ENTREVISTA

Bruce Mac Master lanza una advertencia sobre lo que ocurre en el Congreso: “La reforma laboral y la consulta popular se utilizaron para generar zozobra”

Bruce Mac Master, presidente de la Andi, aseguró que la plenaria del Senado debe corregir las “distorsiones” del articulado en el último debate para que el proyecto no genere desempleo.

Juliana Gil Gutiérrez

Juliana Gil Gutiérrez

Periodista Semana

31 de mayo de 2025, 5:29 a. m.
| Foto: juan carlos sierra-semana

SEMANA: ¿Qué cambios sustanciales ve en lo que se aprobó en tercer debate en relación con la reforma laboral que había presentado el Gobierno? ¿Se concertó algo?

Bruce Mac Master: La mejor noticia es que el debate sí se está dando en el Congreso, que es el sitio donde se tiene que dar, donde los empleadores tuvimos la oportunidad de expresarnos. Este debate arrancó con una oferta que implica un esfuerzo inmenso para los empresarios sobre la jornada nocturna, dominicales y festivos, en la que había una conversación sobre un régimen de excepciones para las empresas pequeñas y medianas porque, si no las protegemos, hay riesgo de desempleo e informalidad.

SEMANA: Ese acuerdo no se cumplió. Las proposiciones que llegaron al final del debate eliminaron los puntos que se habían concertado sobre las horas nocturnas y las pymes...

B.M.: Fue una sorpresa que el Gobierno lo hiciera, sabiendo que ahí es donde se genera mayor empleo y que esa medida era la que mitigaba el mayor riesgo de desempleo e informalidad. La única explicación que encontramos es que con eso el Gobierno lograba bombardear la reforma y meterse en la conversación sobre la consulta popular. Algunos senadores, que aparentemente se habían mostrado muy conciliadores, decidieron acompañar al Gobierno en esa decisión y creo que ahí se cometió un error inmenso porque sí se está poniendo en problemas a una gran cantidad de sectores que luchan para pagar sus nóminas y ser formales.

SEMANA: Está hablando de Angélica Lozano, quien decide acompañar al Gobierno con ambas proposiciones. ¿Quién más?

B.M.: Sobre todo ella. Nosotros habíamos visto que el senador John Jairo Roldán veía con buenos ojos hacer estas excepciones, también el senador Paulino Riascos. De los tres hubiéramos pensado que habría suficiente racionalidad. Hoy celebran haber pasado la reforma laboral, pero esas proposiciones son las que materializan el riesgo al cual todos le teníamos miedo: el desempleo. Así como hoy se les dice a los trabajadores que se les defendió, más adelante se les debe decir que por culpa de esta decisión es que pueden perder sus empleos. Ojalá la plenaria del Senado corrija esa distorsión que tiene con inmensa angustia a una gran cantidad de sectores.

SEMANA: ¿Eso quiere decir que con la reforma, tal cual está en este momento, aún persiste el riesgo de que se pierdan empleos?

B.M.: Claro. Esa medida había sido mitigada para cambiar la jornada, andar el camino del mayor reconocimiento de los dominicales y festivos, pero, al tiempo, evitar el riesgo de desempleo. Ahora, se debe destacar que logramos el consenso como empresarios de hacerle esta apuesta a Colombia en este momento de la historia. Nosotros estuvimos pidiendo concertación desde 2023 y nos pusieron un conejo gigantesco en la primera de las reformas. Al ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, le ofrecimos que antes del debate de la Comisión Séptima nos sentáramos a concertar el texto y la razón que nos mandó fue que el presidente (Petro) no estaba interesado en concertarla.

Antes del 20 de junio, la plenaria deberá tramitar la reforma laboral en su último debate. Seguramente el texto tendrá que ser conciliado con la Cámara de Representantes.
Antes del 20 de junio, la plenaria deberá tramitar la reforma laboral en su último debate. Seguramente el texto tendrá que ser conciliado con la Cámara de Representantes. | Foto: guillermo torres-semana

SEMANA: La entonces ministra Gloria Inés Ramírez tampoco los escuchó.

B.M.: Nosotros no entendíamos cómo era posible que el Gobierno, con el ministro Sanguino, no estuviera interesado en concertar. Pero luego lo entendimos: ellos tenían un plan B, que era sacar su consulta adelante, que para ellos resultaba más importante que la concertación y que todas las medidas que se pudieran tomar a favor de los trabajadores. El país ya se ha dado cuenta de que al final no era que estuvieran interesados en ello, sino que estaban mucho más interesados en montar una campaña política alrededor de este tema.

SEMANA: Después de que el presidente Petro presionó con la consulta popular, se dio el diálogo. ¿Hay un temor de que el país se incendie con la consulta y las manifestaciones, y por esa presión social en la calle es que se da la reforma?

