Política
De Augusto Rodríguez a Carlos Ramón González: estos son los líos de los ex M-19 en el Gobierno de Gustavo Petro
Los funcionarios que hicieron parte de esa guerrilla están envueltos en escándalos, pero solo uno de ellos salió del Gobierno Petro.

El presidente Gustavo Petro se rodeó de un hermético círculo en el Gobierno y quienes han ocupado algunos de los roles más relevantes de su administración resultaron ser exguerrilleros del M-19, el grupo armado al que él perteneció,y quienes le acompañaron desde su paso de las armas a la vida política.
Ellos, además, terminaron convirtiéndose en funcionarios reciclados de su paso por la Alcaldía de Bogotá (2012-2015) que se tornaron en un asunto problemático para la Casa de Nariño. El más polémico de todos ha sido Carlos Ramón González, el exdirector del Dapre y de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), desaparecido de la opinión pública, escondido en Nicaragua y señalado como uno de los artífices del escándalo de corrupción de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd).
Quien ha estado bajo la lupa en los días recientes ha sido el director de la Unidad Nacional de Protección, Augusto Rodríguez, el responsable del Estado de brindar protección a los políticos, figuras de la opinión pública y líderes sociales que están amenazados. El atentado contra el precandidato a la Presidencia, Miguel Uribe Turbay, dejó en evidencia que su oficina no le ha dado trámite a las solicitudes de protección o de acompañamiento de quienes no son afines al Gobierno.
Los integrantes del partido al que pertenece Uribe Turbay, el Centro Democrático, advirtieron que desde 2023 han pedido que se les refuerce la seguridad sin que esa instancia respondiera a sus requerimientos. Es más, casos como el del precandidato a la Presidencia ya llegaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, así como el del también aspirante a la Casa de Nariño, David Luna.
Lo más leído
Las posibles irregularidades que salpican la administración de Rodríguez no han puesto a tambalear su dirección. Es más, cuando la prensa le preguntó si el atentado contra el senador podría motivar su renuncia él respondió que la única persona que podría pedirle la dimisión sería el mismo Petro.
Pero para el presidente es difícil tocar a su círculo cercano. González, por ejemplo, dejó su cargo meses después de que estallara el escándalo de la Ungrd y solo hasta que la Fiscalía lo señaló de haber dado la orden de sacar plata de esa entidad para entregarla a los presidentes del Congreso, Iván Name y Andrés Calle, para incidir en la agenda de ese recinto.
El comisionado de paz, Otty Patiño, ha presentado dos licencias médicas que lo mantienen fuera del cargo mientras el país sigue sin ver tangible la paz total prometida por el jefe de Estado. Los atentados del ELN, los actos criminales cometidos por los bloques de las disidencias de las Farc y el Clan del Golfo, los mismos con los que su administración ha intentado hacer la paz, han puesto en duda su gestión. Sin embargo, Patiño no aparece ante los medios por motivos de salud y se mantiene fuera de los reflectores mientras la paz total atraviesa por una de sus más fuertes crisis.
Otro que no está lejos de los escándalos es el actual director del DNI, Jorge Lemus, señalado de esconder al jefe de las disidencias Willington Henao Gutiérrez, alias El Mocho Olmedo, en un apartahotel en Bogotá durante 55 días. Ese caso encendió las alarmas de la Casa Blanca y puso a la Fiscalía a dar explicaciones, pero todo indica que no dejó en riesgo el cargo de Lemus.
Esos nombres dejan claro que la gestión pública no ha sido el asunto en el que más se han destacado los ex M-19 que están en el Gobierno. En todo caso, la lista es más amplia de funcionarios de esa desaparecida guerrilla, con figuras como Vera Grabe, quien tenía a sus hombros los diálogos de paz con el ELN, y Milton Rodríguez, el embajador de Colombia en Venezuela.