Jorge Enrique Vélez, columnista invitado

OPINIÓN

Plataforma de unidad

¿Cómo se escogerá al candidato único que enfrentará al aspirante del actual Gobierno?

Jorge Enrique Vélez
7 de mayo de 2025

Una de las mayores preocupaciones que deberíamos compartir quienes formamos parte de la mayoría opositora —que podría representar cerca del 70 % de los colombianos— es la gran cantidad de precandidatos que hoy aspiran a reemplazar al presidente Gustavo Petro en las elecciones del 7 de agosto de 2026. Muchos nos preguntamos a diario, en conversaciones cotidianas: ¿cómo se escogerá al candidato único que enfrentará al aspirante del actual gobierno?

El oficialismo, que hoy representa aproximadamente el 30 % del país según todas las encuestas de opinión, mantiene su base apelando al caos y la división, tal como ocurrió en las elecciones que lo llevaron al poder. El presidente Petro parece estar repitiendo esa estrategia: amenaza con cerrar el Congreso si no se aprueba su cuestionada consulta popular, convoca a los campesinos a movilizarse en las carreteras por el incumplimiento de su prometida reforma agraria, y desconoce la institucionalidad de los jueces. Todo indica que busca permanecer en el poder, por las buenas o por las malas.

No podemos permitir que el país vuelva a caer en la trampa de un populismo ineficaz que, tras casi tres años de Gobierno, ha demostrado un profundo desgobierno. Su intención de mantenerse en el poder debe ser enfrentada con firmeza y unidad.

Por eso, es urgente que retomemos el debate sobre la necesidad de un candidato único de la oposición, sin caer en la especulación prematura sobre quién será. Estoy convencido de que, a medida que avance la campaña, muchos de los actuales aspirantes se irán descartando naturalmente, y finalmente emergerá una figura capaz de representar a la mayoría opositora, ya sea desde el centro o desde la derecha.

Sin embargo, debemos tener claridad: la oposición debe ser una sola, auténtica y coherente. No pueden tener cabida aquellos que en su momento apoyaron al actual gobierno y hoy pretenden reinventarse como sus críticos más férreos. El país también debe pasarles cuenta de cobro a ellos. No podemos permitir que se infiltren en el esfuerzo colectivo de recuperar nuestra democracia.

La unidad no solo es posible: es indispensable. Solo así garantizaremos un cambio real y la reconstrucción institucional que Colombia tanto necesita. Y es precisamente en este momento cuando debemos mirar hacia experiencias exitosas que han demostrado ser efectivas en términos electorales y de unidad ciudadana. Un ejemplo claro es el de Venezuela, donde, pese a que las elecciones fueron vilmente arrebatadas por la dictadura de Nicolás Maduro —aliado del presidente Gustavo Petro—, se logró construir una sólida estrategia de oposición liderada por María Corina Machado.

Dicha estrategia consistió en la creación de una plataforma unificada, fruto del trabajo conjunto de todos los sectores opositores. En ella participaron partidos políticos, gremios de la producción, universidades, ONG, organizaciones juveniles y académicos. Cada uno aportó ideas y propuestas que se consolidaron en un documento común, el cual fue adoptado por todos los candidatos que se oponían al régimen. Este ejercicio de construcción colectiva permitió establecer una hoja de ruta clara, fortaleciendo la unidad de la oposición incluso ante los múltiples intentos del gobierno de Maduro por desarticularla, como la inhabilitación de María Corina y otros aspirantes. A pesar de ello, la cohesión se mantuvo y culminó en la candidatura unificada de Edmundo González.

Como mencioné en una columna anterior, en Colombia ya se ha dado un primer paso en esa misma dirección. El Centro de Estudios Hernán Echavarría Olózoga ha publicado una primera propuesta que puede servir como documento base para la conformación de una Plataforma de Unidad. A este insumo inicial se irán sumando otras iniciativas que, en conjunto, deberán consolidarse en una propuesta programática común que represente a todos los sectores que buscan recuperar el país a partir del año 2026.

El objetivo es claro: con el respaldo de organizaciones políticas, sociales y económicas, debemos construir un documento consensuado que sea acogido por todos los precandidatos de la oposición. Cada uno podrá complementar esta base con sus propias propuestas al país, pero partiendo de un marco común. Así, se establecerán las bases de una verdadera unidad opositora de cara a las elecciones de mayo de 2026, con el firme propósito de recuperar la institucionalidad y reconstruir el rumbo de Colombia.

¿Por qué no pensar también que esta misma plataforma sea acogida por los partidos y movimientos ciudadanos que presentarán listas al Congreso? De esa manera, no solo se fortalecerá la candidatura presidencial de la oposición, sino también su representación legislativa, consolidando así un verdadero bloque democrático que defienda los intereses de la mayoría del país.

Esa Plataforma de Unidad deberá culminar, luego de recoger y compilar las propuestas de todas las organizaciones opositoras que participen en esta estrategia, con la creación de un gran manifiesto nacional. Este manifiesto debe reflejar los valores y principios democráticos extraídos de los distintos aportes y ser accesible, comprensible y cercano para todos los ciudadanos.

Estoy convencido, como muchos de ustedes, de que con esta iniciativa se podrá construir una gran coalición de apoyo en torno a la Plataforma Única. Utilizando tanto medios digitales como tradicionales para su divulgación, lograremos generar una conciencia colectiva de unidad, que es —sin duda— el único camino para superar la grave situación que enfrenta hoy el país, donde nuestra democracia está en riesgo.

Para lograrlo, es fundamental aprovechar las redes sociales, involucrar activamente a los jóvenes y desarrollar una campaña de comunicación coherente y constante que explique claramente por qué la oposición es necesaria, qué propone y en qué se diferencia del actual gobierno.

Además, como respuesta a la estrategia populista del gobierno, se deben organizar protestas pacíficas, marchas y eventos ciudadanos que hagan visible el mensaje de la oposición y movilicen a la ciudadanía en torno a una causa común. Estas acciones deben contar con la participación de todos los precandidatos opositores —sin importar su tendencia específica—, siempre que estén comprometidos con la Plataforma de Unidad por Colombia.

También es clave identificar líderes confiables, que no tengan aspiraciones electorales, pero que puedan convertirse en voceros legítimos y visibles de la plataforma. Estos líderes deben representar a los distintos sectores sociales, políticos y académicos de la oposición, fortaleciendo así la diversidad y legitimidad del movimiento.

El éxito de esta estrategia depende de tres pilares fundamentales: la unidad, la claridad en los objetivos y la capacidad de generar confianza entre todos los actores involucrados. La colaboración honesta y el compromiso colectivo son indispensables.

Con este camino recorrido, es probable que a comienzos del próximo año se pueda definir un candidato único, mediante una consulta popular en las elecciones de marzo. Ese candidato, junto con quienes participaron en el proceso, tendrá la tarea de defender, promover y masificar la Plataforma Única por una Nueva Colombia, que deberá convertirse en la base de nuestra democracia a partir del 7 de agosto de 2026.

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