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Carlos Lehder, sus 10 impactantes revelaciones en SEMANA: “Pablo Escobar se convirtió en un monstruo y causó un desastre imperdonable”

En entrevista exclusiva, el antiguo capo del cartel de Medellín cuenta detalles de su regreso a la libertad, reflexiona sobre la mafia, pide perdón a las víctimas y cuenta detalles inéditos de su vida al lado del patrón del mal. “Cuando Pablo se enfurecía, mordía”, dice.

6 de abril de 2025, 10:58 a. m.
Carlos Lehder Pablo Escobar portada Semana ed 2230
Carlos Lehder y Pablo Escobar, portada Semana ed 2230. | Foto: SEMANA

El regreso de Carlos Lehder sorprendió a Colombia. Desde que recuperó su libertad, en el año 2020, tras haber estado preso 33 años en cárceles de máxima seguridad en los Estados Unidos, el antiguo capo había vivido en Alemania y apenas se había conocido de él por varias entrevistas que hizo a propósito del lanzamiento de su libro. Pero su captura al entrar al país puso de nuevo los reflectores en el hombre que en los años 80 había sido uno de los narcotraficantes más temidos, pero también más excéntricos del triste capítulo de la mafia colombiana.

Vea la entrevista con Carlos Lehder:

Las revelaciones de Carlos Lehder en SEMANA

Lehder habló en SEMANA con el periodista Francisco Argüello . En una conversación de más de una hora, el excapo narró todo lo que vivió en prisión, de su condena a cadena perpetua y de su visión de la muerte. Lehder también recordó su tiempo en el Cartel de Medellín, habló de los crímenes que cometieron y de Pablo Escobar.

Estas fueron sus revelaciones más impactantes.

1. “Hace muchísimos años que no veo a mi familia”

El exnarcotraficante contó las razones que lo trajeron de vuelta a Colombia. “Estuve hace un mes paseando por la costa de España y llegué a ciertas conclusiones. Viendo allí a la comunidad hispana, sus comidas, me acordé de nuestra Colombia maravillosa. Escribí el libro Vida y muerte del cartel de Medellín, editado en este país en 2024. Entonces voy a asistir a la Feria del Libro de Bogotá, en abril, para presentarlo. Igualmente, hace muchísimos años que no veo a mi familia. Tengo un tío que acaba de cumplir 94 años y quiero preguntarle qué come para ponerme a hacer la misma dieta, porque él está perfecto”, dijo.

El periodista Francisco Argüello se encontró con Carlos Lehder en un edificio ubicado en el norte de Bogotá. A la derecha, la reconocida abogada Sondra Macollins, defensora de Carlos Lehder.
El periodista Francisco Argüello se encontró con Carlos Lehder en un edificio ubicado en el norte de Bogotá. | Foto: ESTEBAN VEGA LA_ROTTA-SEMANA

Lehder se considera un sobreviviente no solo de la cárcel, sino también de la enfermedad. “Hace ocho años tuve cáncer de próstata y, afortunadamente, solo con una dieta muy especial durante dos años, se murieron de hambre las células cancerígenas. Estaba preso cuando me ocurrió eso. No tuve que ir a quimioterapia ni a radioterapia. Fuera de eso, tengo bastante alta la presión, pero creo que aquí se me va a nivelar. Tuve fe, tengo una hija médica y ella me aconsejó. La radiación tiene sus beneficios y sus contras, unas consecuencias grandes. Vencí el cáncer, pero las rodillas sí me están doliendo un poco. Pero bueno, estando en Colombia, con la terapia de retornar, las comidas, la compañía, los amigos, la familia, eso dará una inmensa tranquilidad”, agregó.

2. “Logré sobrevivir esos 33 años, día a día”

Su tiempo en la cárcel, lo cuenta con dolor. Por ser un excapo de la droga, Lehder estuvo bajo las más estrictas condiciones de reclusión. “Me trasladaron a varias prisiones, cada cinco años me movían de cárcel. En algunas tuve un poco de acceso al aire libre, pero en otras no. Logré sobrevivir esos 33 años, día a día, en cada prisión. Inicialmente, había recibido una sentencia de cadena perpetua de más 135 años. Después, la rebajamos”.

