Política

El tenso momento que vivió Roy Barreras al aire cuando le dijeron “petrista”: así fue el toma y dame

El exembajador de Colombia en Londres está en el país con miras a definir su futuro político en las elecciones de 2026.

26 de mayo de 2025, 4:13 p. m.
Presidente Gustavo Petro y Roy Barreras
Roy Barreras, exembajador, y Gustavo Petro, presidente de Colombia, el 9 de marzo de 2023, en Bogotá. | Foto: Presidencia

Roy Barreras, exembajador de Colombia en Inglaterra, país que volvió a ponerles visa a los colombianos durante su rol como diplomático, vivió un incómodo momento al aire.

En medio de una entrevista con Blu Radio, el exdiplomático sostuvo un tenso momento cuando lo calificaron de “petrista”.

Ricardo Ospina (R. O.): Gustavo Petro se eligió con la bandera social, con la bandera de cumplir o de llevar a cabo unas reformas. No ha sido capaz de hacerlo. Y hay diferentes interpretaciones. Ustedes, los petristas, dirán que es porque la oposición no se los permite, otros dirán que es porque no es un gobierno capaz de llegar a consensos porque no le gusta ceder. ¿Por qué los colombianos tendrían que darles otros cuatro años en el poder cuando han sido incapaces de sacar adelante vía consenso las reformas a las que se comprometieron?

Roy Barreras (R. B.): Bueno, primero gracias por el epíteto, pero estoy seguro de que si yo le dijera a usted, por ejemplo, duquista, usted diría, “Yo no soy duquista”. Yo soy un hombre independiente que votó por Duque en su momento.

Entonces, a mí no me diga que es petrista... A mí no me diga...

R. O.: ¿Cómo que no es petrista, doctor Barreras?

R. B.: Para empezar, no se resuelven los problemas de Colombia cuando alguien decide acompañar ciegamente a algún caudillo, el que sea. ¿Usted es capaz de apostar cuando le toca votar y decidir por aquel que se parece a lo que usted cree? Usted recuerde que Petro recorrió el país con las banderas liberales.

Mi madre, que era una campesina de origen liberal, era genéticamente liberal. Antes de que existiera eso que se llama progresismo, eran los liberales los que defendían a los artesanos, a los trabajadores, a los esclavos desde el siglo XIX. Somos genéticamente liberales, una gran mayoría de colombianos. Petro levantó esas banderas y levantó las banderas de la reivindicación de los más pobres.

Había que acompañarlo, lo hice con gusto, pero eso, usted tiene razón, me hace responsable, no solo de su elección de manera parcial, sino de lo que está pasando y de lo que vaya para los siguientes cuatro años.

¿Por qué los colombianos, cuando decidan, tendrían que darle una oportunidad a lo que yo llamo una coalición de centroizquierda? Y le anticipo hoy aquí, ganará la Presidencia de la República una coalición de centroizquierda que le dé al país estabilidad y unidad, y no división. Cualquier propuesta que divida al país no resuelve los problemas de Colombia.

Néstor Morales (N. M.): Déjeme, ya que usted habla de centroizquierda y de matices y de ideologías, me da la impresión de que usted se molestó con Ricardo porque le dijo que usted era petrista, ¿cierto?

R. B.: No, yo jamás me he molestado con Ricardo. ¿Sabe cuándo nos molestamos ambos, Ricardo y yo?, cuando nos tocaba comer en el palco, ¿se acuerda? Unos salchichones que tenían como 26..., desde la revolución cubana.

N. M.: Usted es un profesional en estos asuntos. Pero ¿por qué no? ¿Por qué le molesta que le digan que es petrista? ¿Usted qué ismo tiene? Le pregunto, si no es petrista, ¿qué es usted en la política colombiana? Porque fue uribista, fue vargasllerista, fue santista. ¿En qué está hoy?

R. B.: Voy a contarle. Desde que empecé en la política, jamás he cambiado de objetivo. Que entre otras cosas se lo debo a mi madre, le quiero hacer ese reconocimiento y usted sabe que yo soy orgullosamente hijo de una madre soltera, que me dijo desde muy pequeño, cuando yo le preguntaba: “Oye, mamá, ¿y por qué todos tienen papá y yo no tengo?”. Me decía: “Es que tu padre es un médico que está muy ocupado salvando vidas”. Desde chiquito me dijo: “Tienes que ser así”. Tenía tres años yo e hice medicina. Trabajé 20 años al lado de mi padre cuando lo conocí y tenía claro que podía salvar vidas como médico.

Cuando creí, y sigo creyendo, que se pueden salvar vidas de la miseria, de la pobreza, de la guerra. Por eso me fui a La Habana, por eso acompañé ese proceso de paz. Por eso sigo pensando que la paz es tener pan en la mesa para quienes no lo tienen. Tengo una obligación con este país. Yo tengo 61 años, Néstor, soy mayor que usted. Yo podría jubilarme este año. No soy un hombre rico, nunca lo fui, pero la pensión de jubilación me daría para vivir tranquilo. Sería un fracaso de vida, les dije a mis hijos.

