Entrevista
El cardenal Luis José Rueda revela detalles de su encuentro con Petro. Así sentará al presidente con las cortes, Efraín Cepeda y otras instituciones
El cardenal Luis José Rueda reveló detalles de su encuentro con Gustavo Petro y entregó los pormenores sobre la reunión que organiza entre el presidente y las altas cortes, entre otros. Habló del papa Francisco como intercesor de la salud de Miguel Uribe Turbay.

SEMANA: ¿Cómo terminó hablando hasta altas horas de la noche con Gustavo Petro esta semana?
Luis José Rueda: Es la situación del país la que nos mueve a actuar, a no quedarnos quietos como Iglesia y con la autorización y el envío misionero del presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Francisco Múnera Correa. Además de la preocupación, la esperanza de no perder las posibilidades de encuentro y diálogo, buscando algo mejor para el país.
SEMANA: ¿Cómo se dio el encuentro?
L.R.: Se gestiona por medio de la directora del Dapre, Angie Rodríguez. Hay la posibilidad de una reunión, preguntaron el tema y me abrieron la puerta. Fue una cita al final de la jornada del lunes 9 de junio. Esa reunión abrió la posibilidad de otros encuentros con altos responsables de cargos del país en las distintas instituciones. Este diálogo no es fácil, pero sí necesario.
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SEMANA: ¿Qué le manifestó a Petro?
L.R.: Hubo un diálogo íntimo con el presidente Petro, privado, pero es la posibilidad de que en el contexto negativo que estamos viviendo hagamos un encuentro que permita articular las distintas responsabilidades y crecer en la confianza. En esto era maestro el papa Francisco, siempre nos hablaba de la cultura del encuentro. Y el papa León XIV abrió su pontificado diciéndonos a todos como Iglesia que es necesario tender puentes. Esto lo puede hacer la Iglesia católica, porque no se compromete con un partido u otro, se compromete con el bien común del país. Yo le hice una propuesta al presidente en nombre de la Conferencia Episcopal Colombiana.
SEMANA: ¿En qué consiste?
L.R.: En que, después de dialogar con varios actores responsables de las decisiones del país, podamos hacer un encuentro en estos días. Puede ser un desayuno, almuerzo o cena aquí en la Casa Episcopal. Esa es la propuesta concreta con el fin de aproximar a los responsables. Segundo, enviarle un mensaje al país de rechazo a toda forma de violencia. Y hacer un pacto, una alianza para desescalar la agresividad verbal.
SEMANA: ¿Y cómo va con su propuesta?
L.R.: Nos hemos reunido con varios funcionarios. Esto es un trabajo lento porque cada uno está con sus agendas, viajes y responsabilidades. Ha sido una semana de llamar, de buscar la cita con el uno, con el otro, con el procurador general, Gregorio Eljach; la fiscal general, Luz Adriana Camargo; la defensora del pueblo, Iris Marín; el contralor general, Carlos Hernán Rodríguez. También con los presidentes de las altas cortes, con el presidente de la Cámara, Jaime Raúl Salamanca; el del Senado, Efraín Cepeda, y el registrador nacional, Hernán Penagos. Ha sido una semana intensa de oración, porque sin ella no funciona. He encontrado en el corazón y en la conciencia de todos con quienes he hablado disposición, porque saben que hay que hacer algo y pronto.

SEMANA: ¿Cómo será ese encuentro entre Petro y la institucionalidad?
L.R.: Será en Bogotá, en la Casa Episcopal. Todavía no sabemos el día porque nos falta terminar unos diálogos, pero será la semana que viene. Estará liderado por la Conferencia Episcopal Colombiana. Yo simplemente soy el mandadero, el que hace el servicio logístico, los acercamientos y los diálogos previos. Tendrá un detalle que para muchos puede ser insignificante: comer juntos. La reunión será en torno a un bocado, a un pan, a un alimento, porque Jesús de Nazareth congregó así a sus discípulos.
SEMANA: ¿Asistirán precandidatos presidenciales?
L.R.: No. Ese es otro trabajo que está haciendo la Conferencia Episcopal y es trabajar con los directores de los partidos y con los precandidatos presidenciales. Se definirán nueve puntos importantes en una campaña que debe ser de argumentos y no de insultos ni de violencia. Ese es otro proceso que ya lleva más de un mes y está acompañado por monseñor Héctor Fabio Henao. Allá no estará el presidente, solo serán precandidatos y directores de partidos políticos.
SEMANA: Pero la Iglesia católica está muy activa. Avanza otra gestión para sentar a los expresidentes.
L.R.: Ese es el tercer escenario. El primer escenario son los precandidatos y los presidentes de los partidos. El segundo es el del presidente Gustavo Petro y los responsables de altos cargos del Estado. Y el tercero, que no se ha empezado a ejecutar, pero que lo tiene en mente la Conferencia Episcopal, es la reunión con todos los expresidentes de Colombia. Ellos tienen una experiencia y una voz importantes en este momento.
SEMANA: Esa tarea no será fácil...
L.R.: Es difícil, pero es que todas las tareas de diálogo y de acercamiento son difíciles. Sin embargo, no debemos desistir.
SEMANA: ¿Petro es consciente de que está enfrentado con la Rama Judicial, el Congreso y la prensa?
L.R.: Todos los hermanos que tienen responsabilidad, el presidente y los demás responsables de cargos del Estado, son muy inteligentes, personas muy talentosas que entienden las dificultades que tienen. No entramos en la parte técnica de decisiones. Lo que se decide en el Congreso se decide allí; igual ocurre con las cortes y la Presidencia. Nosotros entramos en la facilitación de un sinceramiento y la posibilidad de mirarse, escucharse y respetarse. Con eso le estamos aportando al país un pequeño paso muy sencillo, demasiado elemental, pero necesario a la hora de tomar decisiones para el bien de Colombia.

