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Opinión

Reciclaje de candidatos: no más de lo mismo

Las encuestas no están favoreciendo a los candidatos de siempre. Los colombianos parecen estar inclinándose por un liderazgo novedoso, cercano y disruptivo.

Nicolás López Martínez
26 de febrero de 2025

Colombia se enfrenta a un ambiente electoral marcado por un reciclaje de candidatos que aspiran a ser la supuesta novedad para 2026. La Casa de Nariño sigue siendo la cíclica meta para muchos que parecen no rendirse nunca. No es que esté mal ese espíritu resiliente que impulsa a los candidatos de siempre a creerse la opción indicada para aspirar a la Presidencia cada cuatro años. No obstante, parece que los electores ya han identificado un liderazgo nuevo que amenaza con ser protagonista y opacar a esos eternos candidatos.

Las recientes encuestas presidenciales muestran una preocupante realidad para aquellos que lo han intentado una y otra vez y hoy piensan que esta sí va a ser la vencida. La insistencia de algunos candidatos en presentarse como la única opción viable para dirigir el país debe estar sustentada por la voz popular que, por ahora, solo se ha representado por medio de la medición de percepción por excelencia.

La última encuesta de Guarumo y EcoAnalítica revela que quien va liderando la intención de voto es Vicky Dávila, con un 15,1 %. Su aparición en el escenario político y liderazgo en las encuestas son síntomas del agotamiento de la gente ante promesas de cambio incumplidas. La corrupción que se ha mostrado en el sistema, sin necesidad de tener color político, es lo que hoy beneficia a una candidata como Vicky, ajena a esa podredumbre, de ser la opción más viable, según los colombianos.

De segundo lugar, con 11,9 %, está el candidato gobiernista Gustavo Bolívar. Trepado en el Estado, después de haber perdido rotundamente la Alcaldía de Bogotá. Bolívar busca ser quien represente al Pacto Histórico, aunque no sea la única carta bajo la manga. Enseguida se asoma el tres veces candidato presidencial Sergio Fajardo, con un 11,5 %. Fajardo, de nuevo, busca ser esa figura que, por decirlo de alguna manera, “ni fu ni fa”. Ahora bien, después del podio se abre una brecha incómoda para aquellos que no han podido cruzarla. Allí lidera el exvicepresidente Germán Vargas, con un 5,2 %. ¿Se abrirá más esa brecha?

Por lo tanto, debería ser muy diciente para los eternos candidatos ver que alguien que jamás se ha visto en un tarjetón electoral mantenga su liderazgo en las últimas encuestas, con una tendencia que poco a poco ha venido creciendo. El cansancio de la gente sobre la misma élite política de siempre es evidente y cada vez más difícil de ocultar. Para muchos, puede que ni siquiera la tercera sea la vencida y tendrían que empezar a tener en cuenta la recomendación de Germán Vargas Lleras: unirse en torno al candidato que lidere.

Lo cierto es que la propuesta de Vargas, que espero la recuerde, cobra especial relevancia en un escenario en el que los otros no muestran tener tantas posibilidades. Solo un liderazgo sólido, capaz de unir a todo un sector, podrá hacerle frente a la hidra de la izquierda que, aunque muestra distintas cabezas, responde a un mismo cuerpo, a una misma estructura.

En esa línea, el país no puede seguir estancado en el eterno retorno de la misma clase política que cada cuatro años promete los cambios necesarios, pero solo perpetúa los vicios de siempre. La determinación que demuestra tener Vicky Dávila llega con el auténtico anhelo ciudadano de renovar verdaderamente el sistema. Las circunstancias ameritan que los egos queden a un lado para consolidar una apuesta unificada en torno a un liderazgo capaz de erradicar los vicios del poder sin ninguna atadura.

A los dinosaurios de la política les llegó su meteorito.