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¡No tengas sexo frente a tu mascota!

Si no quieres que esa noche de pasión se convierta en una de las situaciones más incómodas de tu vida, te aconsejamos separar cuartos, al menos por un rato.

24 de febrero de 2017
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Tenemos que admitirlo, en algún momento nos ha pasado que en medio del calor del ambiente, llega el momento de pasar a segunda base con la persona con la que estamos saliendo. Del trago a los besos y de ahí a las caricias sexuales nada lo puede parar, excepto la mirada de tu mascota.

Tienes dos opciones: o sigues como si nada o tomas cartas sobre el asunto y lo sacas de la habitación. Eso sí depende de cada quien y de la comodidad de las dos personas; aunque a decir verdad, si a uno no le molesta pero al otro sí y no dice nada, ese momento ya perdió toda su magia.

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El acto sexual se puede dañar porque o tú o tu pareja no se sienten cómodo mientras que tu perro o tu gato observan fijamente. Además, porque en muchas ocasiones es justo ahí cuando tu mascota se muestra más curiosa y su mirada se siente prejuiciosa.

Inmediatamente, pierdes la concentración en disfrutar lo que está pasando o a punto de pasar  y pasas a cuestionarte: “¿Qué estará pensando?”, “¿Por qué no deja de mirarnos?”, ¿Entenderá que estoy teniendo sexo? Y eso en el mejor de los casos, en el que tu mascota es solo voyerista, porque y qué hacer cuando se pone de curioso.

Antes que nada, debes analizar también la situación para él, si por ejemplo el perro duerme contigo todas las noches y justo de la nada llega alguien a adueñarse de ese espacio y aparte de todo a estar con su dueña. Es decir, por un lado es entendible que tu perro te juzgue ¿o no?

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A la pregunta que probablemente te hacías de si eran conscientes del acto, la respuesta es sí,  o acaso olvidas sus súper sentidos y que cuando tenemos relaciones sexuales hay un intercambio de fluidos, pero sobre todo las hormonas están literalmente a “flor de piel” y esto es instintivamente atrayente para ellos.

De hecho, hace unos días en 4 patas hicimos un artículo sobre el curioso comportamiento en el que los perros huelen las partes íntimas y la principal razón es que ellos están olfateando información básica del otro como sexo, edad, salud y estado de ánimo de las personas, además de información sexual de la persona. 

Crédito: Facebook Curtis Lepore

¡Pilas! Si tu perro no es voyerista, es decir de los que solo se queda viendo, sino que se entromete, pueden ocurrir dos cosas: La primera y tal vez menos grave, pero no menos incómoda, es que se acerque atraído por los olores para olfatear con más intensidad y hasta lamer. La segunda cosa que puede ocurrir es que se torne agresivo, se sienta celoso y por defender su territorialidad ladre y se torne ansioso.

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Por lo tanto, para evitar todas estas situaciones, lo mejor es que antes de tener relaciones sexuales, saques con gentileza al perro o el gato del cuarto y si es posible entretenlo con sus juguetes favoritos o un delicioso snack. Por nada del mundo, lo vayas a encerrar en otro cuarto o en el baño, ya que complicarás las cosas y no podrás estar tranquila mientras el perro no deja de ladrar. El encierro para ellos es estresante, así que buscarán la forma de hacerlo saber como ladridos, aullidos o rasgar las cosas.