Política
Francia Márquez se desmarca aún más del presidente Gustavo Petro y pasa a la ofensiva contra el gobierno
La vicepresidenta aseguró que ha tenido que enfrentar “el patriarcado y el racismo”. Así le ha contado al país el dolor, la desilusión y el miedo que ha vivido en el poder.


Francia Márquez era uno de los más poderosos símbolos del gobierno del cambio. Su papel como la primera mujer afro en ese alto cargo, así como la historia de liderazgo y lucha ambiental, la habían convertido en uno de los personajes más entrañables de la llegada, por primera vez, de la izquierda a la Casa de Nariño.
A un poco más de un año del fin del periodo del gobierno, es poco lo que tiene que mostrar. Y ella lo sabe. Lo ha contado con indignación y dolor en varias oportunidades. Una de las más sentidas ocurrió este miércoles. Márquez dejó claro de nuevo el evidente y creciente distanciamiento político y emocional que tiene con el primer mandatario.
“No ha sido fácil mi tarea como vicepresidenta, gobernar en un país que tiene un Estado racial y con un gobierno que también práctica el racismo y el patriarcado”, aseguró sin tapujos. No fue la única expresión de decepción por la forma en que se ha desarrollado su papel dentro del Ejecutivo.
La vicepresidenta criticó abiertamente las dificultades que vivió durante la conformación y gestión del Ministerio de la Igualdad y Equidad, cartera que ella misma impulsó desde cero, pero de la cual fue removida por decisión directa del presidente Petro.
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“Porque sea progresista, no quiere decir que no implemente también acciones de racismo. Al interior de mi propio gobierno me he enfrentado a desafíos muy grandes porque no he podido gobernar de manera concreta llevando respuestas desde una institución con presupuesto a los territorios”, agregó molesta.

Además, cuestionó la falta de apoyo y los obstáculos administrativos que enfrentó en el proceso de estructuración del Ministerio de la Igualdad, que —según ella— conformó en año y medio con gran esfuerzo y sin los recursos necesarios.
Sin embargo, cuando finalmente se preparaba para mostrar resultados concretos, fue reemplazada por Carlos Rosero, su amigo y colaborador cercano.

A la vicepresidenta no se le ha visto, recientemente, ondeando las banderas del gobierno. De hecho, Márquez no asistió al cabildo abierto en Barranquilla convocado por el presidente Petro el pasado martes 20 de mayo, una movilización en la que el primer mandatario inauguró esa figura y lanzó una promesa de “revolución” y “Huelga general indefinida”, si el Congreso no le aprueba su segundo intento de consulta popular.
Mientras el mandatario se presentaba ante una multitud en la capital del Atlántico, la vicepresidenta se encontraba en Cali. Desde allá, tampoco hubo ningún acto de apoyo al primer mandatario.
Ya días antes, Márquez había afirmado que aún “no sabía si iba a marchar”, desmarcándose anticipadamente de una de las estrategias políticas más importantes del presidente en las últimas semanas.
El distanciamiento de Márquez con Petro se hizo muy evidente, por primera vez, en el polémico consejo de ministros del pasado 4 de febrero. Ese día, Márquez se despachó en vivo y en directo contra dos de las personas más cercanas a Petro: Laura Sarabia y Armando Benedetti.
“No me parecen, en este gobierno las actitudes de Laura Sarabia con nosotros, conmigo. Me ha tocado decirle: ‘Respéteme, que soy la vicepresidenta’. Y no me parece, y respeto a Benedetti, pero no comparto su decisión, presidente, de traer a este gobierno a estas personas que, sabemos, tienen gran parte de responsabilidad con lo que aquí está pasando”, aseguró la vicepresidenta. Petro, después de esa despachada pública y colectiva de su equipo contra el saliente embajador en la FAO, lo confirmó como ministro del Interior.
En ese momento, Francia también escribió una carta en la que dejó por escrito todas sus quejas y desilusiones. Pero, además, hizo público su miedo de cualquier represalia contra su vida.

“Colombianas, colombianos. Vine a este gobierno para trabajar por la igualdad, la equidad y la justicia social. No por la burocracia, ni por la politiquería ni por los intereses que han frenado el verdadero cambio”, decía la misiva.
Desde entonces, su visibilidad se ha reducido, al punto que varios sectores sociales, incluidos líderes indígenas, han cuestionado su ausencia en medio de nuevos reclamos sociales.

Incluso personas cercanas al Gobierno Petro, como el exdirector del Departamento para la Prosperidad Social (DPS), Gustavo Bolívar, han confirmado el impacto emocional que le ha causado a Márquez a su salida del Ministerio de la Igualdad.
Según él, Márquez se encuentra “triste” por la forma en que se dio su retiro, justo cuando se preparaba para mostrar avances tangibles.
“Francia está muy triste porque la pusieron a organizar un ministerio, duró un año haciendo esa tarea… Cuando iba a mostrarle al país que era una gran ejecutora, la sacaron del ministerio. Eso le dolió mucho. Está triste todavía”, comentó Bolívar.
A pesar de este escenario, Márquez ha retomado su rol como vicepresidenta, recorriendo el país y manteniendo su presencia en regiones olvidadas, sobre todo en el suroccidente colombiano.
Sin embargo, el quiebre político con el presidente Petro parece cada vez más evidente, y su ofensiva discursiva deja entrever una posible recomposición de su agenda y liderazgo político de cara al futuro.