Acuerdo

“Creo que si hay una salida para Iván Márquez, debe ser por la vía del sometimiento a la justicia”, dice Humberto de la Calle, exjefe del equipo negociador

A punto de cumplirse seis años de la firma de lo pactado con la antigua guerrilla, el exjefe negociador y ahora senador habló con SEMANA sobre el tema y sobre los recursos que quedaron en la reforma tributaria para el programa de sustitución de cultivos.

9 de noviembre de 2022, 9:51 p. m.
Humberto de la Calle Senador por el partido Verde Oxígeno
Congresista 2022 / 2026
Bogota julio 18 del 2022
Foto Guillermo Torres Reina / Semana
Humberto de la Calle, exjefe del equipo negociador con las Farc y senador. | Foto: Guillermo Torres /Semana

SEMANA: ¿Cómo es el recaudo tributario para la sustitución de cultivos que se salvó en la reforma tramitada en el Congreso?

HUMBERTO DE LA CALLE (H.D.L.C.): Hay un impuesto que se llama impuesto al carbono, que produce alrededor de 344.000 millones de pesos destinados, originalmente, la mitad a temas de ambiente y la otra mitad al Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos (PNIS). La propuesta inicial del Gobierno era destinar todo en un sola bolsa a temas ambientales y desaparecer la destinación específica para el PNIS. Nosotros nos opusimos porque nos parece que el programa es fundamental y que cualquiera que sea la modalidad de paz que se camine, requiere necesariamente del tema de sustitución de cultivos ilícitos.

S.: ¿Qué pasó finalmente?

H.D.L.C.: Hubo una transacción con el Gobierno, con la Ministra da Ambiente, Susana Muhamad, y con el de Hacienda, José Antonio Ocampo, y se logró que se mantuviera al menos el 20 por ciento del impuesto al carbono para los programas de sustitución, pero también con el compromiso de mantener la vigencia del programa y la financiación exitosa de este propósito.

S: ¿Aproximadamente cuánto representaría ese 20 por ciento y a cuántas familias que están en el programa beneficiaría?

H.D.L.C.: En las cuentas de hoy son alrededor de 170.000 millones de pesos, que es el 50 por ciento original de ese impuesto. Ahora queda reducido a 60.000 o 70.000 millones de pesos. Esto tiene un impacto general sobre los cultivadores, pero en el momento específico hay alrededor de 100.000 familias que son las que han suscrito acuerdos de sustitución de cultivos. Nosotros creemos que desde una mirada sobre el futuro de este difícil problema que es la droga, lo que sí es evidente es que los programas tradicionales de fumigación y simple sustitución han fracasado. No se trata, por tanto, solo de cambiar una mata por otra, sino de impulsar realmente procesos que involucren a la comunidad.

S: Como congresista, ¿quedó tranquilo con esta reforma tributaria?

H.D.L.C.: Apoyo la orientación general del Gobierno. Lo hice desde un principio en el sentido del énfasis en la progresividad de la tributación, que en el pasado se ha visto menoscabada por distintos motivos: exenciones, descuentos y privilegios tributarios, por ejemplo. Creo que Petro tiene razón en que lo que hay que retomar es la senda de la progresividad y en ese sentido apoyé la reforma tributaria, más allá de ciertas particularidades. Tengamos en cuenta que los cambios en las sociedades se hacen con impuestos o con revoluciones y creo que este es un momento para los impuestos y no solo dentro de un marco de progresividad, sino de solidaridad también.

S.: Hablando de otros temas, en noviembre se cumplen seis años del acuerdo de paz. ¿Qué balance hace de este pacto?

H.D.L.C.: Creo que el gobierno anterior cumplió parcialmente algunos de los puntos. En ciertos casos de manera tímida como, por ejemplo, en la reforma rural integral. En otros con muy pocos resultados como, por ejemplo, el punto dos, que es el de la reforma política, que prácticamente desapareció durante el cuatrienio anterior. Lo triste es que además el actual proyecto del Gobierno sobre reforma política es igualmente tímido. Me parece que allí está haciendo falta algo, porque no se trata solo de los PDET, de ir a las zonas de conflicto, sino de generar una forma de gobierno más participativa. Esa todavía sigue siendo una asignatura pendiente.

S.: ¿Qué le reconoce al expresidente Iván Duque en el tema del acuerdo de paz?

H.D.L.C.: Que de alguna manera contribuyó, particularmente con lo que tiene que ver con la reincorporación de los excombatientes. Creo que es el momento de retomar el hilo de la implementación del acuerdo de La Habana. La paz total arranca por la implementación del acuerdo de paz con las Farc. El primer eslabón de la paz total tiene que ser el cumplimiento de los acordado y ahí hay un momento de transición en el Gobierno y todavía no tenemos suficientes claridades. Confío en que Petro cumpla con su compromiso de acelerar el desarrollo del acuerdo a fondo.

S.: Ha generado indignación en varios sectores que un disidente señalado de relaciones con el narcotráfico como Iván Márquez tenga la posibilidad de negociar nuevamente con el Estado. ¿Qué opina de esto?

H.D.L.C.: Creo que esto tiene miradas. Una es el mensaje a la sociedad, que me parece que es muy malo. A una sociedad truculenta que, como decía Antanas Mockus, siempre está buscando el atajo, enviarle el mensaje que el que incumplió y traicionó su firma, su grupo, su palabra nuevamente se siente en una mesa, me parece que es equivocado y fomenta el ánimo de truculencia de muchos colombianos. Creo que si hay una salida para Márquez, debe ser por la vía del sometimiento a la justicia dentro de los linderos de la justicia ordinaria. El Gobierno ha dicho que no va a negociar. Habrá que ver entonces de qué van a hablar y qué garantías dará la ‘segunda Marquetalia” de que esta vez sí van a cumplir, pero en serio.

S.: Para usted, ¿habría necesidad de hacer otra norma jurídica diferente para casos como el de Iván Márquez?

H.D.L.C.: Siempre he distinguido entre el caso de los que traicionaron el acuerdo, que me parece que categóricamente es inconveniente, y el caso de las llamadas disidencias que nunca firmaron, porque desde el punto de vista legal y ético es una situación diferente y entiendo que el Gobierno pretenda establecer conversaciones con esos disidentes, pero la llamada ‘segunda Marquetalia’ no debería tener esa oportunidad. Ahora, cuando sepamos en concreto cómo va a ser la conversación con Márquez y la ‘segunda Marquetalia’ podremos juzgar si es cierto que no va haber una renegociación, como dice el Gobierno.