Julio Londoño Paredes Columna Semana

Opinión

Tratar a los estados como monigotes: apuesta peligrosa

El mal ejemplo generado por Trump es peligroso.

Julio Londoño Paredes
11 de abril de 2025

Grave problema para un mandatario perder la credibilidad. Sea por hacer promesas que a la larga nunca se cumplen, por acudir a frases “para la galería”, o por anunciar proyectos faraónicos que no se llevan a cabo.

Hace varias décadas un personaje en Colombia fue siempre candidato a la Presidencia, especialmente de los estudiantes que estaban en contra del tradicional bipartidismo. Votaban por él, la mitad por chanza y la otra por oponerse al sistema: el doctor Goyeneche.

Entre sus proyectos estaba el de asfaltar el río Magdalena, creando así una enorme autopista que iría desde el Huila hasta Bocas de Ceniza; así como el de colocar una marquesina sobre Bogotá para defenderla de las lluvias y del frío permanentes. No habló de un ferrocarril entre Buenaventura y Barranquilla, ni el de transportar gas a través de las interconexiones eléctricas.

El señor Trump, que se siente como Júpiter, padre de todos los dioses, tiene al mundo en vilo, ya que en cada intervención se le ocurre una cosa diferente. Le dio un plazo perentorio a China para que derogara los aranceles del 34 % que le impuso a los productos norteamericanos, y como los chinos no respondieron, el arancel a los productos chinos lo subió hasta cerca del 125 %.

Pero en medio de semejante alboroto y después de haber usado palabras procaces y ofensivas hacia muchos estados como si fueran siervos en la Edad Media, sorpresivamente ha rebajado los aranceles que había impuesto, fuera de los impuestos a China, al 10 %. Por lo tanto, las oportunidades de las que se había hablado para Colombia quedan por ahora en suspenso.

Un presidente norteamericano jugando al gato y al ratón con el mundo y que se ha acostumbrado a decir inexactitudes y exageraciones es un riesgo.

Dijo el presidente Trump que iba a lograr en breves días la paz entre Rusia y Ucrania: la guerra continuó en todo su furor. Algo parecido manifestó sobre la guerra de Israel contra Hamás y lo único que ha sucedido es una violenta ofensiva israelí contra Gaza con centenares de víctimas.

Sus advertencias a Irán pueden impulsar a los ayatolas y a algunos de sus fanáticos súbditos a lanzarse a una aventura que les asegure la entrada en el paraíso.

Pero el mal ejemplo cunde. Si el presidente Trump dice que los países se disputan a ir a “besarle el trasero”, cuál será la conducta de un mandatario en un país en donde grupos armados controlan importantes partes del territorio, con modalidades que nunca se habían visto.

La grandilocuencia y los mensajes confusos de un mandatario pueden conducir a profundizar los odios y el resentimiento con resultados impredecibles. Además, si el mandatario se contradice frecuentemente o desmiente a cada paso a sus ministros y asesores más cercanos, ¿a quién creerle?

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