COLUMNA

Celebrar la diversidad de nuestras hijas e hijos

"Acepte, ame, cuide y proteja a su hijo o hija diversa, abrace su diversidad y sienta orgullo. No es fácil ser de colores en un mundo en blanco y negro".

Cristina Rojas Tello*
29 de octubre de 2019
Cristina Rojas Tello

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En este último número, DIEZ nos invita a celebrar la diversidad de nuestras hijas e hijos. Las personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas han existido durante toda la historia y en todos los lugares. Sus luchas por el reconocimiento de derechos han dejado huella desde la segunda mitad del siglo xx y han conseguido, como movimiento social y sin usar las armas, reconocimiento y derechos más rápido que cualquier otro movimiento social en el mundo.

Que su hijo sea gay, o su hija lesbiana o bisexual, no quiere decir que esté enfermo, así lo declaró la Organización Mundial de la Salud en 1990. Su hijo o hija diversa no está cometiendo un crimen por ser diferente; la homosexualidad dejó de ser delito desde 1980 en Colombia.

Pueden ser padres, madres y abuelos al igual que cualquiera, pues pueden cuidar de otra persona.

Ser diverso no es un impedimento para ser científicos, profesionales, maestros, políticos o deportistas; tienen exactamente las mismas cualidades y fortalezas que una persona heterosexual.

Las personas lgbti han luchado por su reconocimiento y, hoy en día, son un movimiento reconocido no solo en Colombia, sino en el ámbito mundial.

Son maestros y maestras para las familias que los aceptan. Tener un hijo o hija diversa enseña a contemplar la humanidad de otra manera, a no juzgar, a no ser crueles con quien es diferente, a respetar otras formas de existir y a ayudar a ampliar la mente entendiendo otras maneras de amar. Los padres y madres que acompañan a sus hijos o hijas en su diversidad se hacen más solidarios y sensibles, pues entienden lo que se siente ser diferente en un mundo que tiende a homogeneizar a las personas.

No pierda la oportunidad de aprendizaje que el universo le ofrece cuando tiene un hijo o hija diversa; expulsarlas de casa, rechazarlas o violentarlas no cambiará su forma de ser y sí las expondrá a un mundo cruel que maltrata a quien es diferente y está solo o sola.

Acepte, ame, cuide y proteja a su hijo o hija diversa, abrace su diversidad y sienta orgullo. No es fácil ser de colores en un mundo en blanco y negro.

*Profesional de la Dirección de Diversidad Sexual

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