OPINIÓN

95 Roberticos Gerlein

Con la expansión democrática, el diseño de sistemas electorales se ha vuelto más complejo. Los países tienen que escoger entre distintos objetivos, no compatibles entre sí. Por eso es tan importante dar un debate serio sobre las consecuencias de cada una de las opciones.

Julia Londoño, Julia Londoño
31 de marzo de 2017

Roberto Gerlein es el paradigma del congresista eternizado en su cargo. Su oratoria, otrora poderosa y ponzoñosa, ahora no se oye sino en contadísimas ocasiones, pero su poder político es enorme y es una figura indispensable para el Partido Conservador. Llegó al Congreso en la década de 1960 y desde 1978 es senador. Lo ha logrado gracias a que usa a Atlántico como una circunscripción propia donde siempre tiene la capacidad de reelegirse. Con la propuesta de creación de 95 circunscripciones uninominales, presentada por la Misión Electoral Especial, el país contaría con 95 congresistas estilo Gerlein, 95 roberticos gerlein. Políticos dueños de unos votos fijos y con una reelección asegurada.

El asunto es de la mayor relevancia para la democracia colombiana porque se ha ido vendiendo la equivocada idea de que las circunscripciones uninominales son el camino para la reforma del Congreso en Colombia. Lo que no se les ha dicho a los colombianos es que los países que tienen ese sistema conviven con muchos problemas derivados de un modelo que genera personalismo, clientelismo, corrupción y concentración de poder. Los Estados que inventaron la democracia, Inglaterra, Estados Unidos y Francia, crearon las circunscripciones uninominales porque esa era la forma de organizar a los ciudadanos para que eligieran sus representantes, y por eso son los únicos países que conservan este modo de elección. Las democracias de segunda generación, aquellas surgidas en Europa después de las guerras mundiales, adoptaron sistemas proporcionales para evitar todos los problemas de los distritos uninominales, en particular, la necesidad de incorporar las minorías en el sistema democrático y mejorar la representación política.

Con la expansión democrática a todo el globo, el diseño de sistemas electorales se ha vuelto mucho más complejo. Los países tienen que escoger entre distintos objetivos, los cuales no son compatibles entre sí. Por esta razón es tan importante dar un debate serio sobre las consecuencias de las distintas opciones.

El primer problema de los distritos uninominales es que eterniza a los congresistas. En Estados Unidos e Inglaterra las tasas de reelección de los miembros de distritos uninominales es mayor al 80 %. Es decir, una vez se consigue la curul, es casi imposible perderla. En esencia, se genera un esquema político cerrado, por esto resulta tan difícil que surjan terceros partidos o diferentes opciones en esos países. En Inglaterra han surgido opciones como el partido liberal, pero aunque en ocasiones ha recibido cerca del 25 % de los votos, estos sólo se traducen en menos del 10 % de los escaños.

El segundo problema es que se puede empeorar la representatividad y terminar con un Congreso que en lugar de representar las mayorías garantice el triunfo de minorías, este problema fue detectado en Francia y por ello se estableció que por debajo de un umbral del 30 % se requiere segunda vuelta y así garantizar la representatividad de los elegidos.

La forma como se establecen los distritos es otro problema gigante y fuente de enormes conflictos. En Inglaterra y Francia los distritos se establecieron con base en los cantones existentes desde la Edad Media. En Estados Unidos, al no existir delimitación previa, son los Estados los que trazan los límites de los distritos, una práctica cuyos abusos permiten que los republicanos siempre cuenten con ventajas para mantener sus mayorías en la Cámara de Representantes. Autores como Larry Diamond, uno de los más prestigiosos politólogos norteamericanos, han planteado la necesidad de revisar ese sistema para superar los problemas actuales de la democracia norteamericana.

Como si estos problemas fueran pocos, lo más grave es que es un sistema cerrado e inmodificable. Una vez se establezca no hay vuelta atrás porque toda la política gira en torno a conseguir el respaldo de estos dueños de feudos. Los partidos se tienen que estructurar en torno a estos barones electorales. En Inglaterra el partido liberal logró que David Cameron se comprometiera a modificar el sistema electoral, pero todos los intentos fracasaron. 

Para terminar, si se establecen distritos uninominales, es previsible que empiece a tambalear también todo el ordenamiento territorial porque en muchas zonas del país la principal bandera de las campañas va a ser la necesidad de crear nuevos departamentos. Así que además de 95 roberticos gerlein, tendremos 95 departamentos hechos a su medida.