
Opinión
Un nuevo reconocimiento internacional a Bogotá por salvar vidas en las vías
Este reconocimiento nos invita a mirar hacia adelante con más determinación.
Bogotá recibió hoy una noticia que nos llena de orgullo. Fuimos reconocidos con la máxima categoría del ‘Reto de Velocidades de Seguridad Vial’, de la Iniciativa Bloomberg para la Seguridad Vial Mundial (BIGRS), un premio internacional que distingue a las ciudades que implementan las mejores prácticas para gestionar la velocidad y salvar vidas.
Entre las 28 ciudades y estados que forman parte de la iniciativa BIGRS, fuimos escogidos junto con Adís Abeba (Etiopía), como ganadores de la categoría oro, lo que nos sigue consolidando como referente mundial en seguridad vial.
Este reconocimiento es posible gracias al camino que ha recorrido la ciudad. Fuimos pioneros en Colombia al adoptar los límites de 50 km/h en vías principales y 30 km/h en zonas escolares y residenciales, siguiendo los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ese compromiso, que comenzó en 2018 y se consolidó en 2022, lo hemos fortalecido en esta administración con la implementación del Plan Distrital de Seguridad Vial 2023-2032, el enfoque de Sistema Seguro y Visión Cero, y el desarrollo de un Plan de Gestión de Velocidad que se está actualizando y pronto será publicado para guiar las intervenciones de los próximos años.
El mérito no corresponde a una sola entidad en particular, es un triunfo de la ciudad. Durante casi dos años de esta administración y bajo el liderazgo del alcalde Carlos Fernando Galán, desde la Secretaría de Movilidad, el Instituto de Desarrollo Urbano y la Unidad de Mantenimiento Vial, hemos trabajado para reducir el exceso de velocidad, principal factor de riesgo en las vías, con la convicción de que ninguna muerte en el tránsito es aceptable, y todas son evitables.
Para ello, hemos intervenido los corredores más críticos por siniestralidad en la ciudad con infraestructura que hoy evidencia resultados contundentes. En las avenidas Guayacanes, Villavicencio y Boyacá, la instalación de resaltos ha logrado reducir a cero las fatalidades y que más del 90 % de los conductores respeten los límites de velocidad, sin afectar la fluidez del tránsito en estos corredores estratégicos.
A la infraestructura se suman controles en vía y un sistema de fotodetección que refuerza la vigilancia, siempre complementados con pedagogía y comunicación, porque nuestro objetivo no es sancionar, sino que la ciudadanía entienda que respetar la velocidad es respetar la vida.
Con campañas como ‘No tenía que pasar’ y ‘No somos una cifra, respeta el límite’, hemos llegado a millones de personas, poniendo rostro a las víctimas y mostrando que cada número en las estadísticas es una familia que sufre y una desgracia que pudo haberse evitado.
Las cifras confirman el impacto de estas medidas. Con el apoyo de BIGRS desarrollamos una metodología que relaciona la velocidad con la siniestralidad y permite identificar las ubicaciones con mayor impacto esperado en la reducción de víctimas por la gestión de la velocidad.
Entre enero y julio de 2025, su aplicación ha fortalecido los operativos de control y la implementación de infraestructura para la gestión de la velocidad, lo que permitió disminuir en 30 % las muertes por siniestros viales en los tramos críticos, en comparación con el año anterior. Los resultados se reflejan en familias que no sufrieron la pérdida de un ser querido y conductores, peatones, ciclistas y motociclistas que regresaron a casa sanos y salvos.
Compartir este logro con ciudades como Adís Abeba (Etiopía), Bangalore (India), Buenos Aires (Argentina) y Guadalajara (México), reconocidas en la categoría plata; y Kampala (Uganda), Mombasa (Kenia) y Quito (Ecuador), que obtuvieron la categoría bronce, es motivo de inspiración. Cada una de ellas ha demostrado que, en distintas latitudes, los gobiernos locales están convencidos de que la movilidad segura debe ser prioridad, y nuestra ciudad se ubica a la vanguardia de ese esfuerzo global.
Este reconocimiento nos invita a mirar hacia adelante con más determinación. Bogotá ha demostrado que es posible salvar vidas cuando se trabaja con convicción, datos y sensibilidad hacia la ciudadanía. Este es el camino que hemos decidido seguir y ese es el verdadero sentido de este oro que hoy nos enorgullece.