más garantista para los trabajadores de la salud.
Y aseguró que si el Congreso va en contra de los intereses del pueblo, es el pueblo el que “tiene el derecho de revocarlo”.
Al final, Gustavo Petro aseguró que el debate ya no se dará “en frío”, sino con el pueblo en las calles. Y trazó unas líneas rojas para las manifestaciones en las calles que está convocando: no atacar los bienes de la clase media, la alimentación y los servicios de salud. “Haremos lo imposible. Colombia es capaz de hacerlo. No nos obliguen. No nos reten. No nos amenacen más”, advirtió.