TRANSPORTE

Ethiopian y Norwegian evalúan ‘aterrizar’ en Colombia

El mercado aéreo nacional está levantando vuelo luego de tres años difíciles donde el tráfico daba cuenta de una desaceleración tanto en movilización de pasajeros como de carga.

19 de diciembre de 2018
| Foto: Getty

En diálogo con Dinero, el director de la Aerocivil, Juan Carlos Salazar, anunció que producto de 21 negociaciones bilaterales con igual número de países, se establecieron las condiciones jurídicas y técnicas que permitirán a las aerolíneas de Colombia y esos países abrir nuevas rutas y frecuencias.

Por ejemplo, se establecieron acuerdos con los gobiernos de Grecia, Guyana, Rwanda, Seychelles, Etiopía, Jamaica, Kenia, Marruecos, Bahamas, Cabo Verde, Sudáfrica, Suecia, Noruega y Dinamarca para este tipo de servicios. De igual manera, se modernizaron los acuerdos existentes con: Brasil, Portugal, Italia, Suiza, Estados Unidos y Holanda, y se suscribió Acuerdo de Servicios Aéreos con Arabia Saudita.

Corresponde ahora a las aerolíneas de esos países y de Colombia revisar las oportunidades para concretar nuevas rutas y número de vuelos a la semana.

De hecho, ya hay algunas aerolíneas que están viendo esas opciones y evalúan ampliar o iniciar operaciones en el país. Es el caso de Ethiopian Airlines, que ya opera algunos vuelos para carga desde El Dorado, y que estaría viendo opciones para iniciar alguna ruta de pasajeros hacia África (con posible escala en Brasil).

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Otras aerolíneas que estarían revisando números para volar desde Colombia son: Norwegian, que podría abrir rutas a Escandinavia y Saudia Airlines, que podría proponer frecuencias y rutas cargueras desde y hacia Medio Oriente.

Como consecuencia de esos acuerdos suscritos hace un par de semanas, otras compañías que ya tienen presencia en el país contemplan ampliar las frecuencias o iniciar nuevas rutas. Por ejemplo la holandesa KLM, estaría viendo la posibilidad de ampliar las 5 frecuencias semanales que tienen hoy y cuyos vuelos están casi copados al 100% durante todo el año.

“Así mismo, Jamaica y Bahamas han mostrado interés en contar con una ruta directa a esos países desde Colombia. Es por eso que estas administraciones buscan atraer a aerolíneas colombianas para que presten esos servicios. Con Estados Unidos se actualizó el acuerdo y ya hay varios interesados para incrementar los vuelos de carga con Colombia”, explicó Salazar.

Colombia ya tiene acuerdos con 61 países para ampliar el mercado aéreo. Las negociaciones con estos países prevén frecuencias y rutas ilimitadas, con excepción de Grecia, que limitó el convenio a 14 frecuencias. Esta apertura total de servicios aéreos es lo que en términos más coloquiales se denomina: cielos abiertos.

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Si las aerolíneas responden con rutas y frecuencias, el usuario final que es el turista o viajero resultará beneficiado en la medida que podrá volar a esos destinos sin tanta escala y con mejores tarifas. Sin embargo, las compañías se cuidan un poco a la hora de abrir nuevos mercados, teniendo en cuenta que -en promedio- se invierte US$1 millón en gastos de logística, permisos y personal de tierra.

La meta de la Aerocivil es convertir a Colombia en el país mejor conectado por vía aérea de América Latina al año 2030. Son apenas 12 años.

¿Hay espacio para tanta gente?

El siguiente desafío de las autoridades será brindar las condiciones y espacio suficiente para esas nuevas rutas, aerolíneas y frecuencias. No sobra decir que Odinsa presentó una iniciativa privada para ampliar el aeropuerto que compromete inversiones por US$3.000 millones y que la ‘pelota’ quedó en el lado del Gobierno que tendrá que evaluar su conveniencia y condiciones.

Mientras esa ampliación del aeropuerto El Dorado se define y se concreta el nuevo aeropuerto de Cartagena, así como las ampliaciones en Santa Marta, Cali y Medellín, la Aerocivil recibiría a las nuevas rutas y compañías aéreas en horas no pico, es decir, en horarios como la media mañana o después de las 9 pm, cuando el tráfico habitual baja un poco.

Sin embargo, eso no será suficiente y es necesario ampliar la infraestructura. Veremos en el corto y mediano plazo si esas nuevas rutas y la ampliación de puentes de abordaje y más tecnología van a la misma velocidad.

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