Si dejo la actividad en la que me metí hace 19 años, teniendo un país en el que no se ha cumplido la promesa de justicia social. Esa promesa hay que cumplirla y vengo a ayudar a que se cumpla.

N. M.: Pero ¿usted es petrista?

R. B.: Yo hace mucho tiempo lo expliqué en los debates, desde el año 2010, probablemente, cuando empezamos a hablar de la ley de víctimas y cuando presenté el marco para la paz.

Expliqué una cosa, con la que no quiero aburrir a los oyentes, pero que se llama la tercera vía. Es una expresión de las formas liberales de pensamiento que dice: “Tanto Estado como sea necesario, tanto mercado como sea posible”. Respeto profundamente a las izquierdas, que son varias en Colombia. Yo no milito en la izquierda, yo no soy de izquierda.

N. M.: Doctor Roy, usted acaba de cerrar tres años participando en un gobierno que intentó agrandar el Estado achicando al empresariado en Colombia. ¿Cómo es compatible esto que usted me está diciendo ahora con el gobierno al que usted representó durante tres años?

R. B.: Usted me dio la respuesta. Usted acaba de decir hace cinco segundos, que eso no es lo que proclama ideológicamente el presidente Petro. Tiene razón.

El presidente Petro, que es el primer presidente de izquierda en la historia de Colombia, para ganar hizo una coalición con sectores como nosotros, de centro, liberales; recorrió el país con esas banderas liberales y permitió convocar una mayoría bajo la promesa de un cambio de un país justo. Esa promesa hay que cumplirla. Hay miles de razones por las que no se ha cumplido.

Imagínese una casa en obra negra. A nadie le gusta la casa en obra negra, está incompleta, hay que terminar de reparar la casa; pero usted no podía seguir en la casa vieja llena de miseria, llena de pobreza cerrando los ojos como si todo estuviera bien. No estaba bien, hay que seguir mejorando el país.

N. M.: La casa vieja y llena de miseria es administrada por el presidente al que usted le hizo campaña, al que posesionó, al que representó como embajador.

R. B.: La casa vieja viene siendo administrada hace 200 años por fuerzas distintas a la izquierda.

N. M.: Al que lleva tres años gobernando, no a los de hace cien años. No quiero repartir responsabilidades, lo que quiero es preguntarle si usted entiende que la campaña del año entrante va a ser un plebiscito alrededor del presidente Petro. En esta esquina, usted, Roy Barreras, apoyando al presidente Petro, y en la otra esquina quienes no apoyan al presidente Gustavo Petro.

R. B.: Eso es lo que quieren algunos sectores de ambos extremos radicales y es probablemente lo que podría ocurrir. Fíjese usted, una campaña, un plebiscito dice usted, de un país dividido de Petro y anti-Petro. Lo que salga de allí, lo que saliera de allí, es un país dividido que no es capaz de avanzar unido hacia la solución de sus problemas. Eso hay que evitarlo, eso hay que evitarlo.

N. M.: Debe ser porque usted estaba en Londres y no se enteró, pero la persona que ha dividido más que nadie a esta sociedad es Gustavo Petro. No es la extrema derecha, ni el nazismo, ni el fascismo.

R. B.: Pues a mí me parece que el nazismo y el fascismo han dividido y han exterminado y han hecho un daño enorme en la historia de todas las sociedades, incluyendo la colombiana.

N. M.: en Colombia no hay nazismo y fascismo, ese es un cuento que se inventó el presidente Petro. Por mínimo rigor, dejen de hablar de que aquí hay nazismo. Es el presidente Petro, al que usted representó, el que puso esos términos y el que plantea los debates en Colombia en esos sentidos.

R. B.s: Para empezar, por respeto al presidente Petro y a cualquiera, uno no puede arrogarse la representación de otro pensador. Yo estaba representando a Colombia por mandato del presidente Petro.

Una cosa es representar esta patria y otra cosa es hacerse vocero de otra persona que tiene otra formación y otra capacidad, y además una capacidad de liderazgo que —aunque se quiera negar— está allí, y además un afecto que sigue siendo el de millones. Es que uno puede cerrar los ojos, Néstor, pegarse y decir: “Todo lo de Petro es una desgracia”, pero 45 % de los colombianos no piensan eso. Piensan que al fin alguien interpretó a la gente que no ha tenido nada nunca y que merece una vida digna.

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Y otro país —lo respeto, lo entiendo, lo comprendo— piensa que ante este mar de incertidumbres, ante la inseguridad, ante la angustia de que no se sabe qué va a pasar y que el desorden ha sido todo un desastre y quieren el cambio, y está bien que piensen de esa manera, pero le voy a decir: “En Petro, en ti, Petro, odiándose las dos orillas”, es un país posible unido hacia el propósito de que todos los colombianos, los 50 millones, salgan adelante. Y no se lo digo hoy, se lo dije el 7 de agosto cuando poseí (sic) al presidente Petro en la Plaza de Bolívar. Un gobernante tiene la responsabilidad de gobernar para los 50 millones de colombianos. Esa es parte de la promesa que, por la polarización, no se ha cumplido. Hay que cumplir la promesa de un gobierno para todos los colombianos.