Carlos Lehder
"La cárcel no es un jardín de rosas. Por eso escribí el libro. Mi deseo es que un mínimo de colombianos cometan el error que yo cometí y no vayan a parar la mitad de su vida en una prisión". | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA-SEMANA

“La cárcel no es un jardín de rosas. Por eso escribí el libro. Mi deseo es que un mínimo de colombianos no cometan el error que yo cometí y no vayan a parar la mitad de su vida en una prisión. Le cuento, hubo momentos duros: el más duro para un colombiano es cuando lo montan en un avión y lo despachan para otro país. Es el primer hecho traumático, quedar desamparado. Y la familia queda huérfana en Colombia. Yo tengo cinco hijos, el menor tenía un año cuando me extraditaron. A mí me arrestaron en Colombia a las siete de la mañana y el Gobierno ordenó mi extradición de inmediato. A las diez de esa misma noche llegué a Estados Unidos. Todo ocurrió el mismo día”, recordó.

3. “Pensé que era la última estación del tren de mi vida”

Recordar su condena a prisión perpetua le saca todavía lágrimas. “Pensé que era la última estación del tren de mi vida, pero mi Diosito tenía otros planes. Pensé que moriría en una prisión de máxima seguridad en Estados Unidos, lejos de mi familia, mis amigos, mi país. No fue fácil, eso sí lo puedo decir. Me costó bastante disciplina, casi que me convertí en mi propio psicólogo. El ejercicio beneficia mucho en la prisión. Soy muy aficionado a la lectura y a los ejercicios mentales: concentración en muchos aspectos para no deprimirme, porque la depresión es un gravísimo factor en el encierro”.

Carlos Lehder
"Cometí el error de escoger la profesión equivocada: ser traficante de cocaína", Carlos Lehder. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA-SEMANA

Sobre el sistema penitenciario norteamericano, Lehder también lanza sus apreciaciones y su testimonio. “Ese país tiene un sistema muy bien organizado y coordinado, y clasifica a la persona según su nivel de peligrosidad. Desde el momento en que llegué, como colombiano, y miembro del cartel de Medellín, inmediatamente, antes del juicio, me pusieron en una penitenciaría de máxima seguridad, encerrado las 24 horas del día para siempre. Ese fue el tratamiento que me dieron durante cuatro años. El guardián pasaba los viernes con su séquito de ayudantes y me gritaba: “Oiga, Lehder, no se preocupe por esa celda tan chiquita. Ya estamos construyendo la Penitenciaría de Marion, donde las celdas son el doble de grandes, pero cuatro pisos bajo tierra. Yo quedaba más preocupado. No me permitían visitas”.

Lehder cuenta que logró salir libre por su testimonio en el juicio del dictador Noriega. “Lo logré porque el Gobierno de Estados Unidos, en 1989, invadió a Panamá y arrestó al dictador Manuel Antonio Noriega. Él tenía un pliego de cargos criminales de conspiración junto con el cartel de Medellín por tráfico de cocaína. El Gobierno americano me propuso que me rehabilitara y que testificara en el juicio contra el general Noriega y, a cambio, me daban inmunidad total. Tenía que confesar y me darían mi libertad. Entonces firmé acuerdos con el Gobierno gringo y testifiqué durante cinco días en contra de Noriega. El Gobierno, a discreción de ellos, me rebajó la condena a 55 años, de los cuales tuve que pagar 33 físicamente. Eso fue lo que me dio mi libertad”.

4. “A los guerrilleros que les guste el comunismo, empaquen su morral y vayan a vivir a Cuba a ver cómo les va”

Lehder asegura que “en Colombia no existe ninguna razón válida para que existan guerrillas” y les manda un fuerte mensaje a los grupos alzados en armas. “Traficar con cocaína es un mal negocio. Puede ser un negocio lucrativo transitoriamente, pero las autoridades están tan tecnificadas, está la cibernética, los medios aéreos y demás, que más temprano que tarde los van a arrestar o a matar. Pueden tener toda la plata del mundo, pero uno muerto, de qué sirve. Cometí el error de escoger la profesión equivocada: ser traficante de cocaína. En Colombia no voy a participar en ningún hecho político ni a promover políticas ni a inmiscuirme en este tema, pero en este país no existe ninguna razón válida para que existan guerrillas. Yo les diría a los guerrilleros que a los que les guste el comunismo, pues empaquen su morral y se vayan a vivir a Cuba a ver cómo les va”.

