Política
Así narró Miguel Uribe Turbay el dolor de perder a su mamá. “Me pregunto qué sentiría cuando la secuestraron y no me volvió a ver”
“Yo tenía mucha rabia con mi mamá y con Dios porque siempre me decían que él se la llevó. Y tenía rabia con ella por haberse ido a esa entrevista. Solo un tiempo después logré superarlo”, contó en una charla con SEMANA en 2019.

Miguel Uribe Turbay lucha por su vida en una Unidad de Cuidados Intensivos de la Fundación Santa Fe. Los mejores especialistas del país están trabajando por sanar las heridas del violento atentado del que fue víctima este sábado, cuando un joven de apenas 14 años le disparó por la espalda.
Los hechos de violencia contra el precandidato recuerdan la estela de violencia que ha sufrido la familia Uribe Turbay. Su mamá, Diana Turbay, fue secuestrada y luego asesinada por los Extraditables.
Miguel ha contado en muchas entrevistas cómo, tras un largo proceso, perdonó a los verdugos de su familia.
“Es muy difícil vivir sin mamá, es muy difícil crecer sin mamá. Lo triste también es que en Colombia muchos crecemos sin papá o sin mamá. Es una herida que no se va a poder curar y por lo menos pienso, siempre, que a mi hijo no le falta nada de lo que a mí faltó. Es una forma de reparar. Nunca le va a faltar lo que a mí me faltó”, dijo en una entrevista hace unos años.
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“Me pregunto qué sentiría mi mamá cuando la secuestraron y no me volvió a ver”, dijo en esa entrevista.
SEMANA habló con Uribe Turbay sobre esa sensación de vacío con la que creció y el perdón que logró construir a lo largo de los años. Esta es la entrevista, publicada en 2019.
SEMANA: Usted era muy pequeño cuando su mamá fue asesinada. ¿Qué recuerda de ese terrible suceso?
Miguel Uribe Turbay (M. U. T.): Sí, yo apenas tenía cuatro años y medio cuando mi mamá, Diana Turbay, fue secuestrada. Seis meses más tarde fue asesinada. Mi mamá Diana Turbay era periodista y había participado en los procesos de desmovilización del M-19. Y como periodista, buscaba restaurar la confianza entre los guerrilleros y el Estado para poder garantizar que hubiera un puente de comunicación y así llegar a la paz en Colombia. La invitaron a una supuesta entrevista con el cura Pérez y desafortunadamente esa entrevista no era real.
SEMANA: ¿Cómo fue su infancia?
M. U. T.: Viví una infancia normal, entre comillas, siempre con una herida que no se puede curar ni sanar rápidamente. Mi papá fue mamá y papá. Y más tarde, cuando llegó su nueva pareja, ella también estuvo para mí. Mis abuelos también estuvieron. Pero yo tenía mucha rabia con mi mamá y con Dios porque siempre me decían que él se la llevó. Y tenía rabia con ella por haberse ido a esa entrevista. Solo un tiempo después logré superarlo.

SEMANA: Ha dicho que hace poco se encontró en campaña con una de sus profesoras y ella le dijo algo impactante…
M. U. T.: Estaba recogiendo firmas en la candidatura y me encontré con una profesora y me dice: “Siempre me voy a acordar de ti porque el día que te conocí yo los puse a presentarse y tú dijiste, ‘Soy Miguel Uribe y no tengo mamá‘. Y el niño que seguía te dijo, ‘No te preocupes, Miguel, que yo te presto mi mamá‘”. Y ahí arranca una vida que ningún bogotano ni ningún colombiano debería tener.
SEMANA: Usted dice que de pequeño tenía rabia con su mamá, con Dios y, por supuesto, con las personas que la secuestraron y luego la asesinaron. ¿Cómo logró perdonar?
M. U. T.: Uno ve que es mucho más fácil hablar de perdón que aplicarlo. Nosotros en nuestra familia perdonamos lo imperdonable y hoy puedo decir con total tranquilidad que he perdonado por completo a quienes asesinaron a mi mamá porque entendí que el resentimiento y el odio solo le hace daño a quien lo siente.
SEMANA: ¿Qué cree que fue definitivo para que usted pudiera perdonar?
M. U. T.: Entender varias cosas: una de ellas que mi mamá se fue a buscar esa entrevista porque quería la paz. Ella pensaba que si podía persuadir a ese cura, que era muy influyente con el M-19, quizá se lograría la paz. También que eso que hacía por el país lo hacía porque quería un mejor futuro. Entendí que Dios permitió que eso pasara, y que también nos dio la fuerza para soportarlo. Y también me sirvió mucho ver el perdón de mi abuela. Que una mamá pudiera perdonar que le asesinaran a su hija me pareció el mejor ejemplo de perdón.
SEMANA: Muchos lo describen como un hombre muy familiar. Cuéntenos un poco de su historia con María Claudia.
M. U. T.: Hace seis años (esta entrevista fue publicada en 2019) conocí a mi esposa, a María Claudia. Ella en ese tiempo trabajaba en cooperación internacional, buscaba recursos para fundaciones. Y nos dimos cuenta de que teníamos muchas afinidades y nos hicimos grandes amigos al principio porque ella era separada y con tres hijas. Pero con el tiempo nos enamoramos, empezamos a salir y después de tres años nos casamos. Ha sido maravilloso porque con ella no solo llegó una gran mujer a mi vida, sino tres más, espectaculares. Mi esposa es mi confidente, es mi mejor amiga y tenemos muchos planes juntos. Espero que pronto la familia siga creciendo y que podamos tener más hijos.
