POLÍTICA
Cuando Armando Benedetti le confirmó a SEMANA que estaba en rehabilitación por drogadicción: “Con amigos empezamos a probar”
Así fue la entrevista con el hoy ministro del Interior del gobierno del presidente, Gustavo Petro.

23 de noviembre de 2024. Armando Benedetti era embajador de Colombia en la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, por sus siglas en inglés). En ese momento así habló con Yesid Lancheros, actual director de SEMANA.
YESID LANCHEROS: ¿Por qué está en Barranquilla?
ARMANDO BENEDETTI: Llegué el miércoles de la semana pasada, estoy en un proceso de rehabilitación y desintoxicación. A mediados de septiembre me hice un examen de rutina, me ordenaron una colonoscopia y me encontraron un quiste, un precáncer, estuve regular de salud. Me hicieron un procedimiento quirúrgico, aquí en Barranquilla, y eso me llevó a pensar en que tengo que cambiar mi estilo de vida, a mejorar el manejo de emociones, el estrés. Mi quiste tenía 8 centímetros de largo y me lo quitaron.
Y.L.: A raíz de ese diagnóstico, ¿decide que debe abandonar el consumo de drogas y alcohol?
A.B.: Así es. Fue un golpe muy duro enfrentarme a ese procedimiento quirúrgico. Uno siempre cree que todo lo tiene ganado, que la vida la tiene regalada. A mí me dio muy duro, casi que entré en depresión, a uno parece que se le viene el mundo encima, y uno viene a ver que ha cometido excesos.
Y.L.: ¿En dónde se está sometiendo a esas terapias de rehabilitación?
A.B.: En México, en la ciudad de Mazatlán. Ahí te hacen una introspección, una retrospectiva de lo que es toda tu vida, y empiezas a hablar de verdad con sentimientos. Uno parece que se le olvidan los sentimientos. Y en esa retrospectiva es cuando haces verdaderamente una sanación. Nunca me voy a sanar realmente del alcoholismo, lo que sí puedo es recuperarme.
Y.L.: ¿Cuándo conoció el infierno de las drogas?
A.B.: Como a los 18 años. Con un grupo de amigos empezamos a probar lo que era la cocaína, la droga, todo por experimentar. Pero no me quedé ahí, vengo a quedarme ahí después de viejo, por así decirlo, con la parte social, el ajetreo, el trabajo intenso, y ahí es cuando me empieza a tomar ventaja. Venía siendo consciente de eso, y espero que este testimonio, así sea incluso para enemigos míos, les sirva. Mucha gente tira la toalla y cree que no se puede salir de ahí.
Y.L.: Durante un tiempo usted dejó de consumir drogas, pero recayó. ¿Fue así?
A.B.: En 1995 estuve en rehabilitación, limpio, como decimos, sin consumir absolutamente nada durante 13 años. Hasta 2008. Volví a recaer. Viendo que me había cogido ventaja, tomé la decisión, por mi familia, por mi padre, por mi madre, por mi esposa, por mis hijos, por calidad de vida, por salud física y mental.
Y.L.: En la campaña presidencial de 2022, en medio de ese ajetreo, ¿usted estaba sumido en el consumo de droga y alcohol?
A.B.: No, los alcohólicos y los adictos tenemos una particularidad y es que, cuando hay problemas, es cuando más nos alejamos del consumo. En esa época estuve ultrajuicioso. Cuando hay trabajo y hay responsabilidades serias, uno se aferra completamente al trabajo, por lo menos mi personalidad me da para eso.
Y.L.: El pasado 30 de junio, usted, al parecer, protagonizó un episodio de violencia de género contra su esposa, Adelina Guerrero. Se informó de una denuncia de ella ante la Policía en Madrid (España). ¿Usted la agredió?
A.B.: A ver, no pasó absolutamente nada de lo que han dicho. Fue un problema familiar que extrapolaron. Quisiera que alguien me mostrara la denuncia o una prueba de lo que sucedió.

He guardado silencio y he ganado todas las demandas de calumnia e injuria, pero con la prensa no hago eso. Guardo silencio por respeto a mi familia, a mis hijos, armaron un novelón en el cual me acabaron completamente.
Y.L.: Perdóneme, embajador, lo que trascendió es que usted incluso sacó un cuchillo en medio de esa discusión con su esposa...
A.B.: Vamos por partes. Un juez ya dijo que no había habido ni violencia de género, ni física, ni psicológica, ni coacción.
Y.L.: ¿Un juez decidió eso?
A.B.: Ya un juez falló, hizo un auto en Madrid.
Y.L.: ¿De qué fecha es ese auto?
A.B.: Tengo que ser cuidadoso con esa información. Si la llego a filtrar, me meto en el problema del siglo. Dicho eso, hay otros hechos que tienen que ver con la destrucción de objetos. Esos hechos están ahora mismo en un proceso en Madrid y no me puedo pronunciar.
Y.L.: En ese episodio, ¿usted estaba bajo el efecto de las drogas?
A.B.: No, para nada, claro que no.
Y.L.: En el infierno de las drogas, ¿qué fue lo peor que vivió?
A.B.: No tengo un solo buen recuerdo de esos días.
Y.L.: En su papel de embajador ante la FAO, en Roma, ¿ese consumo de droga afectó su rol diplomático?
A.B.: Usted nunca encuentra que yo haya estado con tragos en algún lado. Nunca dejé de ir a una reunión, a un debate, nunca tuve problemas. Ahora que habla de la FAO, logré destrabar un crédito de 100 millones de dólares, y también logramos que en Colombia se realice la Segunda Conferencia Internacional Sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural en 2026.
Hay una cantidad de logros en la FAO que nadie me los ha aplaudido, por el contrario, dicen que me abrieron una embajada para mí, como si eso fuera fácil.