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Portada de la revista SEMANA del sábado 5 de abril de 2025. | Foto: Montaje Semana

5. “Ni siquiera sabía que a Pablo Escobar lo iba a matar”

Lehder habló del asesinato del ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla. “Me pareció un error gravísimo porque teníamos conocimiento de que el presidente Belisario Betancur, en seis meses, lo iba a remover de ministro y lo iba a enviar de embajador a España. Eso lo contó la gente del cartel de Medellín”, dijo.

Y narró cómo vivió él ese momento de la historia del país: “Yo estaba clandestino cuando mataron al exministro, andaba en los Llanos porque él ya había ordenado mi arresto para mi extradición. Cuando estaba cenando en la hacienda, llegaron los cocineros a nuestra mesa. ‘¡Don Carlos, don Carlos!‘, me dijeron. Y me informaron: ‘Mataron al ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla’. Quedé sorprendido. Así me enteré de esa muerte. Ese asesinato fue un absurdo porque teníamos muy buena información que apuntaba a que él sería removido de su cargo. Lo dije en mi libro y se lo reitero a SEMANA: no tuvimos absolutamente nada que ver en esa muerte. Me refiero a mí, a Jorge Ochoa y a Alonso Cárdenas (cuñado de Ochoa), quien tampoco sabía. Fue una cuestión estrictamente de Pablo Escobar y de su combo de pistoleros. Él fue el autor de ese asesinato. Años después, aparentemente, él confesó eso, pero yo no tengo absolutamente nada que ver con la muerte del doctor Lara Bonilla”.

Rodrigo Lara Bonilla observa a Pablo Escobar por televisión en 1983. Crédito Lope Medina.

6. “Él se convirtió en un monstruo, en un terrorista”

Lehder cuenta que tuvo un momento de choque por cuenta del asesinato de Rodrigo Lara Bonilla. “Le reclamé porque dos días después de que los pistoleros de Pablo Escobar cometieron ese asesinato, el presidente Belisario Betancur firmó mi extradición a Estados Unidos. Pablo me ofreció excusas”, narró.

Pablo no era alguien al que uno le fuera, simplemente, a reclamar algo. Él se convirtió en un monstruo, en un terrorista, y causó un desastre imperdonable en Colombia contra el Gobierno. Pablo no le tenía miedo absolutamente a nadie, excepto a ser extraditado. Yo, discretamente, le pregunté: ¿por qué no me avisó? Y él me dijo: ‘No, lo lamento mucho, fue un arrebato que yo tuve’. Él, según contó, llamó a su gente, al Chopo, a la Yuca, a varios, y les prometió una casa a cada uno si iban hasta Bogotá y mataban al ministro Lara Bonilla. Ese asesinato fue muy distinto a los crímenes políticos en otras partes del mundo, donde son sofisticados y se utilizan francotiradores que no pueden ser detectados. Al ministro lo asesinaron como si fuera un ciudadano común y corriente. Y el señor Lara Bonilla no estaba protegido. No llevaba ni siquiera un carro blindado y eso facilitó su muerte. Pablo me dijo que él había mandado a esa gente a matar al ministro porque lo tenía muy enfurecido, y cuando él se enfurecía, mordía”, agregó.

Pablo Escobar junto a Carlos Lehder.
"Pablo me dijo que él había mandado a esa gente a matar al ministro porque lo tenía muy enfurecido, y cuando él se enfurecía, mordía”, relató Lehder. | Foto: Colprensa

Y también confesó que, aunque no tuvo que ver con el asesinato, en su momento sí le dio alivio. “Cuando me entrevisté con Pablo en Managua, lo felicité por haber matado al ministro que nos perseguía. Cometí ese error, en ese momento éramos muy perseguidos por Lara Bonilla. Simbólica y jurídicamente se había convertido en nuestro enemigo, y cuando testifiqué en la Corte Federal en Miami, hablé acerca de esos mismos hechos. Le conté al juez americano que había felicitado a Pablo Escobar cuando ocurrió esa muerte. Hoy, en retrospectiva, me arrepiento. Fue un pronunciamiento lamentable de mi parte. No tengo absolutamente nada que ver no solo con la muerte de Rodrigo Lara Bonilla, sino con la de otros candidatos presidenciales que mataron años más tarde. Todo indica que Pablo cometió esos asesinatos”.

7. “Una multitud de circunstancias “enloquecieron” ... le sacaron la piedra a esta fiera que era Pablo Escobar”

El excapo cuenta que Pablo Escobar no mató políticos hasta que comenzó a rodar el fantasma de la extradición en Colombia: “Pablo Escobar, tan asesino como era, tan violento, tan valiente como era, tan atrevido, tan peligroso, nunca atacó al Gobierno de Colombia y nunca asesinó a un político hasta que el señor Rodrigo Lara Bonilla comenzó a perseguirlo para extraditarlo. Una multitud de circunstancias ‘enloquecieron’, lo digo entre comillas, le sacaron la piedra a esta fiera que era Pablo Escobar, y lo mandó a matar. Es una realidad triste, lamentable, pero ocurrió”, dijo.

   La guerra contra Pablo Escobar no fue de un ejército contra otro, sino la de todo un país contra una guerrilla de sicarios dispuestos a suicidarse para cumplir las órdenes del capo.
“Pablo Escobar, tan asesino como era, tan violento, tan valiente como era, tan atrevido, tan peligroso, nunca atacó al Gobierno de Colombia y nunca asesinó a un político hasta que el señor Rodrigo Lara Bonilla comenzó a perseguirlo para extraditarlo". | Foto: Cortesía

Y aclaró que, aunque fue parte del cartel, nunca estuvo en él las decisiones sobre atacar a las autoridades del país. Su trabajo era otro: “Era un especialista en transportar toneladas de cocaína desde Colombia hacia Estados Unidos para el cartel. Era mi misión, mi pasión, mi error. Y yo era, generalmente, exitoso en llevar la cocaína por mar y aire hacia Estados Unidos. No tuve nada que ver con la violencia, no he matado absolutamente a nadie, no he atacado al Gobierno de forma violenta. Nunca”, aseguró.

8. “Nada que ver con la toma al Palacio de Justicia”

Sobre uno de los episodios más traumáticos del país, la violenta toma del Palacio de Justicia en 1985, Lehder cuenta su verdad. Y, según su testimonio, la mafia no tuvo que ver con ese hecho: “Me quedé estupefacto cuando supe eso. Me enteré en libertad de que la Comisión de la Verdad (creada por la Corte Suprema para dilucidar los hechos de la toma y que presentó su informe en 2009) dice que Pablo Escobar pagó 5 millones de dólares a la guerrilla del M-19 para que hiciera la toma. Yo me quedé frío. Me pongo a ver quién dice eso y es John Jairo Velásquez, alias Popeye. Yo lo conocí cuando era el chofer de Pablo. No podía cargar una pistola. Después lo vi iniciar como pistolero. Popeye era un payasito, un charlatán, un cuentacuentos. ¿Cómo es posible que lo lleven a una comisión tan importante, donde hay funcionarios o magistrados, gente muy calificada, y ponen a este señor sin corroborar? El cartel de Medellín no tenía absolutamente ningún negocio con el M-19. Pablo, cuando rescató a la señorita Marta Nieves Ochoa en la confrontación con el M-19, logró una tregua de no agresión entre el M-19 y el cartel de Medellín, y consistía en que si ellos no secuestraban a narcos, nosotros no atacábamos al M-19″, dijo.