SEMANA: ¿Cómo tender puentes entre Petro y el Senado si el presidente desconoció al Legislativo y firmó el decretazo de su consulta popular?
L.R.: Sí. Nuestro propósito y convicción es que son colombianos, son seres humanos, tienen familia, preocupaciones, tienen distintas formas de ver las salidas del país. En ese encontrarse, en generar puentes y en ese construir fraternidad, hay dolores y sufrimientos, porque uno puede decir “él me dijo” y el otro, desde su orilla, pudo sentirse agredido. Detrás del presidente del Senado, Efraín Cepeda, hay unos sentimientos, hay un hombre que ha tenido una historia; detrás del presidente Gustavo Petro también. Lo que estamos haciendo es poner el bálsamo de la alegría del encuentro con la esperanza de que haya caminos mejores.
SEMANA: ¿Cómo hará para que Petro desescale el lenguaje? Lo prometió esta semana, pero viajó a Cali y arremetió contra todos los que piensan distinto.
L.R.: Podemos quedarnos a veces en una forma de ver a los seres humanos y decimos: “Él es así y no va a cambiar”. Yo creo, por mi vida, por lo que ha pasado, que todos los seres humanos podemos cambiar. El Señor nos da la posibilidad de cambio. Dentro de la Iglesia eso se llama conversión. Y no se logra de la noche a la mañana. Hay que valorar los pequeños signos en cada ser humano, sus esfuerzos, sus luchas, los estilos de cada uno. Alguien decía: “Le entra por un oído y sale por el otro”, eso se puede aplicar a todo ser humano. Yo digo que lo que entra por un oído y sale por el otro deja algo, una semillita en el corazón. El ser humano tiene la posibilidad de cambiar.
SEMANA: Petro dice que el Senado le hizo trampa y en el Congreso estiman que el presidente los desconoció.
L.R.: Este conflicto colombiano se parece a los internacionales. Alguien puede decir “bendito tal país que no tiene conflictos”. Vayan y miren a todas las naciones. Hay que ser conscientes, aterrizados y tener los pies sobre la tierra, y saber que tenemos un conflicto.
SEMANA: ¿Tiene fe en que Petro desescale el lenguaje?
L.R.: Confío en que las semillas que se siembran con bondad, con humildad y sabiduría tarde o temprano dan frutos.
SEMANA: Para que pida audiencia al presidente es porque está muy preocupado...
L.R.: Muy preocupado, después del atentado contra Miguel Uribe Turbay. Pero no solamente la vida del senador y precandidato; está amenazada Colombia, es una amenaza de todo el país, de los campesinos, indígenas, de los niños, de los jóvenes, es una amenaza. Y nosotros no podemos normalizar el tema. Tenemos que ser proactivos.

SEMANA: El sicario que atacó a Miguel Uribe Turbay es menor de edad…
L.R.: Tenemos que plantearnos el enfoque de la educación, la ética que se está enseñando y promoviendo en las escuelas y colegios, la vocación del docente, constructor de una sociedad amable donde se respeta la vida. No vaya a ser que nosotros digamos “fue un adolescente” y lo condenemos. De eso no se trata, se trata de ser capaces de decir en qué nos hemos equivocado en la educación.
SEMANA: La familia de Uribe Turbay le está orando a san Chárbel, ¿lo conoce?
L.R.: Claro, es un santo maronita, tenemos en Colombia a monseñor Fadi Abou Chebel, exarca apostólico maronita para este país. San Chárbel es un histórico de los milagros, un santo al que se le tiene mucha confianza. Quiero decirle que también estamos pidiendo la intercesión del papa Francisco; él, que sufrió y amó a la humanidad, para que interceda ante Dios.
SEMANA: Pero todavía no es santo...
L.R.: No es santo, pero para que llegue a ser santo es necesario que haya un milagro. Es la oportunidad de decirle: “Santo padre, usted que vino a Colombia, cuando estuvo en Bogotá, Miguel Uribe Turbay era el secretario de Gobierno del Distrito y quien contribuyó a la acogida del papa en el parque Simón Bolívar, interceda por Miguel, su familia, los médicos y por Colombia”.