B.M.: Para nosotros el orden de los factores sí importa. Pedimos la concertación, y luego de que se genera la apelación, señalamos que debe reactivarse el diálogo. La reforma y la consulta popular estaban siendo utilizadas para generar un ambiente de zozobra y enfrentamientos sociales que no son buenos para Colombia. Si hay un escenario natural alrededor del que se pueden dar las conversaciones y evitar el enfrentamiento social que el Gobierno quería generar, nos encontramos con que el único camino era insistir en la concertación. La consulta popular no deja de ser un instrumento ineficiente para tomar decisiones, aunque probablemente sea eficiente para algunos políticos con el fin de hacer campaña. No le tenemos temor a la protesta social, sino a que se instrumentalice, como ya sucedió en el pasado, para generar violencia y favorecer a grupos políticos. Están queriendo aumentar su cuota de poder para mantener otro Gobierno de la misma línea y aumentar su participación en el Congreso, así que no deja de ser una manipulación muy fuerte diciendo una mentira de que con eso se van a solucionar las cosas, cuando las soluciones están en el cambio de las leyes.

SEMANA: ¿Ante esa manipulación hay un miedo en el sector privado de que el país se incendie y, entonces, se da el diálogo para evitar una crisis como la de 2021?

B.M.: No es un miedo del empresariado. A Colombia no le conviene el enfrentamiento social en las calles, que no conduce a nada y que, en cambio, sí destruye mucho. Entiendo perfectamente cuando un grupo hace una manifestación para pedir que el Gobierno tome unas decisiones; por ejemplo, yo saldría a protestar por la forma como el Gobierno está manejando el sector salud. El tema es cuando se manipula e instrumentaliza para intentar generar violencia, que termina entregando créditos a algunos grupos políticos. Eso es injusto y malintencionado.

 Los gremios critican al Ministerio del Trabajo, en cabeza de Gloria Inés Ramírez, por la falta de vigilancia de la situación.
Mac Master asegura que la ministra Gloria Inés Ramírez tampoco escuchó sus peticiones. | Foto: guillermo torres-semana

SEMANA: Mencionó que hay distorsiones que espera que el Senado ajuste en la discusión. ¿Cuáles?

B.M.: Hay que permitir un régimen especial para el pago de horas extras en las pymes.

SEMANA: Si eso no ocurre, ¿puede que haya empresas que sean inviables por la incapacidad de pagar dichas horas extras, recargos festivos y dominicales?

B.M.: Claro. A eso hay que sumarle lo que está pasando con el nuevo decreto que sacó el Ministerio de Hacienda para las retenciones en la fuente, y que seguro tiene muchos vicios de ilegalidad.

SEMANA: Usted ha hablado de una persecución del Gobierno contra el sector privado. ¿Por qué lo considera así?

B.M.: El Gobierno –especialmente el presidente, porque nos encontramos con algunos ministros mucho más razonables que el presidente– se ha dedicado a tratar de enfrentar a la población contra el sector productivo, lo que puede darle réditos a él, pero olvida cuál es el papel del sector productivo en la sociedad. Segundo, se ha dedicado a tomar una gran cantidad de medidas en contra de una gran cantidad de sectores como infraestructura, energía y servicios públicos, salud, minero, petrolero y gas natural. Cada vez genera condiciones más complejas de operación. El presidente cree que un país puede vivir solo a costa del Estado, pero los colombianos tienen que vivir de trabajar, de generar, de producir y no hay ningún reconocimiento de su parte de la función social que cumple el sector productivo en Colombia.

SEMANA: Ustedes han pedido que la reforma sea progresiva en puntos como el recargo nocturno y los dominicales. ¿Qué podría pasar si no se cede en estos puntos?

B.M.: Están haciéndole la vida más difícil a cualquier colombiano que quiera producir, montar un negocio o generar empleo. La principal razón por la que pedimos la gradualidad es porque en este momento estamos viviendo la implementación de la ley que redujo la jornada laboral semanal. Entonces, queremos que no se crucen las dos medidas para darles espacio a las empresas a que sean más resilientes ante las medidas que las afectan.

SEMANA: Mencionó que algunos ministros son más sensatos que el presidente Petro. ¿Lo que el Gobierno está haciendo sí es sensato para la Colombia del futuro o es solo pensando en las elecciones de 2026?

B.M.: Hay un sesgo electoral y populista en el que muchas de las medidas que se están tomando tienen que ver con este tema. No hay que ser un genio, por ejemplo, para saber que a Colombia le conviene producir su gas; sin embargo, el Gobierno ha querido ganarse la indulgencia con un grupo de personas que no saben lo que significa tener que importar el gas desde otros países. Eso también sucede cuando el Gobierno les pone el palo en la rueda a las grandes obras, como el metro. Tenemos que ser mucho más conscientes de que todas las decisiones que se toman hoy en día tendremos que pagarlas los colombianos en un futuro.