    Por la toma del Palacio de Justicia, ejecutada el 6 de noviembre de 1985 por el M-19, no hubo un solo condenado de la guerrilla; poco tiempo después de los hechos fueron amnistiados. Por el contrario, militares que participaron en la retoma han sido perseguidos judicialmente. El coronel (r) Alfonso Plazas Vega estuvo más de ocho años en la cárcel y ahora reclama una indemnización.
" Me enteré en libertad de que la Comisión de la Verdad (creada por la Corte Suprema para dilucidar los hechos de la toma y que presentó su informe en 2009) dice que Pablo Escobar pagó 5 millones de dólares a la guerrilla del M-19 para que hiciera la toma. Yo me quedé frío" | Foto: Cortesia

“Además, tal como lo digo en el libro, la toma al Palacio de Justicia no requiere dinero porque los guerrilleros no cobran ni son mercenarios. Estuve viendo lo que falsamente testificó Popeye ante la Comisión de la Verdad, dijo que Marino Ospina recibió 5 millones de dólares y Ospina fue muerto en un combate con el Ejército cuatro meses antes de que ellos se tomaran el Palacio de Justicia”, agregó.

9. “La libertad es el tesoro más grande que hay”

El excapo contó que perdió toda su fortuna. “Tuve una isla en las Bahamas, la compré y cuando me extraditaron, el Gobierno de Bahamas la confiscó y la vendió en 41 millones de dólares. Todas las propiedades y las de mi familia en Armenia, sin existir leyes de confiscación en la época, fueron congeladas por el Gobierno. Y diez años después, cuando salieron las leyes de confiscación, las confiscó... Absolutamente todo se perdió. Por eso vuelvo y lo demuestro, quiero que vean esta experiencia mía, este sufrimiento que padecí; quiero expresarle a la juventud que involucrarse en el narcotráfico es un pésimo negocio”, agregó.

Carlos Lehder
"Tuve una isla en las Bahamas, la compré y cuando me extraditaron, el Gobierno de Bahamas la confiscó y la vendió en 41 millones de dólares. Todas las propiedades y las de mi familia en Armenia, sin existir leyes de confiscación en la época, fueron congeladas por el Gobierno". (Photo by Eric VANDEVILLE/Gamma-Rapho via Getty Images) | Foto: Gamma-Rapho via Getty Images

Y concluyó: “El narcotráfico es un mal negocio. Estás arriesgando la vida porque, ante cualquier malentendido, te matan. Hoy la Policía, las autoridades, todo está muy avanzado y unido con la DEA y demás. No hay forma de contrarrestar ese crecimiento y avance tecnológico de la inteligencia de la Policía”.

10. “Me dio incomodidad, susto”

Lehder narró los detalles de su proceso judicial en Colombia, por el que fue capturado, y luego liberado: “Antes de viajar a Bogotá, estando en Alemania, conseguí, mediante los abogados, un certificado en el que constaba que no tenía ningún cargo judicial pendiente en Colombia y ninguna vinculación con delito alguno. Ya tenía ese documento. Visité el consulado de Colombia en Fráncfort, un lujo de lugar, allí obtuve mi pasaporte y mi cédula que recibí recientemente. Consulté si tenía algo pendiente en Colombia y me dijeron que no. Entendí que tenía como una alarma, pero no un caso porque el que figura allí ocurrió en 1985 y era por unas armas y una cocaína. Bajo todas las luces jurídicas había expirado. Cuando llegué a Bogotá, lo que se encontró fue esa alarma y por eso me detuvieron”.

En el momento de su detención, Lehder tuvo miedo. “Me dio incomodidad, susto. Estaba bien informado sobre mi situación jurídica, pero no sabía de la magnífica tecnificación cibernética que tienen ahora la Fiscalía, la Policía y el Ministerio de Justicia, todo fue muy rápido. Mi abogada, Sondra Macollins, presentó un recurso de habeas corpus y el lunes la jueza resolvió”, aseguró.

Pero luego, la justicia rectificó que sobre él no pesa ninguna investigación, ni proceso. “Absolutamente ninguno. La jueza, muy expeditamente, me dejó en libertad el lunes pasado a las diez de la mañana. Ella consideró que esa sentencia ya se había vencido”.