POLÍTICA
“Dirá que estoy borracho”: presidente Petro lanzó en vivo teoría sobre el “crimen cuántico”
El jefe de Estado, durante la instalación de la nueva legislatura, en el Congreso de la República, aseguró que sí existe tal “crimen cuántico”.
La “junta del narcotráfico” está presente en la mayoría de los discursos del presidente Gustavo Petro y, por su directriz, ha ocupado la atención de todos los organismos de inteligencia de Colombia. El mandatario ha citado ese nombre para denunciar supuestos planes para asesinarlo y ha justificado buena parte de sus ausencias con esas amenazas.
Referencia a esa organización criminal y la responsabiliza del incremento de la cocaína y la pérdida de control territorial por parte del Estado, y la pone sobre la mesa para acusarla de querer desestabilizar gobiernos en América Latina, incluido el suyo. Petro es el único que habla en público del asunto y los altos mandos de la Fuerza Pública guardan silencio para no entrar en disputa con su palabra.
Este 20 de julio, en el marco de la instalación de la nueva legislatura, en el Congreso de la República, en Bogotá, el mandatario sugirió, sin mencionar al senador Miguel Uribe Turbay, que de allí pudo venir la orden de atentar contra el senador y contra él mismo, como jefe de Estado. De hecho, dijo, él decidió llamarlo el “crimen cuántico”.
“Son multinacionales del crimen de algo que voy a llamar, así lo titulará la prensa porque dirá que estoy borracho, el crimen cuántico”.
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“El crimen cuántico, amigos y amigas, porque se hace a control remoto, las lanchas ya no las llevan los seres humanos, los submarinos ya no tienen seres humanos, los drones ya no tienen seres humanos, tienen láser y sensores de tal manera que a través de la matemática cuántica que confunde en una mínima vibración que llaman cuántico, el corpúsculo con la onda, es decir la materia con la energía, el crimen ya ha podido manejarse a control remoto en Colombia y he descubierto una de sus capitales. Y es Dubái”, dijo el jefe de Estado durante su intervención en el legislativo, que se extendió a prácticamente tres horas.

El mandatario agregó que fue “un error” entregar las fronteras de Colombia a lo que él llama “junta del narcotráfico” y sostuvo que cada vez son más los extranjeros detenidos en Colombia por cuenta del accionar criminal de dicha junta. ¿Qué es eso?
SEMANA accedió a las primeras investigaciones realizadas por unidades de inteligencia nacionales con el apoyo de agencias de Europa y Asia, sobre esta “juntanza” de ilegales. Los primeros hallazgos ponen en evidencia que la “junta del narcotráfico” sí existe, pero no como la expone el primer mandatario.

“Él lo ha politizado y es un verdadero globo. Se trata de una alianza de criminales a los que solo les interesa la plata y la cocaína. Son reuniones esporádicas que se dan en el exterior para sumar capacidades en materia de narcotráfico, buscan tener socios y así acceder a los mercados de los cinco continentes”, relató bajo reserva un alto funcionario de la Policía.
Para explicar este fenómeno, los uniformados han desempolvado la historia del país y recordado la “primera junta del narcotráfico” que se fundó en el mundo ilegal con el sello colombiano.
Entre los años 1990 y 2010, los narcos que no estaban dentro de los grandes carteles de las drogas se unieron para mantener las rutas del narcotráfico y prestarse servicios, los unos a los otros, a cambio de dinero. Según los expedientes, esto llegó a su fin cuando Álvaro Uribe entregó la Presidencia porque la mayoría de los integrantes fueron capturados y extraditados a Estados Unidos.
Esa “franquicia delincuencial”, como la nombran en el interior de la Policía, se empezó a renovar en 2019, cuando retornaron a la región algunos de esos detenidos y la figura se fortaleció en los últimos tiempos.
Los viejos narcotraficantes aterrizaron con la misión de recuperar las rutas de exportación de la cocaína y se unieron con extranjeros que reconocen a Colombia como un “músculo en la producción de narcóticos”.
El caso de Dubái, referenciado con insistencia por Gustavo Petro como la sede principal de las negociaciones, apenas es uno de los destinos favoritos de los delincuentes colombianos y extranjeros: “Van a Dubái para sentirse que están a la moda, hasta toman tinto cubierto de oro, pero también sucede en París, en otras ciudades del mundo”, concluyó la misma fuente consultada por SEMANA.
“Entonces esa mafia domina el Micay, no es las Farc. Las Farc se acabaron en el año 2016. Esto es otra cosa diferente, no es una insurgencia, es un ejército privado. El narcotráfico que necesita dominar la producción de hoja de coca para dominar el mercado de la cocaína. Y para dominar la producción de la hoja de coca tiene que tener el control territorial y social, subordina de manera esclava al campesinado de Colombia en esas regiones”, dijo el presidente Gustavo Petro en uno de sus consejos